Educación

La inflación y la incertidumbre por la nueva ley marcan el curso escolar

Un total de 345.398 alumnos malagueños vuelven este mes a las aulas con los cambios que trae la Lomloe aunque con los mismos libros de texto - La subida de los precios es lo que más preocupa a las familias en el primer curso sin restricciones por la pandemia

Pilar abre su libreta y lee en voz alta la definición del concepto ‘saberes básicos’. Es sólo uno de los apuntes que tiene anotados junto a esquemas y resúmenes de la nueva ley educativa con la que comienza mañana lunes el curso escolar 2022-23. La jefa de Estudios del colegio San José de Calasanz explica una de las claves de la nueva metodología de aprendizaje que potencia la Lomloe o Ley Celaá. No importa sólo lo que se aprende sino el cómo aplican los alumnos esos conocimientos.

La octava ley educativa de la democracia empezó a implantarse ya el pasado curso pero será este cuando tome verdadero impulso. El profesorado está más que acostumbrado a los vaivenes legislativos pero la incertidumbre es inevitable. Al otro lado, los padres tienen una preocupación obvia este inicio de curso: los precios están disparados y volver a clase costará más que en las últimas dos décadas.

Un total de 345.398 alumnos de los diferentes niveles comienzan este mes en Málaga el primer curso sin restricciones por la pandemia pero marcado por la nueva ley y por la inflación.

El decreto del Gobierno que regula la ley se hizo esperar y comunidades como Andalucía, que además tuvo elecciones en junio, no han adaptado aún sus currículum con lo que el curso empezará con unas instrucciones que podrán sufrir modificaciones a lo largo del curso. Pese a los cambios en asignaturas y metodología en los cursos impares, los libros seguirán siendo los mismos en la comunidad andaluza ante la «imposibilidad» de adaptarlos a tiempo, según las palabras de la propia consejera, Patricia del Pozo.

Así, por ejemplo, en Primaria habrá que impartir Conocimiento del Medio, que engloba de nuevo a las Ciencias Naturales y las Sociales, con los dos libros del curso anterior, explica Carmen Ortiz, directora del San José de Calasanz.

Sin embargo, los libros de texto no tienen el mismo peso en cada colegio y habrá algunos que sufran más que otros esta situación. «Nosotros hemos avanzado en un sistema en el que el libro no es el guía absoluto, sino que es un material más», detalla esta docente.

De la misma opinión es Diego Palacios Gómez, director del conocido como IES Martiricos. «El temario cambio relativamente poco. Yo, personalmente, soy partidario de menos libros. Tener un buen libro ayuda, pero no podemos aferrarnos al libro porque no es la única herramienta ni la más importante. Es mucho más importante la labor del profesor», dice.

No sabemos cuánto durará esta ley y no hay voluntad política de ponerse de acuerdo en que haya una ley duradera y estable

Aprendizaje por competencias

Un poco más le preocupa el cambio metodológico que defiende la Lomloe: restar peso al aprendizaje memorístico y primar el aprendizaje por competencias, con proyectos compartidos entre áreas que lleven a los alumnos a aplicar y relacionar los conocimientos.

«En Secundaria tenemos la dificultad respecto a Primaria de que todo está más compartimentado pero la ley nos anima a crear ámbitos, por ejemplo a introducir conceptos de Matemáticas en una clase de Biología o al revés. Y los profesores de Secundaria nos encontramos menos cómodos en esa forma de trabajar porque somos especialistas», explica el director del IES Nuestra Señora de la Victoria.

Aunque reconoce que «no podemos enseñar como hace 40 o 50 años», también admite que «al final es cada profesor en su aula el que tiene que introducir el cambio y hay profesores más reacios al cambio y otros que no».

Los docentes, pese a todo y en general, están acostumbrados a adaptarse y asumir leyes que una tras otra nacen sin consenso y con fecha de caducidad y ese es el gran problema, apuntan.

«No sabemos cuánto durará esta ley y no hay voluntad política de ponerse de acuerdo en que haya una ley duradera y estable», lamenta este director. Por ello, aunque hay ilusión por empezar este curso de la «normalidad» tras el Covid, también hay incertidumbre porque las instrucciones con las que arranca vayan cambiando.

Una docente prepara su aula en el CEPR San José de Calasanz, donde las clases comienzan el lunes. | L.O.

Una docente prepara su aula en el CEPR San José de Calasanz, donde las clases comienzan el lunes. | L.O. / susana fernández. málaga

En la línea de la nueva ley

El San José de Calasanz es un colegio de Primaria con 148 alumnos que funciona como Comunidad de Aprendizaje, un centro abierto, con mucha implicación de las familias y en el que el aprendizaje se basa en gran parte en talleres, grupos interactivos y tanto salidas del alumnado como visitas de fuera. En este sentido, su directora comenta que «ya trabajaban mucho en la línea de la nueva ley», por lo que «en el aspecto metodológico no nos está costando mucho el cambio».

En cuanto a cambios en las asignaturas, la Lomloe, como sus antecesoras, introduce una asignatura de Valores Cívicos que se impartirá en uno de los dos últimos cursos de Primaria y en alguno de Secundaria. Una novedad que Diego Palacios considera que no lo es tanto y se queja de que los partidos utilicen la educación para «lanzarse piedras». «Estas asignaturas son las que más ruido mediático hacen pero las que menos interesan a las familias y los alumnos», asegura mientras incide en que lo que importa es «cómo esos valores se transmiten día a día, no en una asignatura concreta».

Otro cambio será la alternativa a Religión en Primaria, que ya no serán Valores Cívicos y Éticos, sino que esa hora se empleará en «desarrollar proyectos o tareas sobre algunas competencias, pero no es apoyo escolar», detalla Carmen Ortiz.

Además, la asignatura de Religión pierde importancia porque dejará de tener valor en la nota media del expediente.

Nuevas optativas

Por otra parte, en Secundaria la ley Celaá apuesta de forma significativa en las optativas por la Robótica, la Computación o la Oratoria, pero el currículum no sufre grandes cambios en Lengua, Matemáticas, Inglés, Ciencias, Geografía o Historia más allá de los ajustes horarios, indica el director del Martiricos, un centro que acaba de cumplir 175 años y que ha sido reconocido por el Ayuntamiento con uno de los premios Ciudad de Málaga.

Sobre otra de las modificaciones que trae esta ley educativa: el sistema de evaluación, Diego Palacios recuerda que ya sonó mucho el curso pasado pero que en la práctica «tampoco ha supuesto grandes cambios». El espíritu de la norma contempla repetir curso como algo excepcional, ya no es el tutor el que decide en solitario sino todo el equipo docente y cada decisión debe argumentarse muy detalladamente.

«Para mí ha sido un cambio positivo porque los niños no son números. Hay veces que un alumno con tres suspensos debe promocionar y en cambio a otro con los mismos le va a venir muy bien repetir», argumenta.

En cuanto al Bachillerato, pasa de tres a cinco modalidades. Por una parte, el Artístico se divide en dos: una rama centrada en la música y las artes escénicas, y otra, en las artes plásticas, el diseño y la imagen. Por otra parte, se crea el Bachillerato General, que en Málaga se impartirá en seis centros: el IES Fuengirola Nº 1, Politécnico Jesús Marín, Salvador Rueda, Núm. 1. Universidad Laboral, Sierra de Mijas y Miraya del Mar.

Otra novedad es la creación de un coordinador de Bienestar que se une al coordinador de Salud.

Lo que no llegará este curso pero ya preocupa a docentes, alumnos y padres es la Selectividad. Los primeros cambios se anuncian para el curso próximo, con lo que los alumnos que ahora están en 1º de Bachillerato ya tendrán que enfrentarse a novedades que por ahora se desconocen.

La vuelta al cole más cara

¿Y qué más preocupa a las familias? Sin duda el coste de esta vuelta a las aulas con la inflación por las nubes. El gasto en los hogares andaluces se incrementará de media un 8%, según la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA).

«El coste es la primera preocupación porque la situación de las familias no es muy boyante y los precios han subido de manera disparatada», advierte Pilar Triguero, portavoz de la Federación de asociaciones de padres, Fdapa.

Así, afirma que aunque también hay preocupación por la nueva ley, «las familias saben que la escuela funciona más allá de las leyes», por lo que el aspecto económico inquieta más.

La sombra de posibles subidas en el transporte escolar y el comedor marca este inicio de curso en el que, según Triguero, el coste puede ser un 50% superior aunque depende de cada centro.

Por ejemplo, en el San José de Calasanz, donde aproximadamente un 70% de las familias tienen el 100% de bonificación, se pide el menor material posible. «Aquí no hay una libreta para cada área, sino una para todas y pedimos el material poco a poco, no todo de golpe al principio», indica la directora. Es una manera de aliviar el gasto. Otra fórmula, según Triguero, sería eliminar los libros de texto. «Hay muchos otros formatos y se abarataría muchísimo el coste», dice.

La bajada de la ratio, más recursos en Educación Especial y, por supuesto, una ley «estable y duradera» son otras de las reclamaciones de las familias y los docentes que se repiten año tras año y que este curso regresan. Otra señal de que la normalidad tras la pandemia ha llegado.

[object Object]

De momento se está notando más en los primeros cursos. La caída de la natalidad es un hecho que repercute en la escuela. Las enseñanzas de segundo ciclo de Infantil y Primaria en Málaga tendrán 1.540 alumnos menos, según los datos de la Junta de Andalucía.

Estos son los primeros alumnos que se incorporarán a las aulas mañana lunes. Un total de 146.635 de segundo ciclo de Infantil, Primaria y Educación Especial distribuidos en 467 centros docentes. El resto de los estudiantes de enseñanzas no universitarias iniciarán las clases el 15 de septiembre, a excepción del alumnado de enseñanzas artísticas superiores que se incorporarán el próximo 20 de este mes. Serán 156.661 estudiantes de Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional, Educación Permanente de Adultos, Artísticas elementales y profesionales e Idiomas.

Pese a la reducción de alumnado, la Junta destaca que el sistema educativo incorpora 906 docentes, 822 en la red pública y 84 en la concertada.

Además, apunta que el aumento de la plantilla pública docente permitirá mantener la figura del coordinador de Salud en los centros educativos, reforzar la Formación Profesional, mejorar el rendimiento académico del alumnado y la reducción del absentismo escolar, así como dotar de efectivos al Plan de Transformación Digital Educativa.

Suscríbete para seguir leyendo