Medio ambiente

Chinches de cama, termitas o ratas: Las plagas no dan tregua en invierno

El trasiego de viajes propios de las fiestas de Navidad y el puente de la Inmaculada favorecen la multiplicación de estos insectos o roedores, que se disparan en estas fechas con el cambio climático también como aliado

Víctor Modelo

Las plagas no descansan durante el invierno. Factores como el cambio climático han favorecido la ampliación de la ventana de reproducción de especies como ratas, termitas o chinches de cama, a consecuencia de los largos periodos de calor. Otro factor a tener en cuenta es la estrecha relación que tienen las plagas urbanas con la actividad humana. El trasiego que se lleva a cabo en espacios cerrados como locales, hoteles, restaurantes o viviendas privadas dotadas con calefacción, son emplazamientos que disponen de todas los requisitos para la expansión de este tipo de plagas. Además, el movimiento de personas favorece la proliferación de estos insectos o roedores, por lo que los datos se disparan en fechas como el puente de la Constitución o la Navidad.

Mantenerse alerta es indispensable para detectar la presencia de este tipo de plagas, ya sea en un hotel, una casa rural o en un piso vacacional.

Chinches de cama

Jorge Galván, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), explica: “Las chinches de cama son una de las plagas más comunes durante todo el año”. Esta plaga es tan frecuente que está considerada como uno de los mayores problemas de salud pública. Cabe destacar que su presencia no guarda relación con lo higienizados que están los espacios. Estos insectos chupan la sangre de los humanos, y ningún hospedaje está exento de padecer su presencia. El crecimiento exponencial de estos insectos está más bien relacionado a factores como la globalización, el mayor nivel de contaminación y el aumento de las temperaturas, como consecuencia del cambio climático. Se calcula que la población de chinches aumenta un 500% cada año.

Ratas

Las ratas son otra plaga común de estas fechas. El frío exterior provoca que se refugien en el interior para buscar cobijo, calor y comida en los locales interiores. La insalubridad de las condiciones en las que habitan las convierte en una de las plagas más peligrosas, a consecuencia de la cantidad de enfermedades que pueden llegar a transmitir. La leptospirosis, la toxoplasmosis o el síndrome pulmonar por hantavirus son algunos de los ejemplos. La elevada capacidad reproductiva de esta especie facilita mucho el que pueda convertirse en una plaga. La prevención facilitará la llegada de estas plagas. 

Termitas

Esta plaga tampoco cesa en invierno. Estos insectos se alimentan de estructuras de madera, y cuando se detectan, suele ser demasiado tarde. Mantenerse alerta es fundamental para detectar su presencia lo antes posible. En la mayor parte de los casos, cuando se detecta una plaga de termitas, suele ser demasiado tarde. El daño que causan estos insectos es difícil de percibir, por lo que cuando sus síntomas se convierten en evidentes, los daños suelen ser irreparables

Su poder de destrucción no tiene límites. Actualmente son muchos los edificios en España afectados por estos insectos. Algunos de ellos son edificaciones relevantes y pertenecientes al Patrimonio Histórico del País, como puede ser el caso de la Mezquita de Córdoba, la Catedral de Barcelona o el monasterio de El Escorial en Madrid. Para evitar este tipo de problemas los controles preventivos son fundamentales para anticiparse a la aparición de este tipo de plagas.