Carnaval de Málaga

El Carnaval de Málaga ultima sus preparativos

Las agrupaciones intensifican sus ensayos y repasan sus repertorios a dos semanas del arranque del concurso en el ESAD

Ana Barranco

Ana Barranco

Trabajo, sacrificio e ilusión. Estas, posiblemente, sean las palabras que definan lo que es ser carnavalero. «Es la forma más mía de ser humano y cuando más realizado me siento». Hacer carnaval «marca el día a día» de los que, cada año, pero con las mismas o incluso más ganas, cantan sus repertorios en la calle o ante el auditorio de caras sonrientes en el concurso del Teatro Cervantes.

En la edición de este año, los preliminares del COAC comenzarán el 27 de enero. Serán 44 las agrupaciones que participarán, entre comparsas, murgas y cuartetos (39 de adultos y juveniles y cinco infantiles). Una de las comparsas que actuará será la de Miguel Gutiérrez, que este año lleva el nombre de ‘Los maomas sin H’.

El grupo está formado por 18 participantes, que han intensificado sus ensayos para ultimar sus letras y disfraces. «Ahora estamos de lunes a jueves y un ensayo más el domingo, es el modus operandi del Carnaval», detalla el autor de la comparsa. Gutiérrez subraya que «aquí no sobra ningún día»: «Cuando tenemos algo de tiempo libre nos ponemos con los disfraces, la puesta en escena».

Es por eso que defiende que el «el carnaval no lo podría hacer nadie a quien no le apasione». Aunque como en todas las familias «se cuecen habas», o lo que es lo mismo, se producen desencuentros o circunstancias que pueden dificultar la convivencia, «cuando llega ese momento de las tablas, ahí ya está todo pagado», dice el autor de ‘Los maomas sin H’.

Su grupo, fundado en 2020, toma este año el nombre de la primera agrupación que surgió una vez finalizó la dictadura franquista, en 1977. Por aquel entonces, aquel grupo de malagueños cantaba: «En calle Carretería, esquina a Tejón y Rodríguez, hay una trapería y dicen los antiguos que tenía una cazuela del siglo XIV y el hijo del dueño que fue monaguillo de la Santa Iglesia Catedral de Málaga, se lavaba los pies los domingos y los días restantes de la semana hacia de comer en dicha cazuela».

Aunque la agrupación no adelanta a La Opinión algunas de sus letras, tienen claro que transmitirán «su forma de entender el Carnaval». El autor de la comparsa sostiene que «los premios no dan igual pero los posibles sinsabores se pagan con el cariño, con las emociones que se han despertado con un pasodoble o un popurrí». La fiesta de febrero es, en definitiva, una oportunidad para la crítica, las emociones y, por supuesto, las historias. Y así ocurre también en la comparsa juvenil ‘Déjame que te cuento’.

Más jóvenes en la cantera

«Muchísima ilusión, este año es la primera vez que hay sección juvenil dentro del COAC. Están muy motivados». Javier García organiza, desde 2018, una comparsa juvenil que organiza a un grupo de adolescentes entre 15 y 19 años. En esta edición del Carnaval se convierten en unos cuentacuentos. «Yo particularmente hago 34 años en el Carnaval y mi hijo y mi hija me metieron en la juvenil».

Como él mismo indica en una entrevista a este periódico, en su casa están «24/7 con el Carnaval». Y es que Javi hace las letras del repertorio, mientras que su hija hace la música y su hijo toca la guitarra. Además, su mujer se encarga de hacer los disfraces «y todo lo que haga falta».

A 11 días de que comience su fiesta, ya están terminando los disfraces y la puesta en escena: «Ahora toca machacar y machacar el repertorio», aclara el director de la comparsa juvenil. Espera que, ya el año que viene, sus hijos «den el salto a adultos», lo que sería un orgullo.

Mi primera vez fue en la barriga porque nací en febrero, y la primera vez que hice algo de salir fue con dos años, que mi madre me vistió de diosa infantil porque ella hace disfraces y lo gané. No sabía casi que ni hablar ni andar

Este es el caso de Carmen, una malagueña de 18 años que en esta edición se lanza, por primera vez, a participar en una comparsa adulta de mujeres. Fue a los dos años cuando conoció esta fiesta: «Mi primera vez fue en la barriga porque nací en febrero, y la primera vez que hice algo de salir fue con dos años, que mi madre me vistió de diosa infantil porque ella hace disfraces y lo gané. No sabía casi que ni hablar ni andar», cuenta la carnavalera.

Fue gracias a Paqui Prieto, legendaria del Carnaval de Málaga, y la encargada este año del pregón, cuando conocí cómo era ser parte de una murga: «Mi hermana empezó en la murga infantil de Paqui Prieto (...). A los dos años, empecé a ir a los ensayos y me encantó». Este año acompañará en la calle a las participantes de la comparsa ‘Duermevela’.

«El Carnaval es mi vida. Yo siempre digo que mi madre me ha dado la vida y el sentido de mi vida. Cuando estoy nerviosa por un examen me pongo Carnaval, cuando estoy triste, cuando estoy feliz, para todo. Y me paso el año entero con la cuenta atrás», cuenta emocionada la joven malagueña.

Ensayos de la comparsa 'Los Maomas sin h'

Los componentes de la comparsa malagueña ‘Los maomas sin H’ ensayan su repertorio a dos semanas de que comience el concurso en el Teatro Cervantes. / Álex Zea

Una fiesta cada vez más visible

Gracias al trabajo de las agrupaciones y a la proliferación de escuelas de guitarra y percusión de Carnaval, como la de Javier García, esta fiesta se hace cada vez más hueco en la ciudad como una de las principales del año. Aunque hasta ahora muchos la han considerado «más invisible», los carnavaleros siguen con ilusión de seguir divulgando lo que más les gusta. «El año pasado se nos quedó una final de comparsas maravillosa para la gente a la que le gusta la literatura, la poesía», defiende Miguel Gutiérrez.

Es él mismo el que sostiene que en Málaga la fiesta «es punterísima» y que «hay que reivindicarla». Es por eso que añade en una entrevista a La Opinión: «Llevar el Carnaval a los colegios, su valor y su riqueza. No hay ningún género musical que aporte tantas letras nuevas cada año».

El Carnaval de Málaga ultima sus preparativos | FOTO DE FRAN HINOJOSA

La «idea loca» de la carnavalera Luci López cobra vida a través del objetivo del fotógrafo Fran Hinojosa. / Fran Hinojosa

[object Object]

27 días, 27 fotos. El ingenio de la carnavalera malagueña de 19 años Luci López se une al ojo del fotógrafo Francisco Hinojosa de 20 años en un proyecto que, desde el comienzo, recibió el apoyo de la Fundación del Carnaval.

«A la gente se le olvida que se celebra el Carnaval hasta dos días antes». Es por eso que este calendario fotográfico que recibe el nombre de ‘Eterno Febrero’ viene a promocionar que la fiesta está cada vez más viva, sobre todo gracias a la cantera de niños y jóvenes que ya llenan cada año las calles con sus repertorios.

En palabras del fotógrafo de este proyecto, los más noveles en la fiesta de febrero «se apuntan a un bombardeo pero además les hace ilusión». En total, el calendario ha contado con 18 niños y jóvenes, la mayor de ellos Carmen Gil, que no llega a los 20 años.

Luci López ha sido también la maquilladora. La joven malagueña lleva toda suvida involucrada en el Carnaval, incluso el año pasado montó su propio cuarteto infantil que se presentó al concurso oficial del Cervantes.

Junto a la potencia de la estética, pretendían impactar con el diseño: «Es muy simple pero creo que muy bonito (...). Cada niño elegió una frase de la agrupación que representa». El calendario podría volver a repetirse el año que viene: «Si lo repetimos, queremos hacer los 27 disfraces de tipos que salgan este año».

Suscríbete para seguir leyendo