Entrevista | Kiti Mánver Actriz

"Ser viejo no significa que no tengas montones de cosas para dar"

La intérprete antequerana se sube mañana a su querido Teatro Cervantes por dos motivos: primero, para representar 'El inconveniente', una función teatral sobre un curioso choque intergeneracional, y, segundo, para recibir el Premio Málaga del Teatro Cervantes

Kiti Mánver, en una imagen promocional reciente.

Kiti Mánver, en una imagen promocional reciente. / Antartica

Isabel Cisneros

A sus casi 70 años (los cumple en mayo), esta chica Almodóvar, cultivadora de mangos ecológicos, animalista convencida, antequeranísima y actriz siempre enamorada del teatro, Kiti Mánver está viviendo una etapa de madurez impresionante, entre la escena, la televisión y el cine. Mañana estrena en el Teatro Cervantes 'El inconveniente', la versión teatral del filme homónimo que tantas satisfacciones y premios le ha reportado, y, al término de la función, recibirá el Premio Málaga del Festival de Teatro como reconocimiento a su aquilatada trayectoria.

 ¿Qué es lo que tiene el personaje de Lola que ha enganchado tanto al público como para hacer una película y una obra de teatro?

Es un personaje de apariencia mayor, amargada, a la que han desahuciado los médicos y que parece que no tiene nada que decir ya en la vida. Conoce a un joven que viene a comprar su piso y empieza una relación, en principio explosiva porque no tienen nada que ver el uno con el otro y son totalmente antagonistas en su manera de procesar la vida. A diferencia de lo habitual, la mayor es la desordenada, la pasota, y el joven es el perfecto, el triunfador, el que todo lo lleva siempre perfecto.. Con esta mezcla se crea un personaje  que es capaz de perdonarse a sí misma, de aprender del joven, de escuchar… Creo que es esa capacidad de escuchar la que hace inmensa a la obra y que le dé mucha esperanza al espectador.

Los que hayan visto la película, ¿encontrarán muchas diferencias en la obra?

El núcleo es el mismo, pero, como decía, el espectador del teatro sale de la obra con muchas ganas y con sensación esperanzadora. Es diferente lo que se vive en el teatro al cine.

Ha dicho en alguna ocasión que la palabra 'vieja' no le asusta. ¿Por qué?

Porque es ley de vida, y cuanto antes lo entiendas, antes aprendes a cuidarte. La vida es una montaña que tú subes y en la que en un momento dado empiezas a bajar. Si la bajas con la conciencia clara de que te estás cuidando, puede ser una etapa hermosísima también. 'Vieja' es una palabra que describe una situación física y ya está. El problema es que muchas veces se utiliza como una palabra despectiva, sobre todo para las mujeres. Ser viejo no quiere decir que no tengas montones de cosas para nutrirte y para dar. Se abre una vía de dar mucho y de seguir muy vivo.

El Festival de Teatro le dará el Premio Málaga. El festival de cine también le concedió la biznaga por 'El inconveniente' y, en la misma edición, su premio para los veteranos, la Biznaga Ciudad del Paraíso. ¿Que la tierra de uno le apoye tanto es un empujón necesario para seguir adelante?

Siempre he estado agradecida y es un honor, pero creo que somos muy pocos los que vivimos por los premios. Sería inviable, no tendría sentido. Hay que tener la cabeza bien puesta y para eso están las terapias. Los actores solemos hacer terapias de muchos tipos. Hay que estar siempre vigilándose, pero forma parte de mi profesión.

Quizás el secreto de su éxito radica en que domina tanto el registro cómico, más ligero, como el más dramático; esos dos tonos se ven en 'El inconveniente'. ¿Cuál cree usted que es su fuerte, lo que le ha permitido una carrera tan larga y aplaudida?

Eso lo tienen que decir los críticos, pero desde muy pequeñita he sido actriz y lo hice de manera natural. Nunca me gustó quedarme en un solo sitio. La posibilidad de vivir experiencias tan diferentes siempre me ha parecido increíble, y eso lo he conseguido a través de la interpretación. Mi ser me pedía no encasillarme, quizás por eso me apasiona la tragicomedia. Pero es que hay tanto para contar y para dar…

A finales del 2020 dijo que quería tomarse un año sabático. ¿Logró hacerlo? ¿A qué se dedicó?

Lo hice forzosamente por la pandemia. Cuando lo dije era porque necesitaba parar, pero, en realidad, la pandemia nos paró a todos. A nuestra profesión la ha golpeado muchísimo y la cosa sigue por los recortes en cultura. Yo he sido de las privilegiadas y la pandemia me vino muy bien para frenarme un tiempo, para, como he dicho alguna vez, volver a interpretarme a mí misma.

Una curiosidad: este año ha sido el año en que el cine español ha regresado al campo, con películas como 'Alcarràs', 'As Bestas', 'Suro'... Usted tiene una plantación de mangos, hace tiempo tenía intención de crear un pequeño huerto en su casa, ¿cómo ve esta tendencia, estas películas?

Tuve una 'miniplantación' porque nuestra profesión no da para más. Era muy complicado y costoso mantenerlo y tuve que dejarlo atrás. Fue una experiencia maravillosa y no lo he abandonado totalmente: ahora tengo un minihuerto en mi casa de Madrid porque mi relación con la naturaleza es muy potente y necesito seguir plantando mis tomates, mis ajos… Me sirve también para cultivarme la paciencia, que no la tengo muy bien [Risas]. A pesar de que el sistema nos está llevando a todos  a vivir en grandes superficies, el ser humano necesita volver a la tierra y me parece fenomenal que nuestro cine hable de esto de una manera crítica sobre la injusticia que sufren los campesinos. Lo que cuesta plantar algo, cuidarlo y recogerlo y la mierda que se les da para luego venderlo por mucho más me parece muy injusto. Es un maltrato al campesino que nos está dando de comer.

¿Usted qué opina del Estatuto del Artista que acaba de aprobar el Gobierno?

Llevamos todos mis compañeros y, en concreto los de la Unión de Actores, luchando contra esta situación durante décadas porque la nuestra es una situación totalmente diferente a la de un trabajador que no está de intermitente. Era ya de cajón, no se podía esperar más, pero por fin este Gobierno ha tomado conciencia de esto. Aún así, siempre queda mucho, la cultura es la gran maltratada de nuestro país por los recortes; no hay conciencia para defenderla como en otros países por parte de las administraciones. Siempre son migajas, insultos. Si uno pone en un papel lo que se llevan de cultura los empresarios y lo que se lleva España es tan ridículo… Miles de familias viven de esto porque ésta es una gran industria. Existen ayudas pero no son representativas. Las administraciones hacen algunas cosas para que se vea que tocan el tema y ya está. Hay que seguir dando caña. Un país que cuida su cultura es un país mejor.

Acaba de venir del Festival de Sundance, donde ha presentado la película 'Mamacruz', sobre un tema que no se suele abordar: la sexualidad de nuestras abuelas. ¿Cómo ha sido la reacción allí, qué espera de la película aquí en España?

A mí me ponen por las nubes, yo estoy flipando... Es una película muy pulcra. Patricia [Ortega, la directora] ha sido una maestra. Me parece una maravilla que la sexualidad y el deseo de las personas mayores se ponga de manifiesto. Espero que la gente la vea porque aporta mucho y ayuda a desmontar falsas ideas.

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