Salud

El bienestar emocional gana protagonismo en la escuela

La Junta de Andalucía pone en marcha un programa para dar respuesta al aumento de problemas de salud mental entre el alumnado tras la pandemia y apuesta por la detección y prevención

El Equipo Técnico Provincial para la Orientación Educativa y Profesional liderará este programa con las nuevas orientadoras.

El Equipo Técnico Provincial para la Orientación Educativa y Profesional liderará este programa con las nuevas orientadoras. / susana fernández. málaga

El próximo mes de marzo se cumplirán tres años desde que la pandemia del Covid-19 irrumpió y paralizó como nunca antes nuestras vidas. El confinamiento, las restricciones de movilidad y la incertidumbre que el virus provocó pueden parecer ahora lejanas pero hay efectos que siguen notándose. Distintos estudios constatan que la pandemia ha incrementado o hecho aflorar numerosos problemas de salud mental y la población infantil y juvenil ha sido de las más afectadas.

«El confinamiento derivó en mucha sintomatología relacionada con la depresión, la ansiedad, en estudiantado que no quería ir a clase. Nos dijeron que teníamos que fomentar las redes sociales para comunicarnos pero después tuvimos que salir y ese paso ha provocado muchas patologías», explica Ana. Ella es una de las cuatro orientadoras que van a poner en marcha el nuevo Programa de Bienestar Emocional promovido por la Junta de Andalucía para cubrir las necesidades que el alumnado pueda tener en estos ámbitos tan importantes.

Ana, Blanca, Isabel y Carmen acaban de incorporarse al Equipo Técnico Provincial para la Orientación Educativa y Profesional (ETPOEP), junto al que desarrollarán este programa destinado a toda la comunidad educativa, pero que hará hincapié en los estudiantes del último ciclo de Educación Primaria, de Secundaria, Bachillerato y FP de Grado Básico y Medio, tanto de centros públicos como de concertados.

En total, en Andalucía serán 25 las orientadoras que impulsarán las acciones formativas y actuaciones de esta novedosa iniciativa que comienza como un programa piloto durante este curso pero que tiene vocación de permanencia.

«Siempre se ha trabajado de forma transversal el ámbito emocional en la educación pero desde hace un tiempo están surgiendo tantas necesidades que estamos buscando la forma de dar una respuesta adecuada desde el ámbito educativo», detalla Aurora Díaz, jefa del Servicio de Ordenación Educativa de la Delegación de Desarrollo Educativo y FP.

Y es que la pandemia ha dejado a muchos menores sin desarrollar las herramientas necesarias para enfrentarse al mundo y las consecuencias son preocupantes. «Les tuvimos un año encerrados y no pudieron construir esas herramientas. Ahora determinadas situaciones les cuestan mucho trabajo y es donde vienen esas sintomatologías», explica Sergio Padial, del Gabinete Provincial para la Convivencia e Igualdad.

Los problemas derivados de la pandemia se han sumado a los que ya existían. El acoso o ciberacoso y los estereotipos relacionados con la imagen son los más conocidos, y desgraciadamente más comunes, y están derivando en situaciones tan graves como las autolesiones e incluso el suicidio.

El Programa de Bienestar Emocional se basa en la formación del profesorado y los equipos directivos, además de las familias, en bienestar emocional y salud mental para que sean capaces de detectar y prevenir estos casos. Como refuerzo, además, se está creando en los centros la figura del Coordinador de Bienestar.

Las nuevas orientadoras, siempre de la mano del ETPOEP, tras recibir una amplia formación previa, comenzarán su trabajo con actuaciones como la organización de unas jornadas en las que presentarán este programa a los coordinadores de Bienestar.

La clave es la prevención. Por ello, por ejemplo, informarán de los factores de riesgo del suicidio que, afirman, pueden ser «desde personales, falta de capacidad de afrontamiento de los problemas, el ciberacoso...». Este último factor se considera especialmente importante como desencadenante de situaciones que afectan a la salud mental y ha motivado la creación de la figura del Alumno Ayudante Digital. Un mediador al que se asignarán uno o varios de sus compañeros para que ayude y conciencie en el buen uso de las redes sociales.

También se promoverá la divulgación de buenas prácticas que sirvan para promocionar el bienestar emocional y prevenir el mal uso de la tecnología para evitar conductas adictivas y casos de acoso.

Trabajo de concienciación

«Una cosa muy importante también es que no solo buscamos la atención directa con el alumno que pueda tener una dificultad, sino concienciar a toda la comunidad educativa. No podemos ocultar, por ejemplo, que el suicidio está presente. Hay que aprovechar para trabajar esas herramientas emocionales», apunta Aurora Díaz.

Además de la formación e información, las orientadoras también actuarán a demanda de los centros que lo necesiten en casos concretos. Aunque, como recuerda Díaz, son muy importantes los protocolos de derivación tanto a Servicios Sociales como a Salud. «Nosotros damos una respuesta a nivel educativo», puntualiza.

Todo este trabajo que ahora se está organizando se suma al que el ETPOEP ya venía realizando con la elaboración de importantes recursos como una guía sobre el tema de las autolesiones que ya puede consultarse en su web.

«Independientemente del origen, nos estamos dando cuenta en los centros educativos de la necesidad de educación emocional y de la formación tan necesaria para trabajarla con los adolescentes», comenta Lorena Aguinaleo, coordinadora provincial del ETPOEP.

En este mismo sentido, Sergio Padial destaca otra guía que han desarrollado sobre la ‘violencia estética’, en relación a los trastornos de la alimentación y los estereotipos estéticos, que esta siendo muy utilizada en los centros malagueños.

El objetivo final tanto de este nuevo Programa de Bienestar Emocional como de todas las actuaciones que ya se venían ejecutando no es otro que mejorar la calidad de vida de los alumnos. Cuidar su salud mental desde la escuela para tener una sociedad futura más sana.

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