Crónicas de la ciudad

Una calle quijotesca en lo alto de Colmenarejo

La calle Malambruno cuenta con una farola en mitad del campo, evidencia de un futurible arreglo que los vecinos aguardan como agua de mayo

El presidente vecinal José Ángel Moreno, esta semana en la calle Malambruno.

El presidente vecinal José Ángel Moreno, esta semana en la calle Malambruno. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En las aventuras del simpar Alonso Quijano y su escudero, sobrevuela la trama -nunca mejor dicho- el avieso gigante y encantador Malambruno, quien les envía el caballo volador Clavileño para una misión de rescate más propia, la verdad, para Tom Cruise que para tan cascado caballero y su Sancho Panza.

La causalidad o más bien el amor por Cervantes de algún concejal del pasado han propiciado que en el callejero de Málaga contemos con una calle Malambruno y, como guiño quijotesco, a continuación con la calle Mambrino, la que recuerda al famoso rey moro, propietario original de un yelmo que don Quijote luce encantado allí donde le llaman las aventuras.

Y si nos centramos en la calle Malambruno, ciertamente el valiente viandante que se atreva a cruzarla deberá tomárselo como un reto caballeresco más propio de la Edad Media o de su versión satírica del Siglo de Oro.

Tramo inicial de la calle.

Tramo arreglado de la calle. / A.V.

Porque en realidad, la calle del gigante Malambruno es una trocha en buena parte de su recorrido, pese a que conste como calle con el correspondiente cartel municipal.

Se encuentra en Colmenarejo, en el distrito de Campanillas y es el clásico rincón de autoconstrucción que, si acaso, nuestros cargos públicos visitan una vez en la vida, obviamente para prometer mejoras, a la vista del complicado panorama.

Esta sección visitó la quijotesca calle esta semana, en la parte alta de Colmenarejo, y daba la impresión de que el mismísimo gigante felón había convertido esta vía, la de una ciudad candidata a acoger una exposición internacional, en traicionero camino de cabras lleno de cuitas y peligros para desanimar a los jueces del evento.

Peldaños en la calle.

Peldaños en la calle. / A.V.

Acompañados por el presidente vecinal, José Ángel Moreno, conocedor de la ruta senderista, ascendemos una empinada escalera para continuar por un sendero medianamente asfaltado que termina en unos tosquísimos peldaños y a continuación el ascenso por una loma -en pleno campo aunque con una solitaria farola- que habría encantado a Heidi, con hermosas vistas de la barriada, para enlazar con la plaza alta.

Las casas antiguas del barrio.

Las casas antiguas del barrio. / A.V.

En mitad del ascenso hay cuatro casas , de las más antiguas de todo Colmenarejo, precisa el presidente, pues ya estaban en pie en tiempos de la visita al barrio de Ángel Herrera Oria en 1959. Afortunadamente, un comprador las esta rehabilitando.

Los vecinos aguardan la promesa del alcalde de hace unos cuatro años de asfaltar estas quijotescas alturas. Más de uno, sobre todo los más mayores, quisieran a Clavileño para ahorrarse el subidón campo a través.

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