Entrevista | Manuel Méndez de Castro Decano del Colegio de Economistas de Málaga

«El problema de la inflación es que las recetas para combatirla son nefastas para el crecimiento»

«Málaga ha recuperado su nivel económico preCovid. Es tranquilizador teniendo en cuenta el contexto que vivimos» - «Todo está más caro, sí, pero las empresas no han repercutido en sus precios toda la subida de costes»

Manuel Méndez, decano del Colegio de Economistas de Málaga.

Manuel Méndez, decano del Colegio de Economistas de Málaga. / L.O.

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

Manuel Méndez de Castro ocupa el cargo de decano del Colegio de Economistas de Málaga desde el pasado mes de diciembre. Afirma que el tejido productivo de Málaga ha recuperado ya la dimensión que tenía hace tres años, cuando el Covid irrumpió en nuestras vidas, aunque en un panorama ahora mucho más inquietante e incierto. La inflación, el impacto de la guerra de Ucrania y las subidas de tipos están golpeando duramente la economía de las familias y empresas.

Tres años después del estallido de la pandemia, Málaga ha recuperado ya el nivel de empresas y empleo previo al Covid, incluso con bastantes trabajadores más que entonces. 

Yo diría que la economía de Málaga, de forma rotunda, ha recuperado ya los niveles de actividad de antes de la pandemia (puede que haya todavía algún indicador que esté por detrás). Y está claro que si no hubiera sido por la guerra de Ucrania, la inflación (que comenzó antes del conflicto bélico) y la subida de tipos de interés la recuperación hubiera sido mucho más holgada. En Málaga tenemos ya varios pilares económicos: el turismo, la construcción, el segmento tecnológico y la agroalimentación, y las cifras de la mayoría ya están mejor que antes del Covid. También la creación de sociedades mercantiles y las exportaciones, donde la provincia tira mucho del conjunto de Andalucía. En cuanto a nivel de paro, hemos conseguido bajar de las cifras prepandemia, aunque el desempleo sigue siendo, en general, una asignatura pendiente. Creo que Málaga lo está haciendo muy bien teniendo en cuenta el contexto turbulento existente a nivel internacional. Es tranquilizador.

¿La inflación es el problema más acuciante de la economía?

Es lo que más nos está afectando. Y el problema real desde el punto de vista económico es que todas las recetas para combatir la inflación son nefastas para el crecimiento. El equilibrio en el que se mueven los bancos centrales, caso del Banco Central Europeo (BCE), es muy difícil. Cuando hay un problema de inflación suele ser para varios años, aunque al final termine atajándose.

¿Teme que la subida de tipos de interés reduzca el consumo y genere efectos añadidos?

Esa es la consecuencia elemental de la receta de lucha de los bancos centrales contra la inflación y de la subida de tipos de interés. Cuesta más caro comprar y sube la hipoteca, así que queda menos dinero disponible para lo demás, incluido por ejemplo el ocio. El consumo, evidentemente, va a bajar. El problema es que esta dinámica se nos vaya de las manos. Controlar la inflación sin que eso afecte al crecimiento es complicado, porque son factores mutuamente incompatibles. A ver si no hay recesión. 

¿Se nota ya que las familias se aprietan el cinturón?

Sí. Pongo un ejemplo con los supermercados. Todas las cadenas han aumentado su número de clientes, pero no porque compremos más, sino porque el cliente ahora va a más establecimientos buscando siempre mejores ofertas. Y eso puede aplicarse también a otros ámbitos como el turismo: en lugar de irte tres semanas de vacaciones, te vas dos, o en lugar de elegir un hotel de cuatro estrellas, vas a uno de tres. La gente se va a ir adaptando porque el coste de la vida ha subido muchísimo.

Las empresas, sobre todo, las pymes, imagino que también están atravesando dificultades en este contexto, dado que la inflación también encarece los costes de producción.

Como economista, tengo claro que aunque los precios se hayan encarecido (por ejemplo, en los supermercados), las empresas no están repercutiendo la totalidad de la inflación en el valor de sus artículos porque sus costes de producción y de suministros han aumentado mucho. Está asumiendo una parte de esa inflación (lo que va en contra de su cuenta de resultados) para seguir siendo competitivos de cara a sus clientes. Y eso tampoco es bueno en la economía, porque si las empresas no ganan todo lo que deben se enfrentan al riesgo de estancarse o, incluso, con el tiempo, enfrentarse a problemas de solvencia. Empresas fuertes son las que permiten generar riqueza y empleo en un país.

El sector financiero está sufriendo un terremoto en las bolsas tras la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y los problemas de Credit Suisse ¿Qué puede pasar, a su juicio?

Descarto el efecto contagio, porque los bancos españoles, su estructura, no tiene nada que ver con la de SVB. Lo que pasa es cuando se habla de sector financiero, el temor del inversor siempre está ahí, por eso los bancos están sufriendo un castigo. Todo influye, aunque sólo sea en la sensación de ciudadano de que el contexto está revuelto.

Todos estos problemas podrían empañar un 2023 que, de entrada, debería dar continuidad a la senda de reactivación económica iniciada el pasado año.

Estamos en el primer trimestre, todavía es pronto para ver si condiciona el ejercicio. De momento, las previsiones hablan de que la economía española va a crecer en torno a un 1% y, en el caso de Málaga, pienso que estaremos un poco por encima. Hay además otro factor que tenemos que tener muy presente: la deuda pública, que en España tiene un nivel tan alto que la subida de tipos de interés puede afectarnos.

Se está hablando mucho de los altos precios de la vivienda en Málaga ¿Cómo se puede actuar para paliar esta situación?

El problema es que no está saliendo demasiado suelo urbano para construir. Teniendo en cuenta, en el caso de Málaga, el crecimiento que está experimentando la ciudad, y que incluso podemos ser elegidos como sede de la Expo 2027, creo que habría que sacar más suelo, ya sea para vivienda protegida como libre, para que haya más oferta y los precios puedan bajar. El precio de la vivienda ha subido muchísimo precisamente por la escasez. Esto es un tema de oferta y demanda.

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