Memorias de Málaga

Tres entrevistas inolvidables

A lo largo de mi carrera he tenido el privilegio de entrevistar a personajes del cine y el teatro como la veterana actriz española María Francés, la actriz de origen húngaro Lili Murati y al director José María Forqué, por entonces ‘novato’

El cineasta José María Forqué

El cineasta José María Forqué / Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

Entre las muchas y variadas entrevistas que hice durante mi carrera profesional, aparte de las citadas en un capitulo anterior, adrede dejé para un segundo capítulo otras entrevistas por razones que se irán justificando por sí solas.

No recuerdo exactamente el nombre de la compañía ni la fecha exacta en que debutó en el Teatro Cervantes. A las figuras (el galán, la primera actriz…) ya los había entrevistado varios meses antes. Se me antojaba exagerado volverlos a entrevistar, porque pocas novedades podían aportar en una segunda ocasión.

Para no perder la oportunidad (el director de la emisora nos ¿obligaba? a que cada redactor hiciera un mínimo de entrevistas, para que en cada informativo al menos hubiera una) repasé el elenco de la compañía y como ‘dama de carácter’ aparecía María Francés, actriz que había visto en muchas películas en papeles diversos, en las últimas desempeñando papeles de ‘mayor’. Fui a verla al camerino del Cervantes con ánimo de conocerla. Al pedirle entrevistarle, la veterana actriz se sorprendió. Me advirtió que las figuras de la compañía (me dio los nombres) eran los importantes; ella era, según el argot, una actriz de reparto. Yo le insistí… y accedió gustosa, pero que no podía en ese momento porque tenía que salir a escena.

Quedamos citados al día siguiente a las cuatro de la tarde en los estudios de Radio Nacional.

Fue puntual y, en el estudio, grabamos la entrevista, que resultó muy amena porque ella, veterana del cine y del teatro, tenía mucho que contar. Al finalizar y despedirnos, advertí en ella un sentimiento de agradecimiento que nunca había percibido en otras ocasiones. Me dio unas gracias emocionadas. Yo interpreté, por su apretón de manos, que la entrevista la había devuelto a sus años de joven actriz, cuando era agasajada.

María Francés estuvo en activo hasta muy avanzada edad. Murió a los 101 años.

Lili Murati

Otra actriz que nunca olvidaré de entre las muchas que entrevisté del mundo del teatro y del cine fue Lili Murati, que estrenó en el Teatro Cervantes la comedia de Jacques Deval ‘Tovarich’, cuya traducción al español es camarada. La palabra ‘tovarich’, de origen ruso, es muy utilizada entre los comunistas. En España se utilizó, pero en español, entre los falangistas.

Mi mujer, que me acompañaba siempre que podía (cuatro hijos la retenían en casa), sentía curiosidad por ver el camerino de un teatro, porque en las películas los camerinos son lujosos espacios con muchas luces, parabanes, butacas, sofás, trajes o vestidos a la vista, gran espejo enmarcado en potentes bombillas, ramos de flores de admiradores colocados en jarrones de origen oriental y botellas de champán refrescándose en cubos metálicos para festejar los éxitos de los artistas.

Al entrar en el camerino de Lili Murati descubrió la verdad de un camerino de un teatro de provincias, aunque el Cervantes tuvo empaque y lujo años atrás.

En la etapa de referencia, el abandono era manifiesto. La conservación del teatro, tanto en el exterior como en el interior, dejaba mucho que desear. Por ejemplo, el sistema de calefacción y refrigeración no funcionaba, el telón metálico que en caso de incendio aísla el escenario de los espacios reservados al público tampoco podía usarse porque fallaba el motor… Un desastre.

El camerino de la ‘estrella’ era una habitación fría, desangelada (ni cortinas, ni cuadros, ni butacas). Destacaba un lavabo desportillado rodeado de bombillas de poca potencia, un par de sillas corrientes y en las paredes unas simples alcayatas, algunas sin percha, para colocar las ropas o atuendos para los cambios previstos en las representaciones. A mi mujer le pareció indigno el lugar. Yo ya estaba habituado a estas sorpresas.

Cuando Lili Murati nos recibió en el entreacto en aquel antro estaba agotada por el esfuerzo del primer acto, muy movido, con diálogos largos y por tener que representar la obra en castellano. La actriz era húngara de nacimiento y todavía no dominaba nuestra lengua. Fue amabilísima y respondió a cuanto le pregunté, e hizo notables esfuerzos para expresar en castellano las respuestas.

Durante el diálogo, observé que dirigía constantemente su mirada a mi mujer, que un poco retirada seguía la conversación. Al finalizar, me preguntó si mi mujer era actriz; le respondí que no, que no tenía relación alguna ni con el cine ni con el teatro. «Pues tiene –me expresó- tipo de actriz. Es muy guapa». Le agradecimos el piropo y le deseamos éxito en su carrera en España.

Dos o tres años después, Lili volvió al Cervantes con otra comedia, no sé si escrita por su marido, Janos Vaszary, que era actor y escritor. Se repitió la escena de mi visita para volver a entrevistarla. Nada más verme, lo primero que me dijo: «¿Sigue su mujer tan guapa?».

Seguí su carrera en el teatro, el cine y la televisión… y supe de su muerte en 2003 a la edad de 90 años.

José María Forqué

En el Festival de Cine Español celebrado en Málaga en 1953, entre las películas que concurrieron figuraba una titulada ‘El diablo toca la flauta’, el primer largometraje de José María Forqué.

Tuve ocasión de conocerle y entrevistarle. Era un recién llegado al cine español; era su primera película y estaba ilusionado por la buena acogida que tuvo en el certamen. La entrevista se la hice entre película y película. Él era un novato en lo suyo y yo llevaba cuatro años en lo mío.

Cuatro años después (1957), José María Forqué volvió a Málaga a rodar una de sus películas más celebradas, con el atrayente título de ‘Amanecer en Puerta Oscura’, un guión basado, con muchas licencias, en un hecho que se repite cada Miércoles Santo en la Semana Santa de Málaga, cuando la procesión de Jesús ‘El Rico’ libera a un preso, según una pragmática de 1759 de Carlos III.

Tres entrevistas inolvidables

Procesión de Jesús El Rico en 2022 / Álex Zea

Nos encontramos Forqué yo en la plaza del Obispo, donde él, en compañía del cámara, buscaba el lugar idóneo para situar la cámara y así rodar la escena de la llegada de la procesión de Jesús ‘El Rico’, en este punto de su recorrido. La plaza del Obispo era el mejor escenario para esa secuencia.

En un momento determinado, el cámara y él localizaron el lugar exacto donde situar las luces y la cámara… y desde donde dirigir el rodaje. El sitio ideal para poder dominar todo el escenario era el balcón del primer piso de un edificio existente entre la plaza del Obispo y la calle Molina Lario.

En los bajos del edificio existía una tienda de antigüedades, y la primera planta pertenecía al mismo negocio. Y me preguntó si conocía al dueño del establecimiento. Daba la casualidad que mi novia (hoy mi mujer), sobrina de Salvador Blasco Alarcón, propietario de la tienda de antigüedades, trabajaba precisamente en el negocio. Estando yo por medio, permitió a José María Forqué dirigir desde el balcón las escenas previstas. Como así fue.

Pero el favor me ‘costó caro’: desde las ocho de la tarde hasta las cuatro o cinco de la madrugada estuve acompañando a Forqué y alguno de ayudantes en el lugar elegido.

Asistí al rodaje previo de varios ensayos, rodaje, repetición, cambio de luces, otra repetición porque un figurante miraba adonde no tenía que mirar, o que se salía del sitio asignado… Forqué me dio una lección práctica de cómo se rueda una película. Y me dijo que era un milagro que todo funcionara como un reloj: «Que salga bien es un milagro».

Durante las seis o siete horas que estuve aprendí bastante… y de lo aburrido y complicado que es «hacer cine». Para mí fue una experiencia única… y la entrevista más larga que hice en mi vida.

Aquel día, después del rodaje y comprobar que no se había producido ningún estropicio en la tienda, regresé a mi casa con una estupenda entrevista y con un sueño atroz. ¡Y a las 9 de la mañana tenía que estar en la radio!

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