Mirando atrás

Agustinos: Ciencia, Música y Deporte

La Asociación de Antiguos Alumnos de los Colegios de San Agustín y Los Olivos publica el cuarto tomo sobre la presencia de los agustinos en Málaga, en esta ocasión centrado en la faceta científica de la enseñanza pero también en la musical y deportiva

El expresidente de los antiguos alumnos Alberto J. Castro-Tirado con los coeditores Gemma Olmedo y Juan José Toledo delante del antiguo Colegio de San Agustín esta semana.

El expresidente de los antiguos alumnos Alberto J. Castro-Tirado con los coeditores Gemma Olmedo y Juan José Toledo delante del antiguo Colegio de San Agustín esta semana. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Con agustinos como Andrés de Urdaneta, que halló el ‘tornaviaje’, la ruta para que los barcos de la Monarquía Hispánica pudieran ir y volver sin contratiempos entre Europa y América o Gregor Mendel, el padre de la Genética, la impronta científica en la educación de los agustinos se da por hecho.

Esta faceta puede constatarse con creces en ‘Agustinos haciendo historia en Málaga en Alma y Cuerpo’, el cuarto tomo sobre la presencia agustiniana en Málaga, que ha editado la Asociación de Antiguos Alumnos de los Colegios de San Agustín y Los Olivos, con la colaboración de la Fundación Unicaja.

Alumnos de Preu en el Laboratorio de Ciencias del Colegio de San Agustín

Alumnos de Preu en el Laboratorio de Ciencias del Colegio de San Agustín / Archivo San Agustín

Como explica Alberto J. Castro-Tirado, que acaba de dejar la presidencia de la asociación después de 10 años, esta empresa nació en 2018, con motivo del centenario del Colegio de San Agustín y los 50 del Colegio de los Olivos en Málaga capital (el de Ronda se fundó en 1903). «Sacamos un tomo de pasta dura de unas mil páginas que se agotó en dos meses. La gente nos pidió que quería una segunda edición ampliada y revisada», explica. Finalmente, la obra completa consistirá en seis tomos, a tomo por año, más un séptimo de índices.

El cuarto volumen, precisa, analiza la impronta científica de la orden e incluye, por ejemplo, un listado de 117 antiguos colegiales formados en carreras científicas, muchos de ellos docentes en la Universidad o académicos, entre médicos, arquitectos, biólogos, matemáticos, ingenieros... «Aunque mi vocación la tenía definida entre los 6 y 7 años, el colegio sí que ayudó», cuenta el propio expresidente, que es astrónomo y miembro de la Academia Malagueña de Ciencias así como del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

El tomo cuarto realiza un repaso al Aula de Ciencias del colegio, con el padre Pablo Mayo como uno de sus grandes impulsores. En la foto, tomada por él en 2015, una parte de la colección de conchas de Los Olivos.

El tomo cuarto realiza un repaso al Aula de Ciencias del colegio, con el padre Pablo Mayo como uno de sus grandes impulsores. En la foto, tomada por él en 2015, una parte de la colección de conchas de Los Olivos. / Archivo San Agustín

Precisamente de esta prestigiosa institución fue su vicepresidente el padre agustino José López Ortiz, que fue obispo de Tuy, una de las semblanzas del medio centenar de agustinos científicos que incluye el libro y que no se olvida del padre Pablo Mayo (Brime de Sog, Zamora, 1931), licenciado en Químicas, profesor en San Agustín y en Los Olivos, gran investigador de las abejas -como evidenciaban las diez colmenas del colegio- y un apasionado de la fotografía y del Aula de Ciencias, que ayudó a fomentar y a que creciera en contenido.

El cuarto tomo también se detiene en la música y musicales del colegio, un apartado en el que el periodista Pedro Luis Gómez cuenta la contratación y actuación de la famosa cantante Cecilia en 1975 en Los Olivos, para costear los gastos del viaje de estudios a Italia. 

Colegiales de Los Olivos, con la cantante Cecilia en 1975.

Colegiales de Los Olivos, con la cantante Cecilia en 1975. / Archivo San Agustín

Un año antes, por cierto, María Teresa Campos retransmitiría un concurso de villancicos del Colegio de Los Olivos para toda Málaga. Además, entre otras pinceladas se recoge la historia tanto de la Escolanía de Los Olivos como de la Banda de Música ‘Manuel Puyó’.

Y como es tradicional en estos volúmenes en los que colabora un gran número de antiguos alumnos, la obra está también repleta de recuerdos personales y perfiles. 

En la parte dedicada al deporte no falta la figura de fray Pedro Tapia (1927-2019), más conocido como el Fray, el leonés que popularizó el hockey en Málaga durante su paso por el Colegio de San Agustín a finales de los 60.

En la parte dedicada al deporte no falta la figura de fray Pedro Tapia (1927-2019), más conocido como el Fray, el leonés que popularizó el hockey en Málaga durante su paso por el Colegio de San Agustín a finales de los 60. / Archivo San Agustín

En estas páginas se recuerdan, por ejemplo, a grandes colegiales como el abogado Manuel Atencia, uno de los fundadores de los Colegios El Romeral y Sierra Blanca y con unos jardines en su memoria en calle Alcazabilla y a su hermano el analista y cofrade José Atencia, Hijo Predilecto de Málaga y ambos en el núcleo fundacional de Alianza Popular en Málaga.

También se homenajea en esta cuarta entrega a antiguos alumnos como Jesús Santos Rein, que llegó a ser director de Transportes Terrestres de 1969 a 1975 y a quien fuera decano de los abogados malagueños, Agustín Moreno Cano, para quien tiene un emocionado recuerdo otro decano ilustre como Fernando García Guerrero-Strachan, antiguo alumno también. 

Alfonso Queipo de Llano (1937-2022), que cuenta con un pabellón deportivo en Ciudad Jardín con su nombre, es uno de los homenajeados en esta obra colectiva.

Alfonso Queipo de Llano (1937-2022), que cuenta con un pabellón deportivo en Ciudad Jardín con su nombre, es uno de los homenajeados en esta obra colectiva. / Archivo San Agustín

Y muchas páginas de cariño son las que recibe Alfonso Queipo de Llano, fallecido en 2022, por su gran compromiso con el colegio, el baloncesto, el remo y el flamenco en Málaga. El pabellón de Ciudad Jardín lleva merecidamente su nombre.

Ligado al deporte como este antiguo alumno estuvo fray Pedro Tapia, más conocido como ‘el Fray’, el agustino leonés que popularizó el hockey en Málaga durante su etapa en el colegio, a finales de los 60. 

Y no puede faltar el homenaje al admirado padre Laureano Manrique, fallecido el año pasado y que estuvo vinculado, primero al Colegio de San Agustín y luego al de Los Olivos -en el que fue prior de la comunidad y director del colegio- desde 1959 hasta su muerte

La penúltima foto del libro es para el padre Manrique, acompañado de Rafael Prado, cuando se inauguró en 2015 en el Café Central el mosaico de las maneras de pedir café en Málaga, traducido al latín por el agustino.

El padre Laureano Manrique (1932-2023), uno de los agustinos más queridos y recordados, recibe el cariñoso homenaje de muchos alumnos y compañeros en este volumen.

El padre Laureano Manrique (1932-2023), uno de los agustinos más queridos y recordados, recibe el cariñoso homenaje de muchos alumnos y compañeros en este volumen. / Archivo San Agustín

Como las anteriores, esta entrega tienen detrás el ingente trabajo de corrección y maquetación de Gemma Olmedo, madre de antiguos alumnos, quien esta semana confesaba a La Opinión que lo mejor ha sido contactar con las familias para que envíen fotografías «con todo el cariño del mundo» para un libro «con alma». 

Compra del libro

El nuevo volumen se puede comprar este domingo 5 de mayo hasta las 20 horas en la caseta 9 de la Fundación Málaga, en la Feria del Libro, en el Paseo del Parque.

Además, se puede adquirir antes y después de la Feria del Libro en el Centro Liturgia Nazaret (Dos Aceras, 2) y en la Óptica Málaga Visión (calle Arenal,1, La Malagueta) hasta agotar existencias.

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