Refugios climáticos: la solución para combatir las olas de calor en Málaga

En la última semana Málaga ha alcanzado temperaturas récord. Algunos puntos de la provincia registraron 44 grados, mientras que en la capital la máxima fue de 43 grados.

Una situación climatológica que convierte a la ciudad en esos días en una isla de calor De hecho durante 2022, más de 300 personas murieron por causas atribuibles al calor en Málaga.

Por ello, las ciudades se han visto obligadas a buscar soluciones para luchar contra esta situación. Una de ellas son los llamados refugios climáticos, una medida que ya implantan en Barcelona, Murcia o Bilbao.

Los refugios climáticos son espacios cuyo objetivo es proteger a las personas del exceso de grados. Un concepto nada nuevo, ya que Málaga ya era un refugio climático hace siglos: «El casco antiguo de Málaga se construyó para protegerse del sol, se buscaba la sombra mediante calles estrechas y orientadas a la brisa que viene del mar. De hecho, hay una calle llamada ‘la calle Fresca’, porque era muy fresca en verano», explica Pablo Farfán, arquitecto malagueño.

Ya en esa época, la ciudad de Málaga busca climatización mediante el urbanismo. Un modelo que se repetía en distintas ciudades y era diferente en cada zona del país: «El urbanismo antiguo se diferenciaba entre las ciudades del norte y las del sur. Las del norte eran calles espaciadas que buscaban sol, mientras que las del sur se estrechaban para poder protegerse del sol», afirma el arquitecto.

Plan de Refugios Climáticos

El pasado año, la Comisión de Sostenibilidad Medioambiental, Servicios Operativos, Innovación y Digitalización Urbana del Ayuntamiento de Málaga aprobó la puesta en marcha de un Plan de Refugios Climáticos.

El objetivo es aumentar las zonas de sombra en los barrios, para proteger a las personas de las altas temperaturas.

Una propuesta que «se está trabajando» desde el área de Sostenibilidad de Málaga. «El pasado mes de mayo se acordó en la Comisión de Medio Ambiente establecer un plan de actuación relativo a la creación de refugios climáticos urbanos. Ya estamos trabajando en ello y para ello contamos con cerca de 125.000 euros para el diseño y ejecución de un plan de actuación en esta materia en tres anualidades», asegura Penélope Gómez, concejala de Sostenibilidad Medioambiental.

«Hay que hacer que las ciudades transpiren», explica Pablo Farfán. Para que esto suceda las urbes deben diseñarse para ser sostenibles y bioclimáticas. Algo que se consigue mediante zonas verdes o sombras en las ciudades, entre otras acciones.

Aunque no solo las zonas verdes son necesarias para bajar la temperatura. Otro aspecto clave para ello es el suelo: «Es importante porque el hormigón y las piedras almacenan el calor. En nuestras calles hay granito, que es una barbaridad, lo que hace es almacenar el calor y devolverlo», recalca este experto.

Para Farfán, otra de las soluciones sería volver a poner albero en las plazas y emparrado en los techos: «Las plazas antiguamente eran de este material. De hecho, la plaza la Marina estaba hecha de esto. Por otro lado, la parra da sombra y permite que el aire caliente pase arriba, es como una especie de aire acondicionado».

Y añade: «Poner el aire acondicionado es un crimen, sacas el calor de casa y lo echas a la calle», denuncia.

Acciones en Málaga

Según el área de Sostenibilidad de Málaga, actualmente, se está licitando la asistencia técnica, como primer paso. Unos trabajos de análisis para definir las zonas potenciales de actuación en la ciudad y las medidas más acordes a tomar.

«Este primer estudio nos proporcionará un mapa inicial con los refugios climáticos existentes en la ciudad. Por lo que a final del 2023 ya tendremos un primer documento que señale los refugios climáticos con los que ya cuenta la ciudad», señala la edil.

Además, dicho estudio marcará una serie de acciones que incrementarán esta red de refugios inicial que se ejecutarán en 2024 y 2025.

Estas actuaciones coinciden con la línea en la que el área de Sostenibilidad Medioambiental viene trabajando, algunos de estos proyectos con financiación europea (Next Generation) concretamente el eje transición verde y movilidad sostenible.

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