Entrevista | Pavel Gabor s.j. Vicedirector del Observatorio Vaticano en Tucson

«La posibilidad de vida en algún lugar del Universo es bastante alta»

El astrofísico y jesuita eslovaco del Observatorio Vaticano en Arizona imparte esta tarde a las 19 horas en el Rectorado del Parque una conferencia en inglés, con traducción simultánea al español, sobre la búsqueda de vida extraterrestre 

El sacerdote jesuita, el martes en un encuentro internacional sobre Astronomía y Robótica celebrado en Torremolinos.

El sacerdote jesuita, el martes en un encuentro internacional sobre Astronomía y Robótica celebrado en Torremolinos. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El astrofísico del Vaticano y sacerdote jesuita Pavel Gabor (Kosice, Eslovaquia, 1969), asiste estos días a un encuentro internacional sobre Robótica y Astronomía en Torremolinos. Este jueves por la tarde hablará de la búsqueda de vida extraterrestre en una conferencia organizada por la UMA, la Academia Malagueña de Ciencias y Planetarium Málaga.

¿Qué fue primero su vocación religiosa o la de explorar el Universo?

Probablemente la religiosa pero no le presté atención al principio. Estudié Física y siete años más tarde ingresé en la Compañía de Jesús, así que lo mío fue un poco de zigzag.

¿Para quien no lo sepa, qué es el Observatorio Vaticano?

Básicamente es el Observatorio ‘nacional’ de la Ciudad del Vaticano. Se trata de una institución muy antigua y creo que una de las razones por las que existe es la inercia institucional: alguien debía tomar la decisión de suprimirla pero esa decisión nunca se hizo realidad;de hecho en 1871, con la reunificación italiana, se renovó cuando Italia tomó el control de los observatorios de la ciudad de Roma. Eso supuso una especia de hiato hasta que en 1891 León XIII empezó de nuevo con el observatorio, en este caso en el mismo Vaticano. Durante siglos ha tenido diferentes misiones, la primera fue ayudar en la reforma del calendario, con el papa Gregorio XIII. Las cosas cambiaron con el paso del tiempo y, por ejemplo, con Juan Pablo II se puso cierto énfasis en el diálogo entre culturas, en especial entre la ciencia y la fe. Pero, en general, la única cosa que nos convierte en una institución creíble es que en la actualidad hacemos ciencia normal. Como decía Juan XXIII, nuestra misión es, por un lado, explicar la ciencia a la Iglesia y por otra explicar la Iglesia a los científicos. 

¿Por qué cuentan con una sede en Arizona, además de la cercana a Roma?

Tiene mucho que ver con la contaminación lumínica. El observatorio se mudó en 1934 a Castel Gandolfo, la residencia de verano del papa pero ya en los 60 resultó obvio que la cosas no iban bien. En 1978, el director del Observatorio, el padre George Coyne, que era profesor de Astronomía en Arizona, propuso una colaboración con su universidad y fue a mitad de los 80 cuando esta propuso que colaboráramos en la construcción de un telescopio que se inauguró hace 30 años, en 1993. Mi trabajo, además de procurar que la relación con la Universidad de Arizona funcione es cuidar del telescopio, además de enseñar Historia de la Astronomía en la Universidad y trabajo pastoral. No me aburro.

Las cosas entonces han cambiado mucho desde la condena a Galileo por defender que la Tierra giraba alrededor del sol.

Bueno, en realidad el Observatorio Vaticano ya existía 50 años antes de Galileo. La historia de Galileo es complicada, no es el relato simple de las fuerzas del progreso siendo detenidas por el oscurantismo. Esa historia es básicamente producto del siglo XIX y no refleja lo que de hecho sucedió en el XVII. 

¿Por qué cree que en los años 70 se produjo ese gran interés por el fenómeno OVNI algo que luego ha ido remitiendo durante décadas hasta ahora?

Es una buena pregunta y no tengo una respuesta buena. Desde el punto de vista de la ciencia, en los años 50 hubo cierto optimismo porque con Oparin -bioquímico ruso que investigó el origen de la vida- y otros se hizo plausible que la vida pudiera surgir de un elemento no biológico. Los años 70 fueron un periodo caracterizado por el escepticismo. La gente empleaba metáforas de algo improbable como la del mono que, con una máquina de escribir, se pone a darle a las teclas, hasta que con el tiempo saliera la obra completa de Shakespeare. Pero en los 90 se descubren los exoplanetas y el ámbito de lo que puede ser posible se ensancha mucho más: incluso un mono con una máquina de escribir puede tener éxito porque quizás es que hay muchos monos en el Universo. 

No monos, pero sí supuestas ‘momias extraterrestres’ se han exhibido recientemente en el Congreso mexicano.

Eso es sólo una cosa estrafalaria. No sé cómo alguien puede tomárselo en serio. 

Cómo astrofísico, ¿la vida extraterrestre es sólo una teoría, una posibilidad o una evidencia?

Estadísticamente es muy probable que haya otros planetas con biosfera. ¿Están lo suficientemente próximos a nosotros como para detectarlos y estudiarlos? Y planetas con, digamos, una civilización tecnológicamente avanzada, serán todavía más raros. Si pensamos en la historia de nuestro planeta, sólo durante unos cuantos cientos de años de un total de 4.500 millones de años hemos contado con civilización tecnológica. Así que desde el punto de vista de la estadística, si has estado observando los planetas a lo largo de su historia, la inmensa mayoría del tiempo no localizarás nada. Por eso creo que es muy improbable -a menos que encontremos una manera de viajar más rápida que la luz- de ser capaces de detectar la presencia de vida en los alrededores del Sistema Solar.

¿Y en una galaxia ‘muy lejana’, como dirían en el cine?

 En algún lugar del Universo esa posibilidad diría que es bastante alta. Pero como científicos, para intentar estudiar algo necesitamos que esté cerca. Ahora mismo conocemos unos 5.500 planetas así que no parece que sea algo muy prometedor. 

¿Tiene la Iglesia una posición sobre la vida extraterrestre?

No. Hasta que algo no sea controvertido la Iglesia no tiene necesidad de expresar una opinión. 

¿Hay riesgo de que un futuro hallazgo de vida fuera de la Tierra entre en conflicto con las enseñanzas teológicas?

Desde el punto de vista científico todo es posible. Pero la enseñanza dominante en la Teología cristiana durante siglos nos habla de dos libros que Dios nos dio: el de la Creación y el de las Sagradas Escrituras. Como los dos provienen del mismo autor no puede haber contradicción entre ellos por definición. Una vez discutí con un miembro de la Comisión Teológica sobre esto y me preguntó: «¿Alguna vez te has encontrado con un extraterrestre?», le dije que no y me contestó, «pues si alguna vez te lo encuentras tráelo a cenar y hablaremos». 

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