Crónicas de la ciudad

Pepe Bornoy: arte, amistad y adiós entre aplausos

Familiares, amigos y compañeros de San Telmo acudieron el domingo a despedir a este Hijo Predilecto de Málaga, cuya última exposición se inaugura el 4 de diciembre en calle Ollerías

Un momento del acto de homenaje y despedida al artista malagueño, el pasado domingo en Parcemasa.

Un momento del acto de homenaje y despedida al artista malagueño, el pasado domingo en Parcemasa. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Un retrato de Pepe Bornoy presidió en la tarde del domingo la sala en la que amigos y familiares le dieron el último adiós en Parcemasa. El lienzo, en el que se fusionaba lo clásico con lo moderno, mostraba los ojos claros y llenos de vitalidad del artista malagueño, quien durante toda su existencia fue un creador imparable e infatigable, a pesar de los estragos de una enfermedad que le acompañó durante cerca de 20 años. 

El académico de San Telmo Francisco Cabrera recordó «más con el corazón que con la cabeza», la personalidad «poliédrica» de Pepe, «un ser muy especial de los que de tanto en tanto te regala la vida», además de generoso y desprendido, resaltó. 

Recordó Francisco Cabrera la ‘singladura editorial’ que durante tantos años le unió al pintor, quien fue el director del Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, una institución en la que estos dos grandes amigos casi ingresaron a la par. 

Pepe Bornoy, en un acto de San Telmo con Manuel del Campo, Carlos Álvarez y Francisco Cabrera.

Pepe Bornoy, en un acto de San Telmo con Manuel del Campo, Carlos Álvarez y Francisco Cabrera. / Arciniega

Como prueba del perfeccionismo de Pepe, evocó en una ocasión cómo fue capaz de corregir el texto, a punto de llevarse a la imprenta, en su habitación del hospital en el que, una vez más, estaba ingresado. 

No le cupo ninguna duda a Paco Cabrera ni a ninguno de los asistentes a esta emocionante despedida que Pepe Bornoy andará ahora mismo por el platónico mundo de las ideas, poniendo ‘orden gramatical’ en aquellas alturas de perfección. 

El cuadro que presidía el acto, por cierto, lo pintó Fernando Núñez, generoso artista, abogado y biógrafo del propio pintor fallecido, quien, recordó, conocía a Pepe Bornoy -nombre artístico de José Manuel Cuenca- desde hacía 60 años, cuando eran vecinos de calle Cerrojo, pues fue allí donde Pepe Bornoy compartía taller con Paco Moreno. Fernando contó que él, siendo un niño de 8 años, entró fascinado en ese taller y eso le deparó la vocación por la pintura. 

Pepe Bornoy y Fernando Núñez, en 2013 cuando publicó la biografía del artista.

Pepe Bornoy y Fernando Núñez, en 2013 cuando publicó la biografía del artista. / ÁLEX ZEA.

En palabras llenas de sentimiento y cariño subrayó la «integridad, honestidad y valentía» de un artista que nunca olvidó los vínculos con El Palo y recordó esas noches en las que Pepe Bornoy y su padre compartían manta en la playa y un cielo de estrellas.

Retrato de Pepe Bornoy.

Retrato de Pepe Bornoy. / Fernando Núñez

Fue un adiós repleto de cariño y admiración al que también asistieron muchos artistas y compañeros de San Telmo. Como señaló Francisco Cabrera, queda ahora un último gesto de compromiso con el artista, cuyo féretro se marchó entre aplausos, y es asistir a la exposición sobre su obra digital, prevista el día 4 de diciembre en el Centro Cultural María Victoria Atencia. Admirar su arte es la mejor de las despedidas para Pepe Bornoy, Hijo Predilecto de Málaga. Descanse en paz.