Crónicas de la ciudad

San Telmo y la propuesta para la Torre del Puerto

La Academia ha tenido el acierto de promover el debate y recordar la gran oposición que en Málaga levanta este proyecto de nulo interés público pero gran interés catarí

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La reciente propuesta de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de ofrecer una alternativa que evite la ‘puñalada a perpetuidad’ del hotel catarí presidiendo la Bahía de Málaga ha tenido la virtud de poner el dedo en la llaga. 

Los académicos, entre los cuales hay arquitectos con criterios más modernos que muchos de los defensores del rascacielos, han demostrado con su propuesta -evitar el inmenso atentado paisajístico trasladando el hotel de sitio dividido en dos- que hay alternativas a esta trapacería inmobiliaria en suelo público. 

Habrá personas a favor o en contra de la alternativa pero con ella San Telmo deja claro que este proceso administrativo no tiene por qué ser irreversible pues hay otras soluciones que evitarían la irresponsabilidad de permitir una actualización del Málaga Palacio, esta vez haciendo de ‘proa’ de la ciudad los próximos siglos. 

De paso, esta propuesta, aunque tardía, vuelve a recordar a quien competa que el de la Torre del Puerto es el proyecto que más oposición ha levantado en la historia del Urbanismo en Málaga, con una movilización ciudadana sin precedentes, incluidas centenares de personalidades del mundo de la Cultura de toda España.

Porque, entre las ‘virtudes’ del rascacielos se encuentra el que prejubilará de forma estúpida -por innecesaria- La Farola, una vez desmontado el bulo de la imperiosa necesidad técnica de un nuevo faro, algo que la propia Autoridad Portuaria desmiente al achacar su necesidad a la construcción del rascacielos y a nada más, en un documento de 2021 recuperado por esta sección.

Lo triste es que el hotel rascacielos en el Dique de Levante ni siquiera habría salido adelante en el Ayuntamiento si nuestros políticos hubieran votado por convicción personal, haciendo oídos sordos a la disciplina de partido, pero aún quedan instancias para frenarlo. 

De cualquier forma, la propuesta de San Telmo ya ha servido para que diputados nacionales como el socialista Ignacio López nos recuerden que «no todo interés es interés general». Confiemos en que este criterio sea el que impere en el Consejo de Ministros, para el caso de que el rascacielos no se prohíba antes. 

Porque para muchísimos malagueños el proyecto de la Torre del Puerto no tiene interés público alguno sino sólo interés catarí. Por eso, si algún día no saliera adelante, tengan por seguro que más de un político popular suspirará de alivio. Hay tiempo de parar esta insensatez.

Felicidades a la Academia de San Telmo por seguir promoviendo el debate. Y feliz 2024

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