Historia

70 años de la nevada de 1954, cuando Málaga se cubrió de blanco

La noche del 2 al 3 de febrero de 1954, nevó en Málaga, algo que no sucedía desde 1885. En el año 1944 cayó un granizo bastante grande, pero no llegó a cuajar.

Resbalones, bolazos de nieve y un sueco atrapado en su ‘volvo’ fue el somero ‘balance de víctimas’ de la primera y última nevada del siglo XX en Málaga, que llegó ese día a los -6ªC

Con un 2024 que ha comenzado con el enero más cálido desde que se tienen registros (comenzaron en 1880), cuesta imaginar que nieve en Málaga capital. Pero así ocurrió hace 70 años. Enero de 1954 terminaba con la llegada de un frente frío y seco del Este que heló el país. La ola de frío siberiano avanzaba hasta el sur de la península desde los Pirineos, lo que sumado a un frente de bajas presiones formado en el Golfo de Cádiz, provocaron que durante la tarde del 2 de febrero llegaran las primeras nevadas a muchas ciudades andaluzas, como las registradas en Huelva, Sevilla o Cádiz, que también fueron las últimas que se recuerdan en esas capitales.

En la ciudad de Málaga hubo que esperar hasta casi la medianoche del 2 al 3 de febrero para que cayeran los primeros copos. Como la mayor parte de la nieve cayó durante la madrugada y cuajó en la madrugada, fue al amanecer del 3 de febrero de 1954 cuando los malagueños se dieron cuenta del fenómeno ocurrido, al ver la ciudad cubierta de nieve. Ese gélido día la temperatura alcanzó la mínima de 6 grados bajo cero y una máxima de 5ºC.

Pero no sólo nevó en la capital. El manto blanco cubrió toda la Costa del Sol; en Marbella, Torremolinos y Estepona arreció el temporal. El interior del Valle del Guardalhorce, como en Coín, Álora, donde la nieve acumulada alcanzó casi un metro de altura. Asimismo nevó en toda la Vega antequerana, originando el crecimiento del río Guadalhorce y sus afluyentes. Los mayores perjuicios fueron para los cultivos: se perdió la cosecha de cítricos, almendras y hortalizas. En Ronda el temporal fue muy importante.

Un día sin clases

La ciudad malagueña se cubrió de blanco con la nieve y aprovechando que se habían suspendido las clases, fueron muchos los malagueños que salieron a la calle con ánimo juguetón y de descubrimiento, ya que para muchos fue su primer contacto con la nieve.

Nevada de Málaga en febrero de 1954

Malagueños juegan con la nieve junto a Alcazaba / Fondo Bienvenido Arenas - Archivo Histórico Fotográfico de la Universidad de Málaga

Y eso que la tarde anterior a la gran nevada de Málaga, el 2 de febrero de 1954, la ciudad disfrutaba de la temperatura más alta de toda España: 11 maravillosos grados centígrados. La cifra, sin embargo, era casi 'un insulto' para las altas temperaturas malagueñas, de ahí que, días antes, un botones cachondo, de los que pululaban por bancos y hoteles, repartiera abanicos a los sorprendidos clientes del centro.

"Dicen que está nevando. Si quieren verlo, salgan a la calle"

Como en esos años no existían concursos televisivos en los que un grupo de jóvenes se transforman en cantantes en serie, muchos malagueños optaron por ir al cine (en el cine Goya ponían 'Niágara' con Marilyn Monroe) o se pusieron a escuchar la radio.

Los que optaron por esta última modalidad, mucho más barata, sintonizaron en su inmensa mayoría con Radio Nacional de España, que para eso realizaba un programa en directo desde Málaga justamente ese día.

Si la frase más famosa de Neil Amstrong fue 'este es un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad', sin duda alguna la frase histórica de aquel invierno del 1954 la pronunció el locutor de Radio Nacional, que con voz temblorosa dijo: 'Dicen que está nevando. Si quieren verlo, salgan a la calle'.

Ni que decir tiene que media ciudad salió a la calle a ver, en esa tarde-noche, el polvillo de nieve que de momento comenzaba a mojar las aceras de Málaga.

No fue hasta las once y media de la noche cuando llegaron los auténticos copos de nieve, que muchos malagueños sólo habían visto en películas como 'Qué bello es vivir'.

Nevada de Málaga en febrero de 1954

La nieve cubrió toda la ciudad. En la imagen, varias casas en las inmediaciones del Camino de Antequera / Fondo Bienvenido Arenas - Archivo Histórico Fotográfico de la Universidad de Málaga

Hace medio siglo los niños no se quedaban hasta las tantas viendo la televisión, de ahí que la mayoría de los pequeños malagueños estuviese durmiendo a pierna suelta en este primer acto de la nevada. Durante la noche, la nieve llegó a Antequera, Ronda y Álora, desgajando en la capital algunas palmeras por el peso de los copos y hundiendo de paso el edificio del Teatro Chino, instalado en el Pasillo de Santo Domingo.

Cuando los niños despertaron se encontraron con Málaga convertida en un 'Nacimiento' de tejados blancos y un río Guadalmedina transformado en una blancura. Por supuesto no hubo colegio ese 3 de febrero tan especial, lo que hizo posible que un montón de familias, cámara en ristre, tomara el camino de los Montes, la cuesta de Gibralfaro y el Puerto de la Torre para inmortalizar la ciudad desde las alturas. Otras se conformaron con tirar bolas de nieve en el Parque y en los jardines de Puerta Oscura, que parecían un típico rincón de Moscú, a una temperatura muy soviética: seis grados bajo cero. Afortunadamente y gracias a los aficionados a la fotografía, hay una amplia muestra de cómo disfrutaron aquel día los malagueños de dicha nevada.

El sueco y el bombero

De toda esta epopeya de la nieve, puede afirmarse que el único que las pasó canutas fue un turista sueco, que se negó a salir de su Volvo, aparcado en la Alameda de Colón, quedando atrapado en la exótica nieve malagueña. El motivo de una cabezonería tan poco nórdica fueron sus maletas, que las tenía en el coche. El sueco prefirió escoltar su equipaje antes que dejarlo a la intemperie. A lo más que accedió fue a tomarse una copita de coñac que le ofreció un alma helada pero caritativa.

Animados por una jornada tan blanca, en la nevada 1954 el bombero A.S.F. y el buzo V.D.J. se liaron a bolazos de nieve. Como no podía ser menos en una escena tan surrealista, llevada a cabo por dos funcionarios municipales, al final la broma terminó en asistencia médica. El buzo, con mucha mejor puntería, le asestó al bombero un bolazo, causándole, según el parte, una herida en la región occitoparietal derecha. Quien juega con fuego...y con nieve.

Tenemos otro testimonio oral muy fiable: Manuel del Campo, Presidente de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, quien en una entrevista aseguró: «Recuerdo que la noche anterior a la nevada salía del Cervantes del concierto de la soprano María de los Ángeles Morales, acompañada al piano por Félix Lavilla. Era el cuarto concierto de la temporada de ópera en Málaga de aquel año. Al salir comenzaron a caer copos de agua-nieve que, a la mañana siguiente, cuajaron y fue cuando apareció toda Málaga nevada. Vi la nieve cuando salía de la calle Sebastián Souvirón, en frente de Félix Sáenz. La zona de calle Larios y la Plaza de José Antonio estaban nevadas; recuerdo que el suelo estaba cubierto pero no mucho».

Incidencias

Pero no todo fueron risas y juegos, la nieve también causó algún perjuicio, como el hundimiento del garaje Poniente, situado en la calle Comedias, al derrumbarse parte del muro del local. También se le vino abajo la lona al popular Teatro-Circo Chino de Manolita Chen, que se había instalado en el Pasillo de Santo Domingo. Por suerte, todo quedó en un susto, ya que no hubo que lamentar ninguna víctima.

Aguachirri

Pero en Málaga todo es efímero salvo la mala arquitectura, de ahí que, como vino, la nieve se fue para no volver más. Como el día amaneció con un sol espléndido, en un cielo limpio de nubes, los muñecos de nieve realizados con tanta ilusión se fueron derritiendo. Por la tarde, los copos de nieve dejaron paso al aguachirri, mientras los servicios de limpieza despejaban las aceras y despedían la nevada.