Guerra Palestina

Un malagueño en Gaza: "No dejan pasar la ayuda humanitaria. A Israel no le importa nada"

El malagueño Alfonso Artacho es coordinador de logística de Médicos Sin Fronteras y vuelve a la capital tras un mes en Rafah, en la Franja de Gaza, donde se han repartido suministros, medicamentos y agua, entre otros a una población que ya alcanza el 1,5 millones de habitantes

Artacho denuncia el trato de los israelíes, interceptando las cargas e impidiendo que llegue la ayuda humanitaria

Alfonso Artacho, coordinador de logística de Médicos Sin Frontera en Málaga

Alfonso Artacho, coordinador de logística de Médicos Sin Frontera en Málaga / MSF

Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

Rafah, ciudad del sur de la Franja de Gaza es uno de los pocos puntos donde la ayuda humanitaria llega al 1,5 millones de desplazados palestinos, que se hacinan en tiendas de campaña. 

Aquí, Médicos Sin Fronteras hace entrega de bidones de agua de 20 litros a ciudadanos y lo hacen para que puedan encontrar agua limpia para beber, cocinar o lavarse. Además de suministros, medicamentos y productos de higiene. 

Alfonso Artacho, es malagueño y coordinador de logística de Médicos Sin Fronteras. Recién llegado de Rafah, cuenta en primera persona lo vivido en la Franja, donde ha sido testigo de las condiciones infrahumanas en las que viven miles de niños, mujeres, ancianos y hombres palestinos, ante los continuos bombardeos por parte de los israelís. 

Acaba de volver de Gaza ¿Cuánto tiempo has estado en Gaza? ¿Es tu primera vez? 

Es la primera vez que voy a Gaza y he estado un mes. He entrado en la tercera rotación, lo que estamos haciendo son rotaciones de un mes. Es decir, el personal, ahora mismo de la organización ha establecido que un mes es un periodo,  porque las condiciones de seguridad y de vida son muy intensas dentro. 

¿Dónde han estado?

Hemos estado dentro de la franja, en una ciudad que se llama Rafah, que está al lado de la frontera de la franja con Egipto. 

Médicos Sin Fronteras en Rafah

Médicos Sin Fronteras en Rafah / MSF

¿Y cuál ha sido su labor?

Como responsable de logística, mi labor es conseguir que el equipo médico pueda hacer su trabajo. ¿Qué significa?, que ellos necesitan medicamentos y yo soy responsable de que los medicamentos lleguen al lugar de trabajo. Necesitan estructura física. Es decir, si hay que construir un hospital, hay que rehabilitar un hospital, cualquier cosa relacionada con una estructura física donde ellos puedan hacer su trabajo, yo soy responsable de ello. Asimismo soy el responsable de la seguridad del equipo y las condiciones de vida del equipo. Dentro de lo difícil que ha sido estar en la franja, hemos intentado conseguir las mejores condiciones para su descanso, para su alimentación, etcétera. 

¿A quién prestan su ayuda?

A todo tipo de pacientes. Nosotros tenemos actualmente dos clínicas hospitalarias, donde  estamos pasando unas 500 o 600 consultas diarias y un área dedicada a maternidad, donde se están llevando a cabo entre 20 y 30 asistencias diarias.

¿Cuentan con seguridad?

En absoluto. Lo único que hacemos es comunicar nuestros movimientos, cuáles son las estructuras donde estamos trabajando y nos encomendamos a que no pase nada. Pero Israel directamente nos dice que no se hace responsable de nuestra seguridad. Es decir, se está asumiendo un riesgo dentro. Respeto cero. Es decir, caen niños y mujeres a diario. En un bombardeo selectivo, los daños colaterales, a Israel no les importa. De hecho, han bombardeado recientemente una casa donde se había notificado a Israel que vivía gente de la organización de MSF. 

Niños palestinos en busca de agua

Niños palestinos en busca de agua / MSF

¿Cuánto material han hecho llegar a Gaza?

Hemos distribuido 3.000 kits de abrigo; además de suministros, agua potable, saneamiento, kits de primera necesidad e higiene. Las distribuciones son muy complicadas porque es muy difícil conseguir que el material pase a la frontera. Tenemos una estructura de más de 100 metros cuadrados con medicamentos listos para el trabajo diario del equipo médico. Y hay más medicamentos llegando, sin  embargo cuando lleguen, es un poco incierto

¿Han tenido problemas con el ejército israelí a la hora de pasar la frontera?

Muchísimas. Echan medicamentos para atrás y tardan lo que no deben tardar. Si a lo mejor llevas un camión con medicamentos y hay un elemento que considera que no es necesario, que no es adecuado, no te permiten retirar ese elemento. Te echan para atrás el camión entero, con lo cual tienes que empezar el proceso otra vez desde cero. Es decir, ahora mismo es tremendamente difícil. 

¿Cuántos médicos desplegados hay? 

En mi rotación había personal médico y un responsable de toda la parte de salud mental, un psicólogo, que también estamos llevando a cabo actividades de salud mental, porque el nivel de sufrimiento y de estrés de la población es enorme. Además de personal y compañeros gazatíes, en total en la franja hay unas 70 personas que trabajan, en su mayoría palestinos que viven y trabajan en la franja.  Muchos de ellos viviendo en tiendas de campaña. 

"Es para reflexionar y decir ¿Dónde estamos? ¿Qué estamos haciendo? ¿Quién lidera el mundo en el que vivimos?", denuncia Artacho

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Su día a día ahí, ¿cómo fue?

La palabra es intensidad. Es superintenso. No duermes toda la noche. La noche que duermes, duermes algunas horas, porque bombardean a diario. Bombardean desde tierra, tanques, aviones, helicópteros. Hay de todo tipo de agresiones.  Moverse es muy complicado, porque hay una superpoblación y la gente está desesperada. Hay mucha violencia en la calle. Los niños están abandonados. Las condiciones de higiene, el olor en las calles es impresionante. Actualmente, hay más de un millón y medio de personas en un sitio donde antiguamente había 300.000. 

A título personal, qué opinión le merece lo que está ocurriendo en Palestina

Es inadmisible. El mundo está demostrando que está totalmente deshumanizado. Que la comunidad internacional esté permitiendo lo que está ocurriendo dentro de la franja, no hay excusa de ningún tipo. Es abominable, es tremendo. No discriminan entre niños, mujeres, ancianos. No importa nada. Ya vamos en torno a de las 30.000 muertes directamente relacionadas con la guerra. Luego están las que están relacionadas con la guerra, porque no son víctimas directas de un bombardeo Pero, hay muertes por enfermedades crónicas, las causadas por la mala higiene y el mal saneamiento, o la inexistencia, por la falta de agua potable, por la falta de una alimentación adecuada.

¿Le ve solución?

Claro que hay una solución, claro. Si hubiera una persona coherente o una persona coherente la solución sería inmediata. Alto el fuego, ya. Deja entrar ayuda humanitaria. ¿Por qué bloquean? Es como un asedio. Y no sabemos lo que está pasando en el norte. Yo vengo de Rafah, que es la única zona donde se puede estar, pero en el norte, según información de familiares de compañeros gazatíes, allí sí hay hambruna. Porque allí no llega nada. Porque los camiones los roban, nada más pasar la frontera de Egipto.

¿Va a volver?

Ahora, hay otra rotación de Médicos Sin Fronteras, que sustituyó al equipo con el que yo estuve. Si tuviera que volver lo haría encantado, porque hay mucho por hacer. Se han quedado dentro todos los compañeros gazatíes y es dolorosa salir de allí, sabiendo que ellos se quedan.  La tendencia no es a mejor.