Población

La Noria busca el flechazo entre la ciudad y el mundo rural

La Diputación impulsa que asociaciones de grandes ciudades se impliquen en la vida de pueblos pequeños

La Opinión

El centro de innovación social La Noria de la Diputación de Málaga, el Aula del Mar y la Fundación «la Caixa», celebraron ayer el primer encuentro del proyecto Pueblo Acogedor, que busca unir a las personas de las ciudades con la vida rural para luchar contra la despoblación.

La iniciativa pretende establecer conexiones y vínculos emocionales entre las personas de municipios costeros y las personas de pequeños municipios de interior que dinamicen la vida en los pueblos y hagan más visible la vida rural, y que las personas de ciudad se enamoren de los pequeños municipios para que participen de la vida del pueblo en contacto con sus habitantes.

En esta experiencia piloto los protagonistas son los vecinos de siete pequeños pueblos de la provincia: Alcaucín, Árchez, Benarrabá, Cortes de la Frontera, Jimera de Líbar, Jubrique y Genalguacil.

Los pueblos acogedores, a través de sus instituciones, pueden ofrecer a las personas o grupos que deseen adoptar su pueblo, su territorio y servicios, la vida cotidiana, las tradiciones e historia que la definen, la personalidad de sus gentes, senderos en el medio natural, paisajes o proyectos.

A cambio, las entidades sociales acogedoras proponen realizar en sus pueblos de acogida acciones y proyectos que ayuden a dinamizar el municipio elegido. Cada asociación debe acoger un pueblo al que le gustaría pertenecer, y desarrollar acciones según la finalidad de la asociación: medioambiental, cultural, educativa, social, deportiva, gastronómica...

La vicepresidenta cuarta y diputada de Innovación Social, Natacha Rivas, desatacó la apuesta por crear vínculos «entre habitantes de grandes localidades con el territorio rural para aprovechar los conocimientos y enriquecer estas relaciones en ambos sentidos, lo que hace este proyecto piloto innovador en la lucha contra el despoblamiento».

Natacha Rivas añadió que para que las personas de ciudad emprendan una vida en un pueblo y perdure es necesario crear vínculos emocionales: primero hay que enamorarse y ya vendrá el matrimonio.

La Noria ha contactado con más de 100 asociaciones de municipios costeros y ha seleccionado a 20 de muy diversa índole con el objetivo común de nutrir y dinamizar a los siete pueblos participantes en el proyecto.