Protestas
Agricultores malagueños exigen medidas ante la crisis de la patata
De la misma forma que ocurrió con la cebolla, la recogida de patatas no ha sido fácil para los agricultores, que no pueden hacer previsiones de futuro ante un sector tan imprevisible
Amanda Pinto
Una vez finalizada la temporada de recogida de patatas, es hora de hacer un balance de la situación tan delicada que atraviesan los agricultores que se dedican a su cultivo. Los trabajadores reivindican, una vez más, que se ponga en valor su trabajo y se les recompense como es debido.
Hace meses que los agricultores de la comarca de Antequera, así como del panorama nacional, denuncian el bajo precio de la patata, que no consigue hacer frente a los altos costes de su producción. El presidente ejecutivo de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, explica que el precio actual del cultivo no permite amortiguar los costes de su almacenamiento, sobre todo en la temporada de verano, cuando la patata tiene que almacenarse en una cámara con sus respectivos costes.
Bellido asegura que hay que saber diferenciar cuando el producto es de temporada y, por lo tanto, de mayor calidad. Los agricultores lamentan que, en la actualidad, es muy difícil sacar los cultivos adelante, al igual que pasó con la cebolla. «La temporada de patatas ha sido de precios bajos, se han podido recoger todas, aunque esta patata es más difícil de almacenar, ya que debe ser guardada en cámara. Tiene un mayor coste de almacenamiento, pero aún así se ha intentado buscar un precio algo superior».
La situación actual a la que el campo se ve sometido no permite hacer, además, previsiones de futuro. «Ahora mismo estamos sembrando la patata que se recogerá durante las fechas navideñas. La situación actual nos limita a que no sepamos que va a ocurrir en un futuro. Los agricultores están esperanzados en que las patatas que se están sembrando de cara a la próxima temporada tengan un precio razonable y una seguridad en la salida», señala el presidente ejecutivo de Asaja.
Los agricultores se enfrentan cada año a unos costes más elevados obteniendo un beneficio menor. La tierra se sigue cultivando y, por tanto, la mano de obra continúa siendo igual de necesaria, no obstante, lo que obtienen a cambio apenas da para vivir.
Esta difícil situación ha llevado al levantamiento del sector, que está cansado de que su trabajo no sea recompensado. Ejemplo de ello fue la acción del pasado 6 de agosto que tuvo lugar en la plaza de la Marina de Málaga, en la que se repartieron 3.000 kilos de patatas a los viandantes a modo de protesta.
Actualmente, según datos de la UPA, en la provincia malagueña hay 500 hectáreas destinadas al cultivo de la patata, por lo que la acumulación del producto no es una opción. Además de la pérdida económica que supone el bajo precio del cultivo, también está en juego la dignidad de los agricultores, a los que cada vez se les hace más difícil seguir adelante.
Parte de esta situación es derivada de la actuación de los intermediarios y las grandes superficies comerciales, que establecen pautas y directrices sin tener en cuenta la situación y realidad del sector de la agricultura, aseguran. Además, la importación de patatas procedentes del extranjero dificulta, aún más, la delicada situación de los trabajadores.
Los agricultores reivindican medidas urgentes y valientes que acaben con la crisis de precios que asola el sector de la agricultura y que se les pueda recompensar la importante figura que desempeñan en la sociedad.
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