Coches clásicos

Más de un centenar de vehículos clásicos quedan en Bobadilla Estación

Los participantes realizaron una ruta en carretera por otros municipios como Mollina, Fuente de Piedra, Sierra de Yeguas y Campillos

Más de un centenar de coches de toda Andalucía se dieron cita este sábado en la tercera concentración de vehículos clásicos e históricos de Bobadilla Estación, organizada por la delegación de Málaga del Club Nacional Seat 1430,124 y 124 Sport.

Un evento que cada año levanta pasiones, pues las inscripciones se agotaron en solo tres días tras su publicación. «La aceptación ha sido fantástica. El año pasado recibimos muy buenas críticas y ahora vamos a intentar mejorar esta tercera concentración», manifestó Luis Moreno, delegado en Málaga del club

El modelo mayoritario fue el Seat 1430 y el 124, pero también se pudieron ver marcas como Citroën, Simca y Renault o el mítico Seat 600. Todos con un denominador común: más de treinta años de antigüedad.

En esta ocasión los participantes se reunieron directamente en el Paseo Real de Antequera, donde se les hizo entrega de los dorsales tras comprobar la documentación. Después de más de una hora de exposición de cara al público, los conductores y sus acompañantes se prepararon para pisar de nuevo el asfalto con el objetivo de emprender una nueva ruta por carretera hacia Mollina, pasando por Humilladero, atravesando Fuente de Piedra y Sierra de Yeguas hasta llegar Campillos.

Concentración de coches clásicos de Bobadilla Estación.

Un momento de la concentración de coches clásicos, en el Paseo Real de Antequera. / Celia Paredes

La entrada a Bobadilla Estación se produjo al mediodía, momento en el que desfilaron por el pueblo para luego comenzar una jornada de convivencia con servicio de barra en el Recinto Ferial. Como en años anteriores, coches, dueños y asociaciones fueron premiados en distintas categorías: el conductor más lejano, el más veterano, el vehículo más antiguo, los tres clubes más numerosos, el Seat 1430 o 124 más bonito y del resto de vehículos.

La pasión por el mundo del motor forma parte del ADN de Jaime desde que iba con su padre a ver la Subida a Sant Feliu de Codines en Barcelona. Ahora su gran afición le ha llevado a participar con su hija en concentraciones como la de Bobadilla, a la que no ha faltado ningún año con su Ford Escort Cosworth. «Quienes tenemos un coche histórico o antiguo, le dedicamos muchas horas al cabo del año, porque es nuestra pequeña joya. El ser partícipe en este tipo de eventos gusta y hace mucha ilusión, porque compartes tu pasión con otras personas que lo viven igual que tú. Lo bonito es la unión que se produce también entre generaciones. Además, la gente es muy respetuosa porque son conscientes del esfuerzo, tanto físico como económico, que supone tener y un vehículo de estas características», puso en valor.