Dulces

Antequera espera una buena campaña de mantecados

Los principales obradores de la localidad prevén buenos resultados, igualando cifras del año anterior y llegando incluso a superar, en muchos casos, los 700.000 kg de producto

Mantecados recién fabricados en Antequera.

Mantecados recién fabricados en Antequera. / amanda pinto. ANTEQUERA

Antequera ha dado la bienvenida al otoño impregnando sus calles del aroma tradicional del ajonjolí, la almendra y la canela. Esta cita anual es un recordatorio de que la Navidad se acerca y con ella, la dulzura de los mantecados, el producto por excelencia de la zona.

Incluso los paladares más exquisitos caen y se deleitan con este sabroso dulce milenario cuyo origen se remonta al siglo XVI y no en la época árabe, como se tiende a pensar. Su bajo coste lo convirtió en el producto protagonista de las mesas antequeranas, convirtiéndolo en uno de los reclamos gastronómicos favoritos con la llegada del frío.

Ese gusto por lo dulce sigue estando muy presente en el municipio, siendo el mantecado una base importante de la economía de la ciudad. Son muchos los obradores y conventos que, en estas fechas, elaboran este producto con sabores hoy en día muy variados, utilizando aceite de oliva en lugar de manteca o algunos de ellos horneados con leña.

Sin embargo, el rosco de vino, tal y como cuentan en Torcadul, sigue siendo el dulce indiscutible favorito cada Navidad. «El rosco de vino es nuestro producto estrella por excelencia pero siempre hay que seguir renovándose», explica Ángela, recordando que este año han incorporado el polvorón de almendra y coco bañado en chocolate.

Con respecto a la producción, la empresa explica que está siendo «una temporada muy buena» y que esperan llegar a los 300.000 kilos, igualando las cifras del año pasado.

Al igual que en 2022, el aumento de las temperaturas ha interferido sobre el ritmo de fabricación. Así lo aseguran las hermanas del Convento de las Descalzas, que han tenido que retrasar la campaña debido al calor. «Este año hemos tenido que comenzar más tarde ya que algunos productos no se pueden fabricar cuando hace mucho calor, porque afecta a su calidad», confiesan.

Pese a ello, en general esperan una producción bastante positiva, aunque no se arriesgan a imponer números, sino que se irá «viendo sobre la marcha». «Después de la pandemia poquito a poco va subiendo y esperamos que este año también siga en alza la producción y la venta».

En el caso de Delicias de Antequera, el frescor del mes de septiembre les ha dado un respiro. «En septiembre realmente ha hecho más fresco, se puede decir. Cuando han venido los últimos días de calor ha sido en octubre y ahí sí ha bajado la producción. Es un poco la montaña rusa, tienes que estar preparado para lo que te venga, porque esto es así», aventurando que el mes más intenso será noviembre. «Noviembre es brutal, tienes que tener un poco de almacenamiento porque lo que no vendas está perdido», explica Violeta Rivas, gerente del obrador, quién estima una producción de 700.000 kilogramos.

Tal es la popularidad que han adquirido los mantecados de Antequera, que incluso gente de fuera de la provincia se desplaza cada año a la localidad para poder hacerse con los suyos. «Hay gente que viene cada año desde fuera para buscar el mismo producto».

Todo ello se debe, tal y cómo explican Las Descalzas, al «boca a boca» de la gente y a la incorporación de las nuevas tecnologías en las ventas. «Esto tiene que ver con la tradición, es un gusto que va pasando de familia a familia y así se va transmitiendo el valor del producto. Además también tenemos una página web que nos ha ayudado a incrementar las ventas para ir avanzando», celebran las hermanas.

De esta manera, el otoño marca el inicio de una dulce y rica tradición, arraigada de generación en generación en la Ciudad de los Dólmenes.