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El Palique

Jose María de Loma

Redactor jefe

El pleno

Bronca ayer en el pleno de Málaga. No pasa nada, que se insulten, que se pongan nerviosos, que se ganen el jornal

El pleno del Ayuntamiento de Málaga exigió ayer al alcalde, Francisco de la Torre, que retire a la concejala Teresa Porras las competencias sobre Limasa. Daría un mitad doble y un pitufo a la catalana por oír (presenciar no hace falta) la conversación tras el pleno entre el regidor y la concejala. Los ánimos, las explicaciones, estos son así, alcalde, ya, ya lo sé. Y tal.

Porras queda reforzada. Cada hostia que le da la oposición empecina al alcalde, la empecina a ella y significa que De la Torre no puede descabalgarla porque sería darle la razón a la oposición. Antes, muerto. Es un callejón sin entrada. Sin salida. Porras no pierde poder, pero pueden, ella y Limasa, llevar al alcalde a una situación, en plena víspera electoral, desquiciante y descacharrante, sin saber qué hacer con Limasa, con Málaga sucia, los puestos que se heredan, gerentes que prometen presuntos chanchullos y pactos de silencio. Todo bufo.

La izquierda quería la destitución de Porras. Y no pide su fusilamiento porque le da corte. Ciudadanos le echó un capotillo a Porras, como si ésta necesitara defensa de alguien. Los naranjas se prestaban a firmar la moción si en vez de pedir la destitución la cosa se quedaba en dejarla sin competencias sobre Limasa. Y así se hizo. Ciudadanos tiene habilidad para apoyar al alcalde pero no apoyarlo. Sí y no. Propiciar cambios para colarse en los titulares. Y eso. En cualquier caso, anotemos que Alejandro Carballo, viceportavoz naranja, fue de los más claritos: «El culpable de los problemas con Limasa siempre ha sido De la Torre que no ha sabido buscar soluciones». Habría que contestarle que sí, que ha encontrado una: dejarlo todo para después de las elecciones. Y que eso puede significar dos cosas. O que el alcalde piensa «el que venga detrás que arree». O que el alcalde piensa «ya arrearé yo, que vendré detrás». Arrear en cualquier caso. Arreemonos todos en la lucha final y la casa (Málaga) sin barrer.

Hubo palabras gruesas ayer en el salón de plenos. Recriminaciones, venablos e invectivas. No pasa nada, que suden y se pongan nerviosos y se ganen el jornal. Incluso alguien llamó a otro «actor», lo que da una idea del nivel y de lo que algunos consideran insultante. El portavoz socialista, Daniel Pérez, habló de Gobierno «corrompido», aunque uno es más partidario de la forma «corrupto». De lenguaje hablamos, oiga. Fue oírlo y ponerse a gritar. De la Torre, no Pérez: ¡Este es un Gobierno ejemplar, este es un Gobierno ejemplar!

Pues va a ser que no todo el mundo lo tiene tan claro.

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