Opinión | Mercados

Inteligencia Artificial, ¿máximos artificiales?

Estamos en un momento de mucha euforia con la IA pero, como decía Alan Greenspan, hay que si preguntarse si no hay cierta exuberancia irracional de los mercados

Un estudiante, utilizando la aplicación de inteligencia artificial ChatGPT.

Un estudiante, utilizando la aplicación de inteligencia artificial ChatGPT. / E. P.

Siempre hay un sector de moda que tira de un mercado alcista, y como todos sabemos en este caso estamos hablando de las empresas de Inteligencia Artificial, cuyo buque insignia es Nvidia. Hasta tal punto, que un tercio de la subida en este 2024 del SP500 americano es gracias a dicho valor.

Ni es la primera burbuja o boom bursátil, ni será el última. Este término no significa que sea mentira su realidad empresarial; es una manera de explicar aquello que dijo en 1978 el economista Alan Greenspan, que fue presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos entre 1987 y 2006: “La exuberancia irracional de los mercados”. Pues hay que recordar que de aquella burbuja de las puntocom salió, aunque algo más tarde, todo un gigante mundial, Google. El funcionamiento del mercado cuando hay una novedad (puntocom, inmobiliarias, renovables o ahora Inteligencia Artificial) es apostar por todas, pues en un primer momento no se sabe cuál será la líder o ganadora. Luego la realidad pone a cada una en su sitio, unas siguen y otras desaparecen.

Los mercados bajan y suben. La cuestión es si las alzas están respaldas por mayores beneficios empresariales, buena marcha de la economía, mejores expectativas o aumento de la liquidez en el sistema, además de todos los problemas geopolíticos (el último, las maniobras militares de China en Taiwán).

En este sentido, tenemos el Nasdaq 100 con un PER de 28 veces, con muchas empresas (y de las grandes) con dicho ratio por encima de 40 veces, cuando siempre se ha dicho que un PER de compra es en 15 veces y 30 ya es caro. Los beneficios siguen funcionando bien y con sorpresas o revisiones al alza, pero las expectativas de bajadas de tipos, que es lo que ha hecho subir a los mercados los últimos meses, cada vez son menores. Por ejemplo, la semana pasada la posibilidad de bajar tipos en Estados Unidos en septiembre era del 68% y esta semana es del 51%.

El medidor de la calidad de la subida

Todo esto, a veces, se refleja en el mercado y en la calidad de su subida, es decir, en la confianza de que siga subiendo. Hay quien para ver si las subidas han ido demasiado lejos utiliza indicadores técnicos en los gráficos. Uno de los más utilizados y, no por ellos menos efectivo, es el RSI, que son las siglas en inglés de Relative Strength Index. Como su propio nombre indica, el RSI mide el impulso de los cambios en el precio de un activo para evaluar si el precio de dicho activo está sobrevendido o sobrecomprado. Su valor se sitúa entre 0 y 100, por lo que se representa gráficamente mediante una línea continua que se mueve dentro de ese intervalo. El RSI fue creado originalmente por el J. Welles Wilder en el año 1978, habiéndose popularizado y extendido su utilización desde entonces.

El RSI proporciona una medida de que tan bien se está comportando el precio de un activo frente a sí mismo y oscila su valor entre 0 y 100. Esto se traduce, a efectos prácticos, en medir si un activo está sobrevalorado o infravalorado. Una lectura del RSI por encima de 70 se considera indicativa de que un activo está sobrecomprado o sobrevalorado. Por tanto, un RSI por encima de 70 estaría adelantando un posible movimiento correctivo del precio, pero no definitivo. Por el contrario, una lectura del RSI por debajo de 30 indica que un activo está sobrevendido o infravalorado, por lo que un RSI en este nivel podría anticipar una reacción alcista del precio.

Otra utilidad de este indicador, y menos conocida, son las divergencias. Se utilizan en gráficos semanales y para índices, pues estos están compuestos por una diversidad de valores que dan un comportamiento más ordenado y racional, mientras que un valor por su excepcional comportamiento (Tesla o Nvidia) puede subir más allá de lo estimado o lógico sin que las divergencias funcionen, son mucho más volátiles e imprevisibles.

Un operador mira los monitores de cotizaciones en la Bolsa de Nueva York.

Un operador mira los monitores de cotizaciones en la Bolsa de Nueva York. / Efe

Señales de pérdida de fuerza

Las divergencias, bajistas o negativas, ocurren cuando el indicador alcanza niveles máximos, pero cada vez más bajos en el RSI mientras que las cotizaciones del valor, por ejemplo, el Dow Jones, forman máximos cada vez más altos. Cuando esto sucede es señal de pérdida de la fuerza de la tendencia del precio. El precio del Dow Jones alcanza su máximo nivel en 40.000 puntos respecto a otro máximo anterior en 38.000 puntos, mientras que el indicador índice de fuerza relativa (RSI) desarrolla un máximo en un nivel 80, más bajo que el producido en el nivel del máximo anterior del Dow Jones, 92. El RSI está bajista y el Dow Jones alcista, por eso es una divergencia negativa o de implicaciones bajistas. 

Estamos en un momento de mucha euforia con la Inteligencia Artificial, con muchos activos como índices, oro o Bitcoin, subiendo y en máximos, pero la idea es, como decía Greenspan, si no hay cierta exuberancia irracional de los mercados y la subida es “artificial”.

Feliciano Macías Bermejo es asesor de inversiones en la oficina de Renta 4 en Málaga.