Opinión | Notas de domingo

Palabras felices

Tertulia política durante la gala de los 25 años de La Opinión de Málaga, este jueves.

Tertulia política durante la gala de los 25 años de La Opinión de Málaga, este jueves. / Álex Zea

Lunes. Nueve de cada diez españoles apoyan que se sancione a quienes tiran colillas al suelo, dice el titular. A ver, lo interesante es el décimo, el que está en contra de que esa conducta se sancione. Como ese dentista que sí recomienda chicle con azúcar. ¿Por qué estará en contra de multar al que tire una colilla? La pregunta queda ahí colgada todo el día. Lo bueno de reflexionar sobre estas chaladuras es que se esquivan pensamientos invasivos. Lo mismo patento el método. O escribo un libro de autoayuda. ¿Habrá algún libro de autoayuda sobre cómo escribir un libro de autoayuda?

Martes. Tertulia en Canal Sur Radio conducida por Manuel Pérez Alcázar. Hoy con el director de Ideal, Quico Chirino, y Laura Garófano de El Español. La conversación fluye ágil mientras veo por la ventana la evolución de un nube y recuerdo la lectura con la que me asaltó la madrugada: ‘Mil ojos tiene la noche’, de Juan Manuel de Prada. El protagonista entrevista a Gregorio Marañón, que pasa por ser un liberal, un abanderado de la tercera España. Estamos en 1940. París. Sin embargo, queda convencido de que mostrarse afecto a Falange le va a venir bien. El capítulo, un duelo dialéctico entre entrevistado y entrevistador es prodigioso. Un poco antes quedo embobado con la escena procaz de una señora que hace estriptis en un antro de paredes viscosas en el que los parroquianos beben absenta y a la desnudista le entran y le salen cosas. Del alma.

Miércoles. El sueño de algún machista: yo os declaro marido y ujier.

Jueves. Veinticinco años cumple La Opinión de Málaga. «Me he dejado la vida en los periódicos pero en algún lugar había que dejársela», decía Manuel Alcántara. Cientos de periodistas han hecho posible esta andadura. Toda una escuela. Una familia, una ligazón para siempre. Tras el acto, en el cóctel, con el marasmo de amigos, abrazos, parabienes e incluso lectores siento una emoción profunda. La cuestión no es qué jóvenes éramos entonces, y sí cuánto bueno está por llegar. Más de 9.000 días. ¿Cuántos millones de palabras habremos publicado? ¿Quedará alguna palabra en el diccionario que no haya sido impresa en La Opinión de Málaga? Por si acaso escribo ahora esta: nefelibata. Dicho de una persona soñadora que no se apercibe de la realidad.

Viernes. Las jacarandas de Málaga, el espectáculo más hermoso, titula su crónica del día Alfonso Vázquez en este periódico. Y sigue: «Málaga tiene más necesidad de jacarandas, tipuanas, grevilleas, tulíperos del Gabón, árboles del coral y bauhinias que de pisos turísticos, una especie invasora». Uno no sabe si es más espectáculo el florecer jacarandoso o leer al gran Vázquez. Impelido por la curiosidad, cierto conato reporteril y algo de espíritu atlético, me lanzo a la calle a buscar jacarandas como quien va a buscar un champú o una cafetera. Alcanzo la plaza de la Merced y las contemplo. Hay que esforzarse de cuando en cuando en realizar un acto puramente inútil, contemplativo, bello. Tras lograr extasiarme diez segundos y sin mirar el móvil, hago una foto de las jacarandas y la envío, como experimento, a tres grupos de Whatsapp. En uno solo circulan memes políticos, otro es de la gente del colegio y el tercero una mixtura de intereses. Ahí dejo la bomba. Que circule. De vez en cuando hay que agredir a la gente con la belleza. La belleza como arma desarmante. La gran belleza. Miren las jacarandas. Es gratis y no pasa demasiadas veces al año. No sé si me ha salido una parrafada jacarandosa.