Opinión | MÁLAGA DE UN VISTAZO

Málaga y el queso suizo

Málaga de récord; lamentablemente de marcas muy perniciosas en medio de una convivencia de una ciudad paralizada por una compunción trémula que lo inunda todo y a todos. La provincia ha superado el millar de contagios; la capital se halla en 945 casos, por lo que, precipitadamente, esté abocada a un nuevo cierre de la actividad no esencial. Tras esta ardua coyuntura, la cuestión sugerida es indagar el punto donde radica la lacra de nuestra condición connatural para no cuidarnos, solidarizarnos con nosotros y con nuestros semejantes ¿Dónde habita la solidaridad y la responsabilidad? la cual debemos contraer para poder detener y estabilizar este terrible azote de tristeza, dolor y muerte; ¿dónde buscar el desacierto entre tanta insensatez?

El profesor de Psicología de la Universidad de Manchester James T. Reason, especialista en el estudio de los errores humanos, en el año 1.990 tuvo la agudeza de elaborar una analogía para dilucidar las calamidades colectivas en las que no solo influye una causa. Los procedimientos enrevesados –sistemas complejos-, según su arquetipo, serían como un queso suizo «en el que cada capa de seguridad (cada loncha) tiene su propia falla (agujero), de manera que solo cuando todos los agujeros se alinean es cuando el potencial riesgo atraviesa todas las capas y sucede la desgracia. Han pasado tres décadas y este planteamiento sistematizado ha servido para examinar y evaluar toda clase de catástrofes: nucleares, aéreas o sanitarias en las cuales no todo dependía del equívoco de una persona, sino del eslabonamiento de una serie de debilidades trocadas en negligencias. Cada uno de nosotros debemos saber dónde hemos fallado y más tarde todos juntos buscar la solución frente a esta situación dramática que estamos padeciendo. Una cosa es incurrir en un error; otra, más nociva, seguir cometiéndolo.

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