Opinión | El Palique

Las Penas

Pablo Montesinos.

Pablo Montesinos. / Jose María de Loma

A Pablo Montesinos lo quitaron de las tertulias de La Sexta para hacer de bombero. Apagafuegos por provincias. Estuvo en Málaga ayer para ir a la cofradía de las Penas y hablando de tales, los periodistas le preguntaron por el enfrentamiento entre el PP andaluz y Pablo Casado. El cabreo de la dirigencia pepera andaluza fue tal que no aparecieron por el congreso del PP sevillano. Nadie. Ni Bendodo ni Moreno. Sí acudió Teodoro García Egea, que no se pierde un funeral. Fue para marcar territorio y hacer ver que es Madrid quien controla aún las colonias, Madrid quien quita y pone, en este caso a Virginia Pérez. Tanto negó Montesinos que Juanma Moreno esté enfadado que va a quitar el beneficioso efecto que pudiera tener escenificar ese enfado. Que se está escenificando a posta. Madrid uno, Andalucía cero en el marcador interno del PP, resultado que no obstante es para algunos árbitros de dos a cero, teniendo en cuenta que Casado laminó a Soraya Sáenz de Santamaría. Cuando de un político hay que volver a escribir el nombre completo es que ya se está olvidando. Algunos sueñan con que haya pronto que escribir Susana Díaz y no solo Susana, como hasta ahora. Por soñar, no pocos sueñan con la Subdelegación del Gobierno en Málaga. Dos reconocidos sanchistas, pedristas, la apetecen y cumplen los requisitos. Uno ya se postuló para el cometido. Montesinos habló un rato en «politiqués», ese idioma en el que a veces se le echa alpiste a los periodistas y cuyo principal dialecto es el «argumentario». Tampoco se movió del guión cuando le inquirieron sobre si Patricia Navarro, delegada del Gobierno andaluz, puede o no ser secretaria general del PP provincial malagueño. Madrid dice, por joder, que hay incompatibilidad (la hay por estatutos, pero también hay excepciones) y ahí está el pulso. No faltan fuentes que indican que desde la presidencia provincial se insiste en ese nombre teniendo en realidad otra preferencia para así tener una carta con la que jugar. Fingir una cesión. Para haber tanta unanimidad como proclaman nunca se observó cosa tan rara: muchísimos días después de celebrar su congreso aún el PP malagueño no tiene sus principales cargos nombrados. Congreso para nada. Y los aspirantes penando. Llena ayer la cofradía de las Penas.