Opinión | Tribuna

28 de febrero: Hablar, sentir, pensar y actuar en andaluz

El 28 de febrero es un día de fiesta y de recuerdo a los que nos precedieron. Este año, celebramos el 42 aniversario del referéndum para el inicio del proceso autonómico según el artículo 151 de la Constitución Española. Aquella consulta popular obtuvo un sí abrumadoramente mayoritario en las urnas. Desde ese instante, la justa reivindicación, ya atendida, dio paso a una empresa de mucho mayor calado: la gestión de nuestro territorio, un camino difícil y lleno de desafíos, pues significaba la puesta en marcha del Estatuto de Autonomía aprobado justo un año después, que propició la creación del Gobierno de la Junta de Andalucía. Y así, el próximo mes de junio se cumplirán 40 años de la constitución del primer Parlamento Andaluz.

En 1980 apostamos por un autogobierno que hablara, sintiera, pensara y actuara en andaluz y el resultado, con sus grandes luces y algunas sombras, se puede considerar altamente positivo.

Es cierto que vivimos unos tiempos complicados, a nivel sociolaboral y económico y, como consecuencia de la pandemia y, por eso, conviene rescatar aquel vigor colectivo de los primeros años 80 y ejercer ese andalucismo proactivo, esa solidaridad tan nuestra. Juntos seguiremos construyendo una autonomía generadora de empleo, riqueza y oportunidades. En el día de homenaje a la bandera blanca y verde, acordémonos de quienes pusieron sus ideales, su trabajo, su esfuerzo, su sudor, su sabiduría e incluso su vida por nuestra bendita tierra.

La savia nueva andaluza, las generaciones de jóvenes de hoy, nos llenan de orgullo porque, pese a las dificultades, han sabido recoger el testigo. Ellos contribuyen, con su talento, su cualificación y sus nuevas ideas, a que Andalucía se consolide como tierra de oportunidades y de esperanza, sin descuidar que somos lugar de acogida de gentes venidas de todas partes, y no solo por su clima o sus atractivos naturales, sino sobre todo, porque ahora Andalucía es más locomotora económica y tecnológica que nunca y está en el punto idóneo para recibir inversores, proyectos, ideas, mano de obra cualificada y talento.

Ahora más que nunca, es el momento de los emprendedores, de la cultura empresarial, del I+D+I, y en ello nos debemos empeñar las administraciones e instituciones públicas. En Andalucía hay más de 500.000 autónomos y eso es un activo que debemos aprovechar para relanzar. Ayuntamientos como el nuestro, el de Alhaurín de la Torre, trabaja en una decidida apuesta por la cultura del esfuerzo, del autoempleo, de los nuevos yacimientos de empleo sostenible, la agricultura ecológica, la tecnología punta.

Tal es el caso de Ly Company Water Group, también conocida como Only Water, nacida en 2015 como proyecto piloto para minimizar el impacto climático de los envases de un solo uso y de consumo masivo. Con una inversión superior a los 15 millones de euros y presencia en 20 países, se considera líder mundial en el envasado de agua en formato sostenible. Se trata de la única multinacional nacida en Alhaurín, con fábricas propias en distintos lugares. Es un proyecto genuinamente alhaurino. Sus gerentes son un ejemplo a seguir y han recibido numerosas distinciones por su excelencia, como ocurrió hace unos días, de manos de la delegada del Gobierno Andaluz en Málaga, en reconocimiento a la innovación y su vocación internacional.

Andalucía puede y debe seguir creciendo en esta línea y las instituciones, también. Municipalismo, co-gobernanza, sostenibilidad, movilidad, inclusión… Son palabras hoy llenas de sentido y contenido y que los ayuntamientos vamos incorporando a nuestro día a día para lograr ciudades con mejores servicios, más limpias, amables y accesibles y con ciudadanías más implicadas. Y todo ello, con esa mirada andaluza, esa alma, esa idiosincrasia tan característica, a la que jamás debemos renunciar. Porque ya pasaron los tiempos sombríos de una Andalucía atrasada, acomplejada y ninguneada y porque hemos dado un salto de calidad en todos los sentidos, 42 años después, con autoestima, capacidad, trabajo y emprendimiento. Y así debe seguir siendo.

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