En corto

El destino de una especie tonta

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Un poco antes de la guerra de Ucrania se daba por sentado aquí el destino inexorable de Rusia de convertirse en una potencia militarista. El paso del tiempo va confirmando por desdicha ese camino de una de las dos mayores potencias nucleares del mundo. Sin el contrapeso de principios, el destino natural de un pueblo es siempre aquel que pone en valor sus fortalezas. De este modo, invirtiendo la conocida sentencia de Marx, la farsa de Corea del Norte se repetirá como tragedia en Rusia, pero también en el mundo, pues una potencia militarista obliga a sus enemigos a rearmarse para asegurar su defensa y seguridad, so pena de ser sometidos. Mientras deberíamos concentrar esfuerzos en la lucha efectiva contra el cambio climático, si no para evitar el calentamiento global (quizás sea ya tarde para eso) al menos para ralentizarlo, un fatal destino nos aboca a reeditar la guerra fría.

Suscríbete para seguir leyendo