Málaga de un vistazo

14 de febrero

Flores en la víspera de San Valentín.

Flores en la víspera de San Valentín. / Álex Zea

Jordi Cánovas

Jordi Cánovas

El enamoramiento es un estado mental maravilloso -y para no pocos adictivo-, que nos permite querer a alguien que todavía no conocemos y una vez lo llegamos a conocer puede pasar que lo amemos de verdad o que ya no lo soportemos más. O que no nos soporten. El amor es de las pocas cosas en las que no nos podrá suplantar ni superar la inteligencia artificial, para eso siempre se necesitarán -al menos- dos personas. Aunque lo mismo pasa como en la película ‘Her’ y alguno sí desarrolla algún tipo de enamoramiento hacia la personificación de una IA, pero siempre sería un amor platónico, unidireccional, no correspondido. Pero quién elige a quién amar.

El amor es ciego o, más bien, el amor mira desde otros ojos con los que se ven otras cosas o con los que se deja de ver lo que se veía antes, del mundo o de alguien. Quién no se ha visto sorprendido alguna vez enamorado de quien nunca hubiera imaginado, o quién no ha lamentado muchas otras veces haberse relacionado sentimentalmente con alguien y no entiende ahora qué pudo ver en aquella persona que, o bien no se parece nada a la de antes, o bien no supimos mirar entonces lo que se ve ahora sin fijarse. Pero es lo que tiene el amor, que nos embarca en inmensos océanos de sentimientos de los que al final sólo queda el triste charco de una despedida, si se acaba. Porque a veces el amor sí dura para siempre. Y habrá hoy quienes celebren su enésimo día de san Valentín y todavía encuentren cosas para regalarse, y todavía sea un regalo seguir juntos. Aunque lo bueno de estar enamorado es que no necesitas un día especial, cualquiera te vale. Los enamorados de verdad no saben ni en qué día viven. Por cierto, hoy es martes, enhorabuena si no lo sabías antes.

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