En corto

A destiempo y encima de oídas

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Hace ya mucho que no me pongo en la tele en un ‘debate decisivo’, algo impropio de un opinante, pero es por motivos de salud: me pone nervioso ver los balones que pierden uno u otro y me apetece saltar al plató de suplente. He optado a veces por comentar a toro pasado los rebotes, o sea, la paleta de reacciones, los diversos ecos, pero esta vez, visto que la victoria de Feijóo era casi unánime, no valía la pena. ¿Es muy tarde ya al tercer día? Bueno, de un tercer día viene nuestra civilización. Lo más raro del debate ha sido que solo estuvieran dos, cuando en realidad el 23 todo dependerá de cómo les vaya a sus parejas de baile. Eso ha casi un fraude, o sin casi. Lo siguiente (y voy de oídas) no es raro, pero sí patológico: que los dos hayan aceptado como normal lo de hablar quitándose la palabra. Se diría que les asusta soltar una idea completa, como si les faltara aliento para tanto.

Suscríbete para seguir leyendo