La Libreta del Duque de Chantada

El termómetro de Vitoria

Ahora llega la visita al Buesa Arena y el termómetro de Vitoria. No me refiero al tiempo climatológico, aunque si os interesa os comentó que el domingo es el único día que no dan lluvia en la capital alavesa en los próximos 14 días

Mel Otero

Mel Otero

Dos victorias distintas pero necesarias aclaran un poco el presente del equipo cajista. El protagonismo de Perry y Carter lideraron en la ACB y los veteranos Thomas, Djedovic y Kravish en la BCL. La aparición de este último es quizás la mejor noticia de los últimos días porque parece alejar los temores a una prolongación «sine die» de su lesión. Y ahora llega la visita al Buesa Arena y el termómetro de Vitoria. No me refiero al tiempo climatológico, aunque si os interesa os comentó que el domingo es el único día que no dan lluvia en la capital alavesa en los próximos 14 días, sino al deportivo. A medirse a un equipo de Euroliga y de la parte noble de la competición nacional.

El Baskonia llegará evento después de jugar 2 partidos esta semana en Europa ante Bayern Múnich y Zalgiris Kaunas. Es decir, más exigido y con menos tiempo para preparar el encuentro, aunque también es cierto que estos 2 partidos los jugó en casa y los malagueños han tenido que viajar hasta Hungría. La salida de Darius Thompson a Efes y la llegada de Chima Moneke han cambiado un poco la forma de encarar los partidos de Joan Peñarroya. La mejora de Vania Marinkovic también es evidente y afecta a los roles del equipo blaugrana. El serbio tuvo un aterrizaje difícil en Vitoria, pero en este momento es uno de los jugadores más en forma del equipo vasco. Hijo de una jugadora de baloncesto y de un árbitro de fútbol, desde muy joven ha visto como las expectativas iban siempre por delante de él. Con sólo 17 años jugando con el Partizán anotaba 19 puntos en un partido de la Eurocup con 4 de 5 en triples. Unos días antes había anotado 10 puntos en la liga adriática ante el Skopje de Macedonia. Al acabar el partido hablaba de su rutina de entrenamiento: «En cada sesión lanzo entre 700 y 800 triples». Con 17 años y 9 meses se convertía en el capitán se su equipo, el histórico Partizan de Belgrado. Le costó adaptarse a la Liga ACB, pero ahora vive uno de sus mejores momentos deportivos en España.

Si hablamos de Nwachukwu Iheukwere casi nadie sabrá de quien hablamos, si finalizamos su nombre, Chima Moneke, seguro que sí. Uno de los últimos jugadores que se «paseó» por el Carpena con aquel Manresa que eliminó hace dos temporadas al Unicaja de la BCL. Nacido en Nigeria, su familia se trasladó a Camberra cuando tenía 2 años. Sus padres, Sydney y Eucharia Moneke, son diplomáticos. En Australia aprendió a jugar al baloncesto, aunque su infancia, como recuerda en una entrevista en ESPN, fue viajera y conoció países como Turquía y Suiza lo que le lleva a ser de ese reducido grupo de personas que puede decir que ha vivido en los 5 continentes. Amigo de algunas de las estrellas del baloncesto australiano como Dante Exum o Ben Simmons y después de una carrera muy normal por las ligas inferiores francesas en la 21-22 dio el salto a la élite con el Manresa. En 2 temporadas paso de la ProB francesa a la NBA. Atrás quedaba una juventud difícil por la lejanía de sus padres mientras daba sus primeros pasos en el mundo de la canasta. Llegó a estar 13 años sin ver físicamente a su padre, entre los 13 y los 26 años, y 6 años sin ver a su madre, entre los 14 y los 20. No sé si el sacrificio habrá merecido la pena, pero al menos ha conseguido su objetivo. Ser el líder de uno de los mejores equipos de Europa y jugar en la NBA.

Es el tiempo de seguir ganando sensaciones y sumar experiencias para consolidar la temporada de este equipo. Unas sensaciones que quizás no tuvo Mario Saint-Supery en su debut como titular en la BCL. Normal, no podemos esperar que con 17 años se pase meses sin jugar con el equipo y el primer partido la «rompa» desde el minuto 1. Es un gran jugador que merece paciencia, oportunidades y cuidados porque puede, y debe, ser importante en el futuro de este equipo. La suerte para él es que en Los Guindos, lo saben. Suerte…