A tomárselo con calma

Los réditos de opinión que según las encuestas fiables está obteniendo Feijoo de su política de “acoso y quebranto” de Sánchez (el derribo es por ahora quimera) supone a la vez su condena a proseguirla, sin escape posible. En el otro lado, algo parecido: la arriesgada alianza de Sánchez con el soberanismo le obliga a pedalear sus compromisos, alejando la posibilidad de pactos con Feijoo. Semejante situación política ¿es sostenible toda una legislatura?. No descartemos que sí. La experiencia enseña que situaciones inestables, cuando están equilibradas, otorgan al sistema una rara estabilidad. Así que acostumbrémonos a padecer ésta sin dejarnos dramatizar, igual que hace la economía. Con toda probabilidad el tiempo irá acreditando que no había nada dramático en juego, y el dramatismo real estaba fuera: cambio climático, guerras de Ucrania y Gaza, riesgos de avalanchas migratorias.

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