La Bodeguilla

El ‘ni contigo ni sin ti’ de Vox Málaga

Una delegación de Vox Málaga con Santiago Abascal en Madrid.

Una delegación de Vox Málaga con Santiago Abascal en Madrid. / TWITTER DE VOX

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Las relaciones de amor y odio que se dan entre fuerzas políticas colindantes en el abanico ideológico darían para un inabarcable tratado sociológico. Incluso, psicológico. Véanse, por un lado, la inercia cainita que lastra a la izquierda andaluza, la guerra Podemos-Sumar o las diferencias insalvables entre el PSOE e Izquierda Unida en muchos pueblos del interior de Málaga. Y, por el flanco derecho, ni siquiera habría que retrotraerse a ese pasado en el que existió con pujanza Ciudadanos. Bastaría con atender a una realidad que se ha acentuado, desde que cayeron los liberales, en el presente. De un tiempo a esta parte, saltan a la vista los trances en ‘modo Pimpinela’ en los que encallan Vox y el PP. Sin ir más lejos, en Málaga acabamos de asistir a uno de esos capítulos que ilustran ese intermitente ‘ni contigo ni sin ti’ que une -o separa- a sendas fuerzas políticas. Se nota a leguas que están condenadas a provocar constantemente el juego de las ‘siete diferencias’ para que ciertas similitudes o lejanías no les pasen factura en las urnas.

Aquí, la dirección provincial del partido de Santiago Abascal se ha negado a participar -a diferencia del PSOE y de IU que sí están asistiendo- en las reuniones promovidas por los populares para reivindicar inversiones principalmente estatales para la provincia. Era tan sencillo como que los dirigentes de Vox se sentaran en la misma mesa que el PP, como a buen seguro hicieron con fruición cuando pactaron la moción de censura en Mijas que desbancó hace un trimestre al PSOE de la apetitosa alcaldía costasoleña.

El ‘no’ rotundo a la ‘Alianza por Málaga’ fue justificado por el presidente de Vox Málaga, Antonio Sevilla, sin rodeos: «Casi a diario los representantes de Málaga nos sentamos en las instituciones para negociar las necesidades de la provincia con el PP y sus mayorías absolutas rechazan las propuestas; lo demás son pantomimas del PP, despachos, sillones fotos...». Además, a los dirigentes de Vox no les gustó nada, a principios de enero, que el PP primara la participación del PSOE en este foro. En aquel momento, los populares hicieron como que no escuchaban las críticas pero ahora, tras la negativa, no obviaron el nuevo golpe y aseguraron que «se ha demostrado que Vox está ausente en la provincia de Málaga».

Más allá de la justificación aireada, quizás haya influido también la tutela férrea del aparato nacional de Vox, que frena mucho de los pasos propios que podrían dar las direcciones territoriales. Y, a su vez, pesa la oposición escenificada o el inevitable contrapeso que Vox está abocado a ejercer en provincias como la de Málaga o en la Junta de Andalucía, ya que se ve en numerosas situaciones a la sombra de las cómodas mayorías absolutas conquistadas o recuperadas por el PP, gracias a los batacazos de Ciudadanos.

La número 1 de Vox por Málaga para el Congreso de los Diputados, Patricia Rueda.

Patricia Rueda. / Álex Zea

Rueda no repite en la cúpula

A finales de enero, una delegación de Vox Málaga asistió en Madrid a la reelección de Santiago Abascal como máximo dirigente nacional. El evento fue vivido con entusiasmo por un grupo de afiliados malagueños que cruzó Despeñaperros, según se encargó de proclamar por activa y por pasiva en las redes sociales la diputada Patricia Rueda. Sin embargo, Vox Málaga perdió peso en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) si se atiende a lo acontecido, casi cuatro años antes, en la madrileña Vistalegre. En marzo de 2020, pocos días antes del confinamiento por la pandemia, la malagueña Patricia Rueda fue incluida en una apuesta de la dirección nacional encaminada a proyectar perfiles nuevos y principalmente femeninos, al igual que sucedió con otras diputadas andaluzas como Reyes Romero y Rocío de Meer. No obstante, el nombre de Rueda -que llegó a ejercer como portavoz del CEN- no aparece ahora en el listado de 18 ‘elegidos’ -contando a Abascal- que componen la cúpula. En cambio, sí están la sevillana Romero y la almeriense ‘adoptiva’ De Meer, e irrumpe con la fuerza alcanzada últimamente la cordobesa de Cabra Pepa Millán, portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados. Eso sí, fuentes de Vox Málaga aseguran que «Rueda no ha sido sustituida por nadie», que «no ha perdido la confianza» de Abascal y que la ausencia obedece a cambios estructurales del partido.

Hubo una gestora

Más allá del liderazgo real que se le presupone a Patricia Rueda en Vox Málaga, el partido tuvo que ‘regularizar’ con la creación del actual Comité Ejecutivo Provincial (CEP) la provisionalidad en la que desembocó su dirección provincial. En el otoño de 2020, con una primera etapa de poco más de un mes tutelada de forma interina por Patricia Rueda, se creó una gestora que tuvo al frente a quien luego ha seguido como presidente de un CEP ya 'regularizado' por el aparato. Al parlamentario andaluz y excandidato a la alcaldía de Torremolinos Antonio Sevilla, que había ido de ‘segundo espada’ en la candidatura liderada por el expresidente provincial José Enrique Lara que perdió las primarias. El desencadenante de aquel periodo de provisionalidad fue que el presidente provincial electo, el militar retirado Enrique de Vivero, dimitió sólo un mes después de su triunfo electoral ante Lara por sus discrepancias con el partido; y terminó apoyando al PP en las elecciones andaluzas.