Mirando al abismo

La inestabilidad de los días

Ese febrero que solía encontrarme bajo una manta y sin ganas de nada, ya no existe. Ahora solo hay un cúmulo de días despejados y calor

Los días se vuelven inestables debido a la invariabilidad del clima, cielo azul, calor, algo de viento y ausencia de lluvias

Los días se vuelven inestables debido a la invariabilidad del clima, cielo azul, calor, algo de viento y ausencia de lluvias / Arciniega

María Gaitán

María Gaitán

Siempre están hablando de frío y lluvia en la televisión, pero no ocurre ni una cosa ni la otra. Ese febrero que solía encontrarme bajo una manta y sin ganas de nada, ya no existe. Ahora solo hay un cúmulo de días despejados y calor en mi horizonte.

A mis pulmones, tan alérgicos a la humedad como el resto de mí, les parece bien esta nueva situación climática. Así no tienen que preocuparse por resfriados ni bronquitis, la vida sin estar atado a un inhalador se vive mejor. También se vive mejor sin ese frío húmedo que te cala hasta los huesos, te pongas lo que te pongas, y que hace bastante difícil que entres en calor. La cuestión es que me quejé durante años del frío, de la lluvia y del invierno.

Ahora me encantaría ponerme chorreando mientras voy a trabajar, caminar todo el día diciendo eso de «qué frío hace» y volver a la rutina de inhaladores y resfriados porque lo que se ha llevado este cambio climático es el agua y su ciclo, que son como el eterno retorno nietzscheano y deberían suceder repetidamente durante el transcurso de los siglos.

Los días se vuelven inestables debido a la invariabilidad de su clima, cielo azul, calor, algo de viento y ausencia de lluvias. Y el sur se seca. No voy a hablar hoy de responsabilidad y culpa, o de que nuestros políticos debieron hallar solución al problema del agua (la última gran sequía tiene treinta y un años).

Hoy voy a hablar del agua y de cómo es para muchos científicos el principio de la vida, empezando por el filósofo presocrático Tales de Mileto, que estableció en su teoría filosófica que el agua es el principio de todas las cosas que existen. Para él es el agua la que dio origen al universo, de esta manera nació la primera teoría occidental sobre el mundo físico. Tales no iba desencaminado del todo, puesto que la ciencia ha demostrado que los seres humanos estamos formados por un sesenta por ciento de agua. Esa agua se encuentra, en su mayor parte, en el interior de las células y el resto circula en la sangre y baña nuestros tejidos. El agua es imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Ateniéndome a los hechos anteriores, decir sequía es lo mismo que decir hambruna, pero no reaccionamos igual.

Hoy salgo a la terraza y miro a ese cielo azul, que no tiene perspectivas de ensombrecerse, y pienso qué pasará con la melancolía si las nubes no vuelven.