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De mierda hasta las orejas

Un agente de la Europol y varios agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil salen de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF)

Un agente de la Europol y varios agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil salen de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) / Óscar J.Barroso/AFP7 - Europa Press

Vaya semanita lleva la Federación Española de Fútbol. La semana pasada escribí sobre la polémica de nuestro paisano Brahim como algo que me parecía mal gestionado por el organismo que dirige el fútbol. Pero estos días han demostrado que la elección de Brahim por Marruecos es el menor de los problemas para una Federación que está de barro hasta arriba.

Todos podíamos entender que se celebre la Supercopa española en Arabia era una cuestión de dinero. Y eso es comprensible. El fútbol profesional es un negocio y, como tal, hay que vender el producto lo mejor posible. Todos los deportes celebran allí torneos o campeonatos, ¿por qué no nuestro fútbol? Pero cuando después te enteras que había una oferta mejor, entonces ya no hay explicación. Bueno, sí la hay. Que supuestamente Piqué, el amigo del presidente Rubiales, no se llevaba comisión por esa otra oferta mejor. Es evidente que la Federación puede firmar con quien quiera, eso no se lo podemos negar. Pero ya huele mal si en el negocio está metido de por medio un jugador todavía en activo y que pertenece a uno de los clubes que, por contrato, deben estar cada año en la Supercopa para que los ingresos sean mayores. Es decir, a la Federación, de la que depende el estamento arbitral, le conviene que Madrid y Barcelona estén cada año en la Supercopa.

Huele peor si una persona influyente en la Federación, Ana Muñoz, dimite porque pide ver el famoso contrato con Arabia. ¿Por qué no se lo enseñan?

Lo peor es que todos estos tejemanejes han existido sin que nadie dijera ni media palabra, con el Gobierno y toda la clase política mirando para otro lado. Todos esos que saltaron a la primera línea cuando Luis Rubiales se comportó como un impresentable en la final del campeonato del mundo femenino podían haber evitado ese bochorno que pasamos los españoles si hubieran investigado este contrato tan irregular con antelación. De esa manera, Rubiales no hubiese estado en aquel palco, ni hubiera protagonizado aquella asamblea tan lamentable días después porque ya habría estado fuera de la Federación.

Parecía que Víctor Francos, ex presidente del Consejo Superior de Deportes, tenía la intención de cambiar todo esto. No paraba de hacer declaraciones mostrando ese propósito y mostrando su desacuerdo con la gestión de Rubiales. Pero duró poco en el cargo. Su puesto lo ha ocupado José Manuel Rodríguez Uribes, del que no sabemos sus intenciones al respecto porque no se posiciona. Lo que sí es curioso es que ese cargo de presidente del CSD cambia cada año, lo cual no da a entender mucho interés por parte del Gobierno en el deporte.

Ahora, la Federación está dirigida por una gestora que preside Pedro Rocha, al que puso el Luis Rubiales porque, entiendo yo, sería de su círculo de confianza. Este hombre, que debe estar aconsejado por su gabinete de prensa, no hace declaraciones ni concierta entrevistas, cada decisión que toma es posicionándose en contra del pensamiento de su antecesor, algo que no se entiende porque si estaba tan en contra del expresidente, ¿por qué pertenecía a su círculo de confianza?

La realidad es que urge que haya elecciones en esa Federación para limpiar todo lo que está podrido. Y todo el que esté manchado debe irse. Pero, según parece, Rocha puede que se presente. Y saldrá ganador porque las elecciones en las federaciones son algo difícil de explicar, donde la asamblea es quien decide con sus votos el nombre del nuevo presidente. Una asamblea que votó sí al famoso contrato tan turbio de Rubiales, Piqué y Arabia. Es decir, que parece que lo que les conviene es que haya los menores cambios posibles. Pero yo confío en que Rocha tenga ética y entienda que si quieren cambiar el fútbol debe ser limpiando el pasado. Y creo que el Gobierno debería intervenir como hizo acertadamente cuando pasó lo que pasó con la selección de fútbol femenina.

Y para rizar el rizo no podemos olvidar el caso Negreira, un vicepresidente del estamento arbitral cobrando de un club sueldo de estrella de fútbol. Y parece que aquí no pasa nada cuando España está haciendo un ridículo espantoso siendo protagonista de los mayores escándalos del deporte mundial.