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Los premios de La Opinión de Málaga se consolidan, La Opi mola

#LaOpimolaÁlex Zea

Un periódico es un intelectual colectivo, nos dejó dicho Julián Marías. Es también una fuerte de información, un contrapoder, un órgano de defensa de los intereses del territorio al que se vincula. Es eso y mucho más. También una empresa que reflexiona sobre los méritos de sus conciudadanos y que hace un esfuerzo por darles cobertura y reconocimiento. Eso ha hecho La Opinión de Málaga, eso viene haciendo desde hace ya unos años: entregar galardones, distinciones a personas, colectivos o empresas que se han destacado a lo largo del año o del tiempo en general por su compromiso. Hemos elegido al equipo femenino de Balonmano Costa del Sol, a La Canasta, a la Asociación de Voluntarios de Oncología Infantil, a Turismo Andaluz y a Lamari. Mucho arte, mucho talento. No poca iniciativa. Emprendimiento. Creatividad. Málaga en estado puro. Y todo, en el transcurso de una gala-fiesta que va consolidándose como la gran cita social del año en la provincia. Dicho sin ampulosidad. Recuerden que la falsa modestia es la forma más agresiva de vanidad. Una fiesta a la que acude el todo Málaga. Busquen. Una gala, un cóctel, en el que se observan curiosas escenas saludables. Un par de columnistas que alaban a otro en presencia de un político de izquierdas. Por ejemplo. Un cantante que inquiere sobre asuntos de actualidad a un senador del PP. Una jugadora de balonmano explicando la grandeza de su deporte a directivos de empresas. Banqueros y sindicalistas coincidiendo en gustos enológicos; rivales en el Congreso de los Diputados que se buscan para fotografiarse juntos; mandos policiales, pintores, hosteleros, jueces, escritores, concejales, autónomos, empleados de las empresas o entidades premiadas que guardarán un inborrable recuerdo de tan magnífica velada. En el Miramar, con toda la mar enfrente. En una noche de suave otoño en el que la paz que se sentía mirando al horizonte y compartiendo una cerveza con amigos contrastaba con el bulle-bulle de las redes sociales en las que el acontecimiento de los premios de La Opinión de Málaga era tendencia. Miles de impacto en Facebook, Twitter e Istagram. #LaOpimola. Centenares de imágenes que van y vienen del ordenador o teléfono al espacio exterior, a nuestras retinas, a la de los demás. Nada escapa de las curiosas cámaras que ahora cualquiera de nosotros podemos portar. Este suplemento, bendito papel aún, es un resumen, un reflejo, una selección de tantas y tantas imágenes acumuladas, de tantos instantes y momentos, conversaciones, encuentros, discursos, etc. Para guardar. Para recordar y tener a mano. Para coleccionar junto a los que maquetaremos, escribiremos y publicaremos en los años venideros. Lo mejor está siempre por llegar. Los premios de La Opinión de Málaga se consolidan, La Opi mola. Sigue, en este año que cumplimos los dieciocho, fresca, combativa, aguerrida, crítica, plural transformada en una potente web, un diario impreso de calidad, una empresa de eventos, una multiplataforma para distribuir contenidos por whatsapp, mail newsletter, vídeos, etc, etc. y lo que venga. Todo, gracias a un equipo profesional del que nos sentimos orgullosísimos. Es decir, transformada en un intelectual colectivo que ayuda a pensar y que lo hace de forma multimedia. Sin perder su estilo. Merece (mucho) la pena este oficio. Que, no exento de sinsabores, uno de los variados alicientes que tiene es premiar el talento. Estimularlo. Enhorabuena.

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