Harvard revela por qué a los españoles nos cuenta tanto adelgazar: todos lo hacemos

Un estudio ha despejado cuál es uno de los motivos que influyen en la pérdida de peso a largo plazo

La vida sedentaria, las exigencias del trabajo y los compromisos en general hacen que sea muy difícil conseguir una rutina de ejercicio constante y adaptada a nuestras necesidades. Aunque cada vez hay más personas preocupadas por mantener una buena condición física que les permita estar a gusto con su propio cuerpo y tener una movilidad funcional para las tareas de su vida, lo cierto es que desarrollar la pauta de ejercicios y bloquear las horas necesarias a la semana para ejecutarla no es algo sencillo.

Para comenzar a hacer ejercicio, existe un truco muy efectivo que cualquier entrenador personal recomienda: establecer pequeñas metas y alcanzables que vayan motivándonos a continuar y perfeccionar nuestro entrenamiento. Además, también podemos empezar con alguna actividad física que disfrutemos para asegurarnos el mantenimiento a largo plazo o buscar a alguien que nos acompañe.

El truco de Harvard para adelgazar

Aunque bajar de peso no siempre es el objetivo de las personas que comienzan a hacer deporte (también hay quien quiere ganar masa muscular, obtener cierto rendimiento concreto o mejorar su condición física), lo cierto es que muchas personas buscan adelgazar. Especialmente cuando nos acercamos al verano.

Según un estudio de la Universidad de Harvard, para adelgazar, además del ejercicio y la alimentación, hay otro factor a tener muy en cuenta: la hora en la que comemos. Además de la cantidad y el balance nutricional, el momento del día en que nos sentamos a hacer nuestras comidas y cenas es clave para alcanzar nuestros objetivos a la hora de quemar calorías.

Los resultados revelaron que cenar más tarde aumenta las ganas de comer y reduce la cantidad de calorías que quema el cuerpo, lo que podría repercutir directamente en el aumento de peso a largo plazo.

La investigación de la prestigiosa universidad estadounidense, publicada en Cell Metabolism, contó con 16 personas con obesidad o sobrepeso y que se dividieron en dos grupos para llevar a cabo la investigación de campo: manteniendo la misma dieta durante el mismo tiempo, unos cenaban seis horas y media antes de acostarse, mientras que los segundos dos horas y media antes de irse a dormir.

Este descubrimiento pone en el foco directamente una de las costumbres más arraigadas en España junto con la siesta o tomar el aperitivo: cenar bien entrada la noche, justo antes de ir a dormir, sobre todo en verano y vacaciones.

Aunque desde Harvard explican que el impacto a la hora de adelgazar es multifactorial e incluye diversos puntos, la hora a la que comemos antes de irnos a descansar parece tener un impacto significativo.