Historia

Valle de Abdalajís: un rumor, un doble fondo y una imagen escondida

El vallestero Valentín Muñoz relata cómo encontró la imagen del Señor del Rescate que sale este Sábado de Pasión en procesión y que estaba escondido desde 1931 en un doble fondo en la iglesia de San Lorenzo Mártir

Valentín Muñoz, que encontró la talla del Señor del Rescate del Valle de Abdalajís en un doble fondo en la iglesia del municipio y donde fue escondido en la Guerra Civil

Valentín Muñoz, que encontró la talla del Señor del Rescate del Valle de Abdalajís en un doble fondo en la iglesia del municipio y donde fue escondido en la Guerra Civil / L. O.

Josemi Sepúlveda

Josemi Sepúlveda

 La historia, nuestra historia, proyecta luces y sombras. Acontecimientos dignos de rememorar y otros menos afortunados. Todos ellos, sin duda, cuentan mucho de la sociedad de cada tiempo.

Narran las crónicas que entre los días 11 y 12 de mayo de 1931 las iglesias y conventos de Málaga fueron agredidos con la consecuencia fatal de destrucción obras de arte de gran valor. En unas pocas horas desaparecieron retablos, tallas de cristos, vírgenes, santos, enseres procesionales, de todo. Piezas únicas y exclusivas cuyos autores tardaron meses o años en crear se convirtieron en cenizas en unos minutos. En algunos casos, como se sabe por los medios de comunicación del momento o los historiadores, se salvaron partes de estas obras algunas realizadas por insignes nombres asociados a la historia de arte de nuestra tierra. Pero una gran mayoría de estas creaciones, desgraciadamente, nunca se volverán a disfrutar.

Cofrades y fieles se jugaron el tipo sacando de las parroquias, previamente a estas revueltas, imágenes pasionistas o parte de ellas, pues las hogueras no llegaron a devorarlas por completo. Tallas que fueron a parar en muchas ocasiones a los propios domicilios de estas personas que salvaron a sus titulares de lo peor.

Este movimiento también se produjo en municipios de la provincia de Málaga perdiendo para siempre piezas de incalculable valor sentimental y artístico. En el Valle de Addalajís, Valentín Muñoz, cuando era niño le gustaba pegarse a sus abuelos y vecinos en las tardes de verano que con asiduidad recurrían a recuerdos en sus conversaciones sentados al fresco en las noches de verano. “Casi siempre hablaban de la guerra civil por la vivieron muchas penurias. Recordaban sus vivencias de todas las fiestas del pueblo. Un día una vecina pregunto: ¿Qué sería de aquel cristo de los pelos? Eso lo destrozaron todo, lo quemaron todo, con lo bonito que era, le contestaron. Yo, me quedé atónito. Lo del cristo de los pelos se me quedó grabado en la mente. Claro, se referían a un cristo desaparecido en la guerra que tenía peluca natural”, nos cuenta Valentín. Ninguna persona del municipio sabia a ciencia cierta el destino de aquella talla. Un Señor cautivo, de autoría desconocida del Siglo XVII con pelo natural. De ahí que la vecina de Valentín se refiriese a la talla como el de los pelos. Este vecino, de pequeño tenía atracción por la segunda planta de la iglesia de su pueblo. “Siempre que iba por esos camaranchones de sentía algo. Sentía observado. Por lo que aquel sitio aún me llamaba sin saber por qué”. Unas cámaras debajo del techo del templo con falso suelo de madera y con acceso por el coro.

Señor del Rescate del Valle de Abdalajís, encontrado en un doble fondo en la iglesia del municipio y donde fue escondido en la Guerra Civil

Señor del Rescate del Valle de Abdalajís, encontrado en un doble fondo en la iglesia del municipio y donde fue escondido en la Guerra Civil / L. O.

“En el primer agujero que hice, ahí estaba él, mirándome. En milésimas de segundo entendí porque desde niño tenía la sensación de que alguien me miraba cuando subía a los camaranchones de la iglesia"

Valentín Muñoz

Señales

Valentín creció y llegó a la edad adulta con la inquietud y la fuerza del imán que aquellos lugares le provocaban. En cierta ocasión, en 2007, fue contratado por el Ayuntamiento del Valle de Abadalajís, con la suerte de que lo destinaron a la parroquia para pintar bajeras y alguna hornacina. Allí, trabajando en el interior de San Lorenzo Mártir, reapareció en su mente la historia del cristo, aunque nunca se olvidó, “tuve una sensación rara de nuevo” y sacó a colación con el sacristán la leyenda que oyó de pequeño. “le pregunté que si él sabía algo de ese cristo de los pelos a lo que me contestó que que años atrás alguien había estado mirando por el tejado y los camaranchones. Y aquello que me dijo me llenó de más curiosidad, de una necesidad incontrolable de subir, porque ese lugar desde niño me había llamado”. Convenció al sacristán y subieron. Las señales le llevaron, sin saber realmente por qué, a romper una zona pequeña del falso suelo de madera. “En el primer agujero que hice, ahí estaba él, mirándome. En milésimas de segundo entendí porque desde niño tenía la sensación de que alguien me miraba cuando subía a los camaranchones de la iglesia. Me estremecí, no me lo podía creer. Había encontrado al Cristo”, a aquella imagen que durante décadas nadie supo el rumbo que tomó. La talla vestía unas enaguas, estaba envuelto en un manto negro y presentaba distintos deterioros. Según afirma Valentín ningún vecino conoce quien o quienes ocultaron a este cristo en este falso suelo. Las personas que lo hicieron se fueron con el secreto a la tumba. Tampoco se sabe desde cuando está este cautivo escondido, aunque todo apunta que fue ocultado bajo el suelo para preservarlo de la destrucción durante los acontecimientos del año 31 de siglo XX.

La buena nueva, que no lo fue

Lo que parecía tendría que ser una gran noticia para el párroco no lo fue. No fue fácil dar la noticia de este hallazgo porque el director espiritual de aquel 2007 no permitió. “Nos decía no contásemos nada. Que era un hallazgo sin importancia. Negó que se restaurase”, ni quiso que la talla se presentase al culto popular en las naves de la iglesia, permaneció en el coro. Pasaron años con desavenencias entre el párroco y el grupo reducido de personas que querían avanzar en la reposición de este cautivo.

“Yo lo que sé, es que durante un tiempo se me aparecía la imagen del Cristo en sueños, siempre a la misma hora”, relata. Una de estas madrugadas recibió una llamada anónima que solamente le dijo el cristo ya no está en el pueblo, miró el reloj y la llamada coincidía con la misma franja horaria de las apariciones en sueño del Señor. Efectivamente la imagen no se encontraba en el coro de la parroquia, en ningún sitio. “Entendí porque el Cristo se me aparecía muchas noches a la misma hora. Aquí comenzó un calvario con visitas al Obispado para certificar la existencia del Cristo con fotos, visitas al vicario de Antequera y después de ciertos episodios que no quiero recordar, volvió la imagen a la iglesia”

Señor del Rescate del Valle de Abdalajís, encontrado en un doble fondo en la iglesia del municipio y donde fue escondido en la Guerra Civil

Señor del Rescate del Valle de Abdalajís, encontrado en un doble fondo en la iglesia del municipio y donde fue escondido en la Guerra Civil / L. O. / LMA

“Nos decía no contásemos nada. Que era un hallazgo sin importancia. Negó que se restaurase”, ni quiso que la talla se presentase al culto popular en las naves de la iglesia, permaneció en el coro"

Valentín Muñoz

Finalmente, y tras algunas desavenencias más con el párroco, el Cristo se restauró con mucho esfuerzo por este grupo de devotos del Valle de Abdalajís que se encargaron de conseguir el dinero “pidiendo a los vecinos”. La restauración fue realizada por el escultor malagueño José Dueñas Rosales, pero hasta que se presentó restaurada la talla al pueblo “estuvo en mi piso de Málaga un mes. Yo me sentaba junto a él y le hablaba mucho. Si tú me contases tu historia. Me emociona mucho. Lo tengo como mi mejor amigo”, cuenta emocionado, por eso le llegaron a llamar durante un periodo de tiempo el Cristo de Valentín”.

La primera salida procesional

La primera vez que salió en procesión corría el año 2009. “Aun no estaba restaurado. Pero teníamos tantas ganas que lo sacamos y para ello tuvimos que sujetarlo con una barra de hierro atada al cuerpo debajo de la túnica”.

En 2010 se restauró y se creó la Comisión de Culto del Santísimo Cristo del Rescate. Título que se le otorgó a este cautivo a través de una votación, cuyas manos las tiene atadas por delante y que gira la cabeza hacia el lado izquierdo en una posición muy curiosa. “propuse Cautivo, pero me quedé solo pues la mayoría apostó por del Rescate por el hecho de haber sido rescatado del olvido. Aunque estoy contento porque viste como me gusta con túnica blanca”.

Valentín Muñoz, que encontró la talla del Señor del Rescate del Valle de Abdalajís en un doble fondo en la iglesia del municipio y donde fue escondido en la Guerra Civil

La imagen del Señor después de ser restaurada por José Dueñas. / L. O. / LMA

El 23 de octubre de 2010, tras la restauración el Santísimo Cristo del Rescate fue presentado al Valle del Abdalajís con una procesión que se inicio a la entrada del pueblo y hasta el tempo parroquial. Se bendijo la imagen, se le impuso el escapulario trinitario y lo expusieron en besapiés.

Aunque no hay datos sobre este el Cristo del Rescate sí que Valentín cuenta que una señora, que murió con más de 90 años, tenía recuerdos difusos de esta imagen en procesión. Contaba que procesionaba con una Virgen y San Juan y que las mujeres precedían a trono del Cristo con la melena suelta y la cabeza agachada hacia delante de tal modo que el cabello le tapaba la cara.

La procesión

Desde 2011 los vallesteros cada Sábado de Pasión a las 19:30 horas sacan al señor Cautivo del Rescate en procesión. Este año como novedad, la cofradía de la Pollinica de Archidona ha donado 100 túnica blancas. Valentín Muñoz, anima a todos los vallesteros a vestirse de nazareno