Krunoslav Simon estaba ya atado para la próxima temporada. Los contactos entre la dirección deportiva del Unicaja, con Manolo Rubia a la cabeza, y la agencia de representación del croata –Arturo Ortega tiene sus derechos en España– estaban muy avanzados. Tanto, que en sólo tres días se ha reconducido la negociación para que, con sólo una llamada de teléfono, Simon haga hoy las maletas y viaje a Málaga. El visto bueno está en manos del consejo de administración de la entidad cajista, que debe liberar una cantidad para inyectar liquidez a la operación.

El presidente, Eduardo García, mantuvo ayer contactos telefónicos con todo su consejo, pero algún responsable estaba fuera de Málaga. Por eso se ha esperado a hoy mismo, el día clave en el que se decidirá si Simon se convierte en nuevo jugador del Unicaja por esta temporada y la siguiente. La operación, en cualquier caso, tiene un coste muy bajo, ya que el club de Los Guindos no deberá abonar un solo euro en concepto de indemnización.

Será el escolta croata de 1,97 metros y 26 años quien sufrague esa cantidad, ya que perdonará las mensualidades que su equipo de toda la vida, el KK Zagreb, le adeuda de este curso. Únicamente se deberá satisfacer la ficha de Simon de aquí al 30 de junio. O sea, que al Unicaja le costará menos asumir la contratación de Simon que lo que ha tenido que desembolsar este año para que Miki Servera, por ejemplo, juegue cedido en Huesca.

Las dos partes de la operación, tanto su agencia de representación –XL Basketball Agency– como en el club de Los Guindos, confirmaron que el acuerdo está prácticamente cerrado, a falta únicamente del visto bueno del consejo de administración de la entidad. Lo que resta de temporada más el curso que viene. Ése es el trato al que se ha llegado, un acuerdo que ya estaba muy perfilado para el próximo verano y que los agobios actuales han obligado a adelantar.

El balcánico lleva ya varias semanas sin jugar. En principio se ausentó por un problema en el tobillo del que, según dicen en Croacia, ya está totalmente recuperado. Pero Simon se ha negado a volver a jugar. Primero, como medida de presión para cobrar. Y ahora, para poder salir a Málaga en las mejores condiciones posibles. Se le debe mucho dinero en el KK Zagreb, el equipo donde ha militado toda su carrera y del que es el gran estandarte, y quiere cobrar una parte y perdonar el resto para que la operación le sea lo más ventajosa posible. Pero en el club croata son expertos en este tipo de negociaciones y según apuntaban ayer desde Zagreb, el escolta va a tener que perdonar casi todo lo que se le adeuda para logra su libertad.

El Unicaja confía en que sea una buena solución para darle un impulso al equipo. A veces sólo se necesita algo de aire fresco para reconducir una crisis. Y se piensa que Simon, nacido en Zagreb el 24 de junio de 1985, puede ser ese hombre. Es internacional y, de hecho, uno de los croatas más destacados en el pasado Eurobásket, con 9 puntos, 3,6 rebotes y 1,8 asistencias en 22 minutos.

La llegada de Simon no va a provocar, como ayer apuntábamos en estas páginas, la salida de ningún jugador. El Unicaja tiene 10 cambios en la ACB –cinco altas y cinco bajas– para utilizar a su antojo, ya que por el momento sólo se han efectuado altas y bajas por lesiones, y éstas no computan. Así que cuando Simon se incorpore a la dinámica verde, Chus Mateo deberá dar de baja a un comunitario o americano para hacerle hueco. Y si quiere contar con Mark Payne una vez que éste se recupere de su lesión –le falta aún una semana– deberá descartar a otro. Hará convocatorias, ya que cuando tenga a todos sus hombres sanos tendrá disponible a 14 jugadores. Las lesiones y bajos momentos de forma condicionarán sus decisiones.

Drew Nicholas. El Milán de Sergio Scariolo «cortó» ayer a Drew Nicholas. El Unicaja ni se plantea su fichaje por ser un jugador inalcanzable económicamente.