Seguro que lo recuerdan bien. El Unicaja tenía el partido muy controlado en Estambul. Una primera mitad primorosa y un gran trabajo que se vinieron abajo tras un tercer cuarto horrible. Pero no dejó de remar y un gran Stefansson metió de nuevo al equipo en la pomada. Sin embargo, el Anadolu Efes ganó y aquello dejó muy tocado al equipo. Tanto que no llegó a reaccionar y, desde entonces, el Top 16 se convirtió en lo que es hoy: un quiero y no puedo. Contra la razón y la lógica, el Unicaja se ha metido en un pozo del que ya no tiene salida. El Top 8 es un imposible para el equipo malagueño que, pese a todo, tiene mucho aún por lo que luchar. Orgullo, honor, raza y principios.

El Unicaja de Joan Plaza no va a bajar los brazos en ningún momento y no va a darle el gusto al rival de aparcar el partido o salir a pista a medio gas. En el diccionario de cabecera del equipo malagueño eso es imposible. Así que hoy, contra el cuadro turco, el Unicaja saldrá a quitarse esa espinita que lleva clavada casi dos meses y a ganar su segundo partido del Top 16. Lo hará sin el lesionado Vasileiadis y con Suárez reservado para el domingo, en el encuentro ante el Manresa de Liga. El alero se entrenó ayer por primera vez tras estar una semana alejado del equipo, pero su gemelo manda mensajes de prudencia. Se vestirá de corto y hará la rueda y el calentamiento, pero Plaza no le forzará.

El Anadolu Efes del viejo zorro Dusan Ivkovic llega con urgencias. Se va a jugar la cuarta plaza del grupo con el Laboral Kutxa y para ellos es vitar ganar en Málaga, en la casa del colista. Su equipo ha ido creciendo semana a semana, y llega en un buen momento, con una pléyade de estrellas. El Carpena vivirá, seguro, un gran espectáculo.