La cita era a las 17.00 horas en el Aeropuerto de Málaga. Un chárter, con 93 personas a bordo, se convirtió ayer en el vuelo de la ilusión. Porque en ese avión que despegó de Málaga a las 18.55 y aterrizó en Manises 50 minutos después iba el Unicaja. Fue un vuelo muy especial. 93 expedicionarios en el vuelo 7330. Esta madrugada, a la vuelta, seremos 101. El club contrató un vuelo privado para facilitar el traslado de la plantilla, que aprovechó la tesitura para que muchos familiares pudieran acompañar al equipo.

Esposas, novias e hijos no dudaron en participar de la experiencia junto al equipo, con Joan Plaza a la cabeza. Fue muy especial. Oliver Lafayette viajó junto a su mujer y su hija. Adam Waczynski también contó con la compañía de su esposa y sus hijos. Nemanja Nedovic se sentó con su pareja, todos en la parte intermedia del avión. Carlos Suárez optó por hacerlo con sus compañeros, y su novia Patricia lo hizo más atrás, cerca de Marga, la mujer del coach. Antonio Herrera, el ayudante de Plaza, no dudó en ir acompañado de su mujer, su hijo y su madre. No todos los días se juega una final. Las caras de expectación e ilusión fueron la nota común entre los acompañantes y también los responsables.

El Unicaja viajó al completo, con los dos fisios (Mario y Alejandro) y el resto de miembros del conjunto verde, con Boni Ndong, e incluidos los doctores Nogales y Montañés, además de los responsables del club y la mayoría de trabajadores de Los Guindos: la incombustible Toñi, Mireia, Susana, Cristina, Priscila.... Nadie se quería perder la cita. Y no era para menos, porque no todos los días se juega una gran final europea. El Unicaja lleva ya 16 años sin llegar a esta cita de campanillas y había que ponerse las mejores galas.

El presidente, Eduardo García, con todo su consejo de administración, comandó la expedición a Valencia. Juan José Navarro, el vicepresidente, charlaba con él animadamente antes de tomar el vuelo. Los consejeros Óscar García Oltra, Isidro Rubiales y Emilio Mejías tampoco se lo perdieron. El también consejero y director de la Fundación Unicaja, Sergio Corral, sólo hizo acto de presencia para acompañar a su mujer y su hija. El trabajo no perdona.

Tres aficionados tuvieron la suerte de acompañar a la expedición, en la que también estuvo presente Manolo Rincón. «Traigo el mismo chaleco y la camisa con la que fui a Múnich», decía mientras sonreía, recordando su «salto» a la pista tras el partido para celebrar el triunfo con el equipo.

Un vuelo rápido y ameno, con charlas, risas y el deseo de que a la vuelta se viva una gran fiesta. Por cierto que esta madrugada, a la vuelta, los 93 pasaremos a ser 101. Hoy se incorporan el presidente de la Diputación, Elías Bendodo; el consejero de Turismo y Deporte, Javier Fernández; o la concejala de Juventud y Deporte, Elisa Pérez de Siles; o el diputado de Deporte, Cristóbal Ortega.