¡Qué importante es Alberto Díaz en este Unicaja! No digo yo que el equipo perdió esta noche de miércoles en Oldenburg «solo» porque no estuvo el canterano sobre el parqué, pero que su ausencia por esa inoportuna lesión muscular del día de La Fonteta se notó en Alemania, eso creo que admite poco debate.

Sea por lo que sea, lo cierto es que la racha de victorias seguidas del Unicaja acabó con las seis previas a esta visita al EWE Baskets Oldenburg alemán de la cuarta jornada de la primera fase de la Eurocup. El equipo cajista no estuvo esta vez a la altura de las circunstancias frente a un rival que le puso más ganas, que jugó con más criterio y que demostró que en Europa para ganar fuera de casa hay que jugar siempre entre bien y muy bien. Si no, lo que no puede ser, no puede ser, y a demás es imposible.

El Unicaja fue en Alemania un pequeño desastre. Mal en defensa (91 puntos encajados), irregular en ataque, mal en la gestión de sus posesiones, con poca intensidad... Vamos, nada que ver con el equipo de las últimas semanas y, sobre todo, a años luz del que el domingo dio una lección de baloncesto en La Fonteta.

Algún día tenía que llegar la derrota. Es normal cuando juegas al más alto nivel cada tres o cuatro días en España y en Europa. Lo que pasa es que esta en Oldenburg fue fea, dando muy mala imagen y mostrando demasiada debilidad para ser el equipo de Luis Casimiro uno de los principales candidatos a levantar el título de esta segunda competición continental dentro de cinco meses mal contados.

A los verdes esta vez no les salió nada. Aguantaron cuarto y medio (25-30) y a partir de ahí ya solo las vieron venir. Ni Paulding ni Mahalbasic, sus dos mejores jugadores, hicieron especial daño, pero aparecieron otros actores secundarios como Sears o Boothe, que lideraron a un Oldenburg serio, acertado y que puso su primera piedra rumbo a un Top 16 en el que creo que tienen argumentos de sobra para estar.

Dentro de un mal día, un brote verde. Avramovic jugó sus mejores minutos de la temporada en el arranque del partido. El escolta serbio fue titular y asumió un rol protagonista en ataque que le sirvió al Unicaja para liderar el marcador los primeros minutos. Algo es algo.

El partido respondió al guión esperado. El EWE Baskets se la jugaba. Con tres derrotas en tres partidos, a los alemanes solo les valía ganar. El Unicaja sabía la situación límite del EWE y apostó a «jugar» con esa necesidad de su rival. En el primer cuarto, las cosas salieron bien. Los verdes mandaron en el marcador y dieron una cierta sensación de superioridad, que se evaporó mediado el segundo cuarto, justo a partir del 25-30.

A partir de ese momento, el equipo cajista cayó en barrena. Dejó de anotar, dejó de rebotear y perdió frescura al mismo tiempo que los germanos dieron un pasito al frente. Mahalbasic hizo daño en la zona en sus mejores minutos del partido, sus tiradores acertaron, mejoró su circulación del balón y un parcial de 21-6 llevó el partido al descanso con la mayor ventaja para los locales: 46-36.

El inicio del tercer cuarto acabó de hundir al Unicaja. El equipo se comió los 24 segundos de las dos primeras posesiones sin ser capaz ni de lanzar a canasta. Los alemanes aprovecharon la espesura de ideas de los verdes y la diferencia se fue hasta los 18 (63-45). Todavía fueron las cosas a peor en el último cuarto, en el que la diferencia llegó a ser de 24 a favor de los germanos, 83-59.

El Unicaja aprovechó los últimos minutos para «maquillar» un poco su derrota, que finalmente se quedó en -13, con el 91-78 final. Demasiados puntos en contra como para haber sumado una victoria más en una racha que ya es historia, al igual que el liderato continental, que por 2 puntos en el average general es ahora para el Galatasaray turco.

Hay que pasar página. El sábado llega el Movistar Estudiantes al Martín Carpena. Otro partido duro en el que será necesario, desde luego, otra actitud para volver a sumar.