Eurocup/Jornada 4

Adiós a Europa sin rebote (80-74)

Derrota de los verdes en la pista del Nanterre, la décima seguida contando Liga Endesa y Eurocup, que deja a los cajistas eliminados matemáticamente en Europa

El Unicaja, eliminado en Europa

El Unicaja, eliminado en Europa / Eurocup

Emilio Fernández

Emilio Fernández

El Unicaja volvió a perder. Ya no es ni noticia. La décima derrota seguida, la de esta noche, en la cuarta jornada del Top 16 de la Eurocup, tiene el daño colateral de que supone la eliminación matemática de los verdes en su lucha por llegar al play off de cuartos de final. Los de Fotis Katsikaris llegaron a París con un 0-3 en las clasificación. Estaba claro que el adiós a Europa iba a llegar más tarde o más temprano. El 0-4 de hoy ya lo hace inevitable. Es doloroso, pero no creo que nadie esté sorprendido.

Vuelve a haber poco consuelo. La ilusión que trajo la llegada del entrenador griego ya se ha agotado con cuatro partidos perdidos seguidos con él al mando del banquillo cajista. Se ven algunos síntomas de una presunta mejoría porque el equipo lo intenta, pero no llega.

El Nanterre de Isaia Cordinier pareció la semana pasada en en el Martín Carpena la mejor versión de los Boston Celtics de Larry Bird. Esta vez el partido fue mucho más equilibrado y se decidió en el medio minuto final. Ganó su físico, su rebote y su poderío interior. Perdió la falta de físico, de rebote y de poderío interior de un Unicaja en manos de un "chavea" de 17 años que tenía que estar más preocupado de preparar la Selectividad (o como se llame) y de las batallas de gallos del freestyle, que de tener que sacar las castañas del fuego a un equipo que era aspirante al título en esta competición hace un mes y que ahora está ya eliminado.

Que nadie se lleve a engaño: Lo de esta noche en el pabellón Maurice Thorez es otro fiasco del Unicaja, por mucho que peleara hasta el final. Lo de la semana pasada ya fue inexplicable y se ha vuelto a repetir 7 días después, al menos en el desenlace. Y es que aunque la clasificación diga lo contrario y aunque las sensaciones no lo corroboren, lo cierto es que el Unicaja debería ganar sí o sí a este equipo galo sin ningún pedigrí continental, con muy poca historia europea y con una plantilla muy corta de recursos humanos y todavía más de talento, quitando a su quinteto base. Pero eso todo es teoría porque la realidad es muy cruel: Ellos, 2-2 en la clasificación y los de Los Guindos 0-4. Sí, sí, 0-4. Brutal.

El Unicaja tenía una última bala europea en su visita París. El inicio de partido fue desolador. El Unicaja se vio superado por la intensidad y el físico de un rival que de la mano de Warren en la dirección y con Kaba mandando bajo los aros, marcó un ritmo infernal para los de Katsikaris, que al llegar el minuto 10 perdían 26-13, tras una exhibición de impotencia injustificable.

El Unicaja mutó en el segundo cuarto. Nzosa frenó a Kaba y con su defensa empezó a guiar al resto del equipo. El balón se movió con más criterio en ataque, los tiros empezaron a entrar y los verdes, tras un parcial a favor de 4-20, se pusieron por primera vez por delante en el marcador, 30-33. Ayudó el problema de faltas de la estrella local, Isaia Cordinier, que se pasó medio cuarto en el banquillo, tras sumar la tercera. Los cajistas se gustaron en una racha espectacular de buen básket atrás y delante que llevó el partido al ilusionante 36-42 del intermedio. De la nada más absoluta se pasó a una exhibición en toda regla. Así es el Unicaja, inexplicable de principio a fin.

Los verdes volvieron "empanados" del descanso. El Nanterre lo aprovechó para ponerse al mando otra vez, 44-42, tras un 8-0 de parcial. Un par de triples de Francis y Bouteille, más otro de Waczynski, devolvieron al Unicaja la ventaja, 46-51. El marcador se igualó a partir de entonces y todo quedó por decidir de cara a los 10 minutos finales, 57-57.

Nzosa lideró al equipo en ataque en el inicio del cuarto final y eso sirvió para irse de 7, 59-66. El Unicaja lo puso todo sobre el parqué, pero sin físico, sin intimidación bajo los aros y sin rebote fue imposible. El Nanterre tuvo demasiadas segundas oportunidades, terceras y hasta cuartas, que fueron las que le permitieron al equipo francés ganar el partido, 80-74.

Se acabó la Eurocup para los verdes. Quedan dos partidops más que servirán para poco. Falta un pívot. Sin ese jugador interior que marque diferencias bajo los aros la temporada será una ruina. Duele ver al Unicaja así, duele ver al equipo al límite. Los que mandan tienen que arreglarlo. No se puede seguir ni un partido más sin un referente interior. Con Thompson fuera de forma y sin ganas de ser protagonista, obligar a Nzosa a ejercer ese papel es una locura. Que alguien haga algo. ¡Por favor!