Europeo sub-18

El baloncesto malagueño, del sueño a la fascinación en España

Álvaro Folgueiras y Mario Saint-Supéry, por trabajo y talento competitivo, han sido dos de los jugadores mejor valorados por la afición en redes sociales

Málaga se vuelve a colgar tres platas en un verano mágico

Álvaro Folgueiras y Mario Saint-Supéry regresan a Málaga tras el Europeo sub-18

Álvaro Folgueiras y Mario Saint-Supéry regresan a Málaga tras el Europeo sub-18 / Álex Zea

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

España sub-18 perdió este domingo la final del Europeo frente a Serbia en una de las citas más señaladas del verano por el talento generacional. Sin embargo, y pese a la imagen ofrecida durante todo el torneo, son varias las conclusiones positivas que se pueden extraer, al margen de lo que supone volver a estar en el podio conseguir una nueva medalla de plata. Y es que si hay una cuestión de la que se habla en el Viejo Continente y especialmente en España es de los jugadores malagueños.

Álvaro Folgueiras, Mario Saint-Supéry y el técnico Chiki Gil -salidos los tres del CB El Palo- aterrizaron este lunes en Málaga, procedentes de Barcelona, tras la disputa del campeonato celebrado en Serbia. Probablemente, y viendo la plantilla española, no era el resultado esperado, pero lo cierto es que se trata de un segundo puesto en el que el propio Unicaja ha tenido una notable incidencia.

Hay dos nombres por encima de todos que han encandilado a la nación: Folgueiras y Saint-Supéry. La sensación tras el partido por el oro fue unánime: han sido dos de los mejores jugadores de la final y, en cuanto a sensaciones generales, del torneo. No estaba entre los planes iniciales más optimistas, pero el desparpajo mágico de uno y la ética de trabajo competitivo de otro pusieron al baloncesto malagueño en el centro de la conversación en redes sociales.

Álvaro Folgueiras y Mario Saint-Supéry regresan a Málaga tras el Europeo sub-18

Álvaro Folgueiras y Mario Saint-Supéry con Chiki Gil, también subcampeón europeo. / Álex Zea

Un futuro prometedor

El canterano del Unicaja Saint-Supéry era de los pequeños del grupo junto a Hugo González. Por edad -17 años-, le corresponde estar con la sub-17, pero ya ha demostrado que su talento no va acorde a su edad. Fue el máximo anotador español en la final frente a Serbia con 17 puntos y, precisamente, su mejor partido del torneo fue el de este domingo. Es más, incluso se vio obligado a asumir responsabilidades de más en la dirección de juego.

Por su parte, el paleño, este nuevo curso inmerso en la NCAA, es el jugador sin el pedigrí de otros de sus compañeros que cada verano que enamora a los aficionados por su gen competitivo y por su versatilidad defensiva. No es de los grandes nombres de la selección, pero sí que es de los imprescindibles que sostienen la base de jugones. Además, a todo ese repertorio, ha demostrado dar un paso adelante con su tiro. Por lo que seguirá siendo fundamental para cualquier de las categorías inferiores.

Así que el baloncesto malagueño, en boca de España y de media Europa, ha vuelto a fascinar. Ineludibles a su cita habitual, Mario Saint-Supéry y Álvaro Folgueiras, sin hacer el ruido mediático de otros, volvieron a ser imprescindibles para celebrar otra medalla. A sus 17 y 18 años, respectivamente, el futuro que tienen por delante es brillante. Así que en unos años recogerán el legado de Alberto Díaz para llevar el nombre de Málaga por todo el mundo.