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El cubano Alán González muestra un retrato de la violencia en una sociedad patriarcal

El realizador cordobés Guillermo Rojas se inspira en una historia familiar para esta chispeante película

El cineasta cubano Alán González y la actriz Lola Amores

El cineasta cubano Alán González y la actriz Lola Amores / EFE

José Luis Picón (EFE)

El cineasta cubano Alán González ha mostrado en su primera película, 'La mujer salvaje', una historia de violencia machista que, asegura, procede "de un estado de ánimo que respiramos en una sociedad violenta, patriarcal y machista en todos los niveles".

"Me marcan mucho las historias de personas que, cuando yerran, la sociedad las apabulla y pisotea, y un mundo donde, si te caes, corres el riesgo de ser pisoteado toda la vida", ha afirmado este viernes González, que ha presentado su 'opera prima' en la sección oficial a concurso del 27 Festival de Málaga.

La historia se desarrolla en un barrio pobre de La Habana, donde Yolanda (Lola Amores) sobrevive a una pelea en la que su marido casi mata a su amante y, para intentar salvar a su hijo de las repercusiones del escándalo, decide huir con él, pero un vídeo del incidente ya se ha hecho viral.

El guion surgió después de que González viera "un vídeo de una persona que había cometido un error" y al comprobar que, "cuando hay una sociedad incapaz de tener un sistema de justicia que funciona, las personas se tienen que tomar la justicia por su mano y se convierte en un mundo aún más violento".

Después se fue desarrollando esta historia que "viene de la necesidad de exponer qué pasa cuando no eres lo que los demás esperan que seas".

Precisa que no le interesaba mostrar "a una mujer que se había equivocado pero estaba llena de virtudes secretas", sino que lo interesante era "quererla a pesar de sus errores".

Sobre las posibilidades de hacer cine en su país, explica que "es muy difícil, como en casi todos los lugares, y el primer reto es tener que vivir en Cuba en paralelo a las necesidades económicas que afectan a la vida personal y a la salud mental".

"Hay que trabajar mucho para no enfermarse mentalmente y para separar el estado de ánimo de lo que quieres contar", añade González, a lo que se suma que cualquiera que aporte dinero a una producción, ya sea un agente interno o externo, intenta "polarizar tu visión".

"Es muy difícil hacer cine en Cuba, con poco dinero, en pocos días de rodaje, con una actriz que es lo contrario a una diva y en un momento hostil con la pandemia en el que las personas tenían miedo de morirse, y todo eso cae sobre la película".

Lola Amores posa en la sesión fotográfica en el Muelle Uno

Lola Amores posa en la sesión fotográfica en el Muelle Uno / EFE

Por su parte, Lola Amores cree que su formación en el teatro le sirvió para el trabajo psico-físico de este personaje, "que tiene muchos matices, pasa por emociones encontradas y es una mujer fuerte y al mismo tiempo vulnerable".

La productora Claudia Calviño ha lamentado que estuvieron "mucho tiempo intentando financiar la película" y ahora trabajan para que se estrene en salas después de haber pasado por el Festival de La Habana, lo que supone "un buen augurio para su estreno comercial".

"He estado casi quince años en Cuba pensando que podía hacer cine e hice muchas películas, pero hoy ya no vivo allí. Me rendí y perdí la esperanza de muchos años de que era posible. No sé si perdí la fuerza, la esperanza o ambas, pero hoy para mí Cuba es un país que no existe", ha añadido la productora.