La profesionalidad existe en todos los gremios, como la incompetencia. Si hay ocasiones en las que no queda más remedio que quitarse el sombrero ante la habilidad y el ingenio de los cacos, otras muchas son para echarse las manos a la cabeza. Frente al colectivo del guante blanco se encuentran los elefantes atraídos por las cacharrerías pequeñas. Esas almas cándidas, sencillas, sin malicia ni doblez. Simples, poco advertidas, como describe la Real Academia Española.

1. El falso rumor que le costó la plantación de marihuana

El primer protagonista se merece este puesto por difundir un rumor que se le fue de madre. Se trata de un italiano de 38 años que entonces dedicaba su vida a una espesa plantación de marihuana en la barriada malagueña de Campanillas. Había convertido un cuarto de aperos en un avanzado invernadero para 143 plantas a las que mimaba con focos y útiles para su cultivo, regado y fertilización. Por tener tenía hasta un sistema de extracción de aire y climatización con temporizadores que ayudaban a que las plantas crecieran sanas y fuertes. Con el fin de la que nadie se acercara a sus queridas plantas y le pudieran delatar ante las autoridades, corrió la voz de que una serpiente muy peligrosa merodeaba el apero desde hacía un tiempo. Tal fue la publicidad que le dio al reptil, que los vecinos de la zona terminaron llamando a la Policía Local de Málaga para que localizaran y atraparan a la temida serpiente. Los agentes del grupo de Medio Ambiente sólo encontraron una exuberante plantación de maría y el reconocimiento final del detenido de que el bicho sólamente fue una maldita invención.

2. El carro de patatas robado que que salió en la tele con el ladrón

Hace ahora un año, dos hombres y una mujer fueron detenidos por el robo de un carro de patatas asadas y su remolque en las inmediaciones de la avenida Europa. La noticia está bien por la naturaleza del botín, pero mejora notablemente con la información completa. El robo fue denunciado en agosto del año pasado y el propietario contactó con la policía dos meses después porque una amiga suya había reconocido el carro de la víctima durante la emisión de un programa de televisión de gran audiencia. La máquina tenía algunas características inconfundibles, las propias modificaciones que el dueño había hecho durante los veinte años de propiedad. J. C. D., de 28 años de edad, fue detenido poco después junto a su esposa, que tenía en vigor dos requisitorias. Hubo un tercer detenido imputado por un robo con fuerza.

3. Buggies robados para pasear y competir en carreras callejeras

La discreción no es el fuerte de los protagonistas de una historia localizada en dos campos de golf de Marbella y Estepona. Cinco menores de edad fueron detenidos por la Policía Nacional en septiembre por su presunta participación en el robo de hasta seis buggies, vehículos muy peculiares que se suelen utilizar para desplazarse por este tipo de instalaciones. Los robos de los coches se produjeron en dos tandas con una diferencia de cinco días y para lograrlo fue necesario el uso de la fuerza. Por supuesto, los propietarios denunciaron las sustracciones y el dispositivo de los investigadores de la Comisaría de Estepona apenas fue necesario, ya que los jóvenes utilizaban los vehículos como medios de transporte y para la práctica de carreras. Chapeau.

4. Un empleado que no se resistió en el aeropuerto de Málaga

En muchos casos, la torpeza puede ser el producto de la inexperiencia, de no pensar las cosas un par de veces. O quizás de un impulso irresistible que le hace pensar a uno que es invisible e invencible. Puede ser lo que se le pasó por la cabeza a aquel trabajador de una empresa de limpieza que se encargaba del mantenimiento en las instalaciones del Aeropuerto de Málaga. No hace falta ser el jefe de seguridad de las instalaciones para imaginarse que los aeropuertos de todo el planeta están plagados de cámaras de vigilancia. La realidad es diferente. Trabajar allí debía ser suficiente para ser más precavido y no lo fue. El video cazó a este trabajador cogiendo una cámara fotográfica valorada en alrededor de 700 euros que una ciudadana francesa había dejado durante unos segundos en un mostrador de facturación de la Terminal 2. Tras denunciar la viajera los hechos, los agentes no tardaron en comprobar los hechos en pantalla. En ella vieron que el detenido había ocultado la cámara en el interior de una bolsa de plástico que llevaba en el carrito de la limpieza.

5. Una vidente con un fututo muy negro como ladrona

Echando las cartas no debía ser muy buena, porque parecía utilizar ese trabajo como excusa para robar a sus clientes. El pasado mes de octubre, una mujer fue detenida en el municipio de Cártama por la sustracción de numerosas joyas y por poseer una colección de antecedentes y causas pendientes. En el momento de la detención sumaba once reseñas judiciales, cuatro de ellas con órdenes de ingreso en prisión. Las investigaciones comenzaron tras la denuncia de una víctima a la que le había robado una gran cantidad de joyas del interior del domicilio, al que acudió por requerimiento de la propietaria para que le echara las cartas del Tarot. La vidente se fue con su botín y, a pesar de haberle dado a una identidad falsa a la víctima, la policía logró identificarla. Tras los hechos se ausentó de la provincia durante un tiempo, hasta que finalmente volvió a Cártama. Tras localizarla, los investigadores la detuvieron a pesar de que ella se identificó con el DNI de su hermana. Finalmente, los agentes concluyeron que la mujer, además de robar durante las visitas que hacía a sus clientes, utilizaba sus identidades en los siguientes hechos delictivos que iba cometiendo.

6. Tres asaltos en un mes en la misma farmacia

Los motivos de la que fue su primera detención invitan a pensar que no llevaba mucho tiempo en el mundo de los cacos. Ocurrió el pasado mes de septiembre, y la policía lo acusó como presunto autor de tres robos con violencia o intimidación con arma blanca en una farmacia. Los datos con los que inicialmente contaban los investigadores hablaban de un hombre que actuaba con el rostro cubierto y armado con un cuchillo de grandes dimensiones. Accedía al local minutos antes del cierre con la finalidad de apoderarse del dinero en efectivo que había en las cajas registradoras. Una vez conseguido el botín huía rápidamente del lugar a bordo de una motocicleta. Tras la comisión del primer robo con intimidación y con el objetivo de identificar, localizar y detener al presunto responsable, se montó un dispositivo que acabó con su detención. El hecho de asaltar tres veces la misma farmacia en el mismo mes facilitó enormemente el trabajo a los agentes.

7. El ladrón que volvió al lugar del crimen como cliente

A J. L. P. T., de 53 años de edad, le acusaron el pasado mes de julio un presunto delito de robo con fuerza con toda la razón del mundo. La detención se produjo poco después de que el protagonista acudiera al centro comercial como cliente y el personal de un centro comercial de la capital lo reconoció como la persona que meses antes había robado en un establecimiento que poseía cámaras de seguridad. Éstas le grabaron en abril rajando la lona de entrada a una de las tiendas, accediendo a su interior y sustrayendo el dinero de la caja registradora y otros efectos de regalos que estaban expuestos para su venta. Podría no haber robado, haber elegido en a otro lugar para hacer sus compras cotidianas o simplemente haber robado con una pasamontañas, pero no hizo ninguna de las tres cosas.

8. Simula un robo en casa para cobrar un dineral al seguro

La Policía Nacional de la Comisaría de Vélez Málaga detuvo a finales de agosto a un joven de 22 años que hasta entonces no tenía antecedentes. Le acusaban de los presuntos delitos de estafa y simulación de delito. Los agentes le leyeron sus derechos y la cartilla después de descubrir que había denunciado haber sufrido un misterioso robo en el interior de su domicilio e intentar cobrar la correspondiente indemnización en el seguro que tenía contratado con una aseguradora. El joven reclamaba a la misma la friolera de 21.170 euros. Manifestó ser víctima de un robo con fuerza en el interior de su domicilio. Concretamente, dijo que le forzaron la reja de protección de una de las ventanas de la vivienda a la que los cacos habían llegando mediante escalo. Además aseguró que los ladrones se habían hecho con un botín formado por joyas, varios aparatos informáticos y de imagen, entre ellos dos televisores, un reproductor DVD con altavoces son el sistema Home Cinema, un equipo de música con mesa de mezclas y cuatro altavoces mecanizados valorado en 7.000 euros, un ordenador portátil, un ordenador de sobremesa, dos videoconsolas de última generación, una impresora y dinero en efectivo. Un auténtico arsenal tecnológico que nunca fue robado porque la sustracción denunciada nunca se produjo. Sólo quería, o presuntamente pretendía, cobrar la indemnización.

9. Dos intentos de robo consecutivos sin éxito

El 30 de agosto del año pasado, un ciudadano de origen británico denunció el robo en su domicilio del nucleo de población de Benajarefe, en el municipio de Vélez Málaga. En su denuncia manifestó que dos individuos a los que sorprendió en su casa le sustrajeron un juego de cubertería de plata y un ordenador portátil. Consiguieron darse a la fuga, pero un día después, por la tarde, llamó a la Sala del 091 requiriendo presencia policial en su vivienda tras sorprender a un individuo robando. Allí se presentaron los agentes que formaban parte de un dispositivo de investigación y vigilancia establecido en la zona a raíz de la primera denuncia. Al denunciante le costó un corte en el dedo retener al caco, que le agredió con un cuchillo que la víctima tenía colgado en una pared. A la llegada de los agentes, el propietario de la vivienda identificó al asaltante como uno de los dos ladrones del día anterior. En los alrededores de la vivienda, en un coche aparcado, la policía detuvo a otras dos personas que hacían una cuestionable labor de vigilancia. Uno de ellos también fue identificado como el acompañante del primer detenido en anterior asalto. Menuda panda.

10. Cambiazo de etiqueta, carné falso, fuga frustrada...

Los operativos policiales contra la delincuencia menor en los centros comerciales de la ciudad también dan resultados positivos. Al menos para los que trabajan en ellos. Están creados para luchar contra el ingenio y la inventiva de los delincuentes especializados en robos y hurtos que se acentúan durante los periodos vacacionales. El último caso se lo dedicamos al que se produjo el pasado 16 de abril, en el arranque de la Semana Santa, por representar todo los contrario a ese perfil. En un centro comercial de la capital fue detectado un joven cuando pretendía pasar por caja con un ordenador valorado en 799 euros. Le había alterado la etiqueta electrónica del precio por otra de 99. Cuando los agentes del Grupo de Hurtos de la Comisaría Provincial de Policía se presentaron el presunto pillo se identificó una documentación con evidentes signos de ser falsa.

El individuo arremetió entonces contra los policías, dándose a la fuga por las calles cercanas al establecimiento. No fue lo suficientemente rápido ni resistente porque lo alcanzaron instantes después. Una vez en sede policial, fue identificado plenamente como un ciudadano marroquí de 22 años de edad que tenía en vigor una prohibición de entrada en España hasta el año 2015, por lo que además de las diligencias policiales instruidas con motivos de estas actuaciones, la Brigada Provincial de Extranjeros y Frontera le abrió el correspondiente expediente administrativo. El detenido en unión del atestado policial, fue puesto a disposición de la Autoridad Judicial correspondiente.