Acusado de acoso

Respaldo al cura investigado en Canillas

Muchos de los vecinos de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares defienden la presunción de inocencia del párroco, porque les constan denuncias cruzadas entre víctima y supuesto acosador

«Llegó en la pandemia, hace dos años, y su día a día es normal», subraya una feligresa

Investigado otro cura en Málaga, por acosar a su pareja y quebrantar la orden de alejamiento

Vista de Canillas de Aceituno

Vista de Canillas de Aceituno / Javier Lerena

Fran Extremera

Fran Extremera

Sorpresa mayúscula en el interior de la Alta Axarquía. El párroco desde 2021 de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, investigado por haber acosado presuntamente a la mujer con la que había mantenido una relación, es defendido por muchos vecinos. Consideran los feligreses que debe mantenerse la inocencia del cura Roberto José, de 38 años de edad, hasta que haya juicio y sentencia.

Lo consideran por lo general un párroco «normal en el día a día, que sigue entre nosotros, y que ha tenido denuncias cruzadas con esa mujer». Una feligresa alega que en su momento «la supuesta víctima», también venezolana como el cura, «fue acogida en las habitaciones parroquiales, como otras personas sin hogar, y ahí pudo surgir una relación demasiado estrecha».

Uno de los concejales consultados defiende que, con el afectado aún en la zona, «es normal que la gente no quiera dar su nombre ni dar detalles de este suceso. Son cuestiones complicadas, que salpican de nuevo al Obispado, pero que no tienen nada que ver con las que hemos sabido hace unos días del cura Fran, que era sacerdote en Yunquera y El Burgo. No podemos ni de lejos comparar una cosa y otra», detalla este edil, que también ha pedido no facilitar su nombre.

Vista de la iglesia de Canillas de Aceituno. | EFE

Vista de la iglesia de Canillas de Aceituno. / F. E.

Para uno de los vecinos de Canillas de Aceituno, el hecho de que no haya un relevo generacional en la Iglesia complica mucho estas cuestiones. Así considera que debiera celebrarse un juicio rápido para determinar la verdadera situación de este párroco extradiocesano, que no pertenece a la diócesis donde ejerce su labor, y pueda «traerse pronto a otro cura, si es lo oportuno». Al mismo tiempo recuerda que, si ha habido una orden de alejamiento respecto a la presunta víctima, pero las autoridades le han permitido volver a sus dependencias, tras haberse quebrantado, también supuestamente, «debería seguir oficiando misa hasta que haya una sentencia», alega.

Las autoridades de Sedella o Salares, según testimonios públicos, habrían visto en los últimos días a Roberto José en sus localidades. No obstante, el Obispado ha solicitado al párroco que mantenga su retiro durante unas jornadas, a la espera de que se resuelva el procedimiento abierto en sede judicial. Al parecer, el cura no les había comunicado que había una orden de alejamiento.