Crítica musical

Picasso entre pentagramas

El Cuarteto Granada, en una imagen de archivo.

El Cuarteto Granada, en una imagen de archivo. / Facebook

Alejandro Fernández

Alejandro Fernández

Ficha técnica

  • Cuarteto Granada
  • Programa: The Simple Symphony, Op. 4, de B. Britten y Cuarteto nº 3 , Op. 73 en Fa Mayor de D. Shostakovich.
  • Lugar y fecha: Málaga. Sala ElCAMM. 18-02-2023

Coincidiendo con la celebración del cincuenta aniversario de la muerte de Pablo Ruiz Picasso, ELCAMM -Centro de Artes y Música Moderna de Málaga- que desde el pasado otoño cuenta con nuevas instalaciones entre las que destaca la sala polivalente de conciertos acoge este mes de febrero el Ciclo Picasso al Cubo. Ciclo articulado en tres programas defendido por agrupaciones camerísticas locales que ponen en valor el universo musical de los coetáneos del artista malagueño sobre la idea de un contexto artístico relacionado y en continuo diálogo sobre la idea de arte del genio malagueño, el arte es la eliminación de lo innecesario.

Si en el primero de los programas el pasado once de febrero Karelia Trío puso en valor las raíces picassianas con páginas de Albéniz, Turina y Arbós; la segunda de las citas acercaban al nutrido auditorio el compromiso social y político del pintor malagueño con dos destacados compositores comprometidos con su tiempo como fueron B. Britten y D. Shostakovich y defendidos por el Cuarteto Granada que establecieron en su programa las relaciones entre música, política y arte.

The Simple Symphony, Op. 4, de B. Britten, página de juventud, retrata la idea de continuo diálogo entre las formas tradicionales del arte y las vanguardias musicales del siglo pasado. Tal es así que The Simple Symphony resulta una retrospectiva precoz de temas de juventud del músico inglés pero también un posicionamiento estético e ideológico que guarda una estrecha relación con la inabarcable actividad artística picassiana.

Articulada en cuatro movimientos contrastantes, The Simple Symphony escrita para conjunto sinfónico, cuenta también con una versión para dieciséis cuerdas donde las formas antiguas de la tradición musical dibujan un nuevo horizonte con el uso de la forma sonata en los tiempos extremos junto a el Bourrèe o la Zarabanda esquemas extraídos de las danzas barrocas. El Cuarteto Granada (Emilia Ferriz, Mario Navas, Manuel Moreno y Jeremias Sanz) desplegó en el primero de los tiempos un animado diálogo sobre motivos contrapuntísticos para evolucionar en el segundo tiempo hacia un tempo ágil y trepidante que incide sobre el espíritu danzante de la partitura. En el tercer tiempo evocaciones a Vaughan Williams y a las canciones inglesas siguieron incidiendo en el carácter ecléctico de la obra para encarar los constantes cambios de dinámicas y texturas del brillante cuarto tiempo con la plasticidad e intuición con los que el Cuarteto Granada dotó la interpretación.

La única página en la que trabajó D. Shostakovich en el año cuarenta y seis fue su destacado Cuarteto nº 3, partitura de gran complejidad estructural y muy exigente con los intérpretes además cierto espíritu programático que en la lectura del Cuarteto Granada se reflejó en la plasticidad con la que el conjunto distingue sus interpretaciones especialmente en el registro más agudo sobre el que se mueve la partitura. Articulado en cinco tiempos con los dos últimos enlazados cabe destacar la línea de tensión dibujada por los componentes del Cuarteto Granada que acumula la página destacando especialmente el espacio sonoro recreado en el tercer tiempo y la extrema complejidad de los dos últimos capítulos más concretamente en el morendo con el que se culmina el cuarteto.

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