Música

Pepo Galán: en busca de la armonía y la emoción

Es uno de los músicos malagueños de mayor pedigrí nacional e internacional pero también de los más secretos, porque lo suyo no transita precisamente por los ritmos de moda. El creador de ambient prosigue su senda de música propia, etérea y emotiva y lanza disco, Family Harmony, realizado en colaboración con popes de la música electrónica, experimental y exigente como Markus Guentner, Benoît Pioulard o Roger Robinson. El productor y diseñador de sonidos frena su estajanovista ritmo creativo (llegó a publicar seis álbumes en un solo año) y madura un método musical que sigue siendo básicamente intuitivo

El músico malagueño Pepo Galán.

El músico malagueño Pepo Galán. / LISA ALBERIONE

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Acaba de lanzar un nuevo disco, y ya es habitual, comienzan a caer las alabanzas. Porque Pepo Galán es uno de los músicos malagueños más admirados pero secretos en todo el mundo. Family Harmony, publicado por el sello de Bristol Fluid Audio, reúne al del Palo con algunos colaboradores más o menos habituales para ofrecer un singular duets que quizás suponga el trabajo más emotivo y emocionante del ambientmeister, que ya es decir bastante.

Hace tres años, cuando contactábamos por primera vez con Pepo Galán, el músico malagueño se extrañaba de que un periódico local, de su tierra, se interesara por su obra: «Lo que hago es muy minoritario y generalmente reseñan mi música en blogs de USA, Inglaterra, Alemania e Italia». ¿Y qué es lo que hace? Pues música ambient, más emocional que decorativa, que exige atención pero también corazón al oyente. Desde luego no se trata de la rama más comercial del espectro de sonidos que definen la sociedad contemporánea pero tengan por seguro que cuando se diluya el último eco de los ritmos que acompasan nuestro día a día, ahí seguirá esperándonos, tranquila, sin prisa, la alquimia digital del creador del Palo.

Y en ésas sigue con Family Harmony, en el que figuras reverenciadas en sus parcelas creativas como Karen Vogt, Benoît Pioulard, Markus Guentner, Sita Ostheimer y Roger Robinson, entre muchos otros, se alían con Pepo para piezas menos extensas de lo habitual que condensan el punch emotivo que suele tener la música del malagueño; quizás por la notable presencia de voces en las canciones, que sirven para «romper esa línea ambiental tan etérea, para darle más frescura y movilidad» a la música, dice Pepo.

Lejos del solipsismo con el que se suele identificar a la música ambient, Galán siempre busca colaboradores que le brinden «cosas increíbles» que no pueda hacer él mismo: «Trabajo frecuentemente con diferentes artistas y me gusta experimentar y probar suerte con los resultados finales. He crecido tocando en innumerables bandas, y siempre he pretendido pegarme a músicos que me puedan aportar ciertos beneficios, ya sean de inspiración, técnica, sabiduría o aprendizaje. Desde siempre tuve ese anhelo, y cuando empecé a hacer música en solitario eché en falta interactuar con otros músicos», nos explica el malagueño.

Esfuerzo

Detrás de Family Harmony, que suena plácido pero con ese crepitar interno y callado del mejor ambient, hay un notable empeño y esfuerzo. «Es el álbum que más trabajo me ha costado, ya que lo he construido en un momento muy difícil de mi vida donde tuve que atravesar incontables obstáculos para conseguir una armonía familiar más reconfortante». Quizás eso explique que su ritmo de producción discográfica se haya frenando un tanto en los últimos años: recordemos que en 2020 Pepo Galán lanzó seis álbumes, en solitario o en alianza con otros artistas afines, y, por cierto, todos excelentes. «Antes solo tenía un hijo y mi volumen de trabajo [Pepo tiene una empresa de reformas] y de responsabilidades familiares era menor. En mi anterior casa, tenía mi estudio montado en el salón. Por lo tanto, lo tenia todo más a mano y podía aprovechar cualquier oportunidad de soledad para grabar y proyectar varias ideas en muy poco tiempo. De hecho, he llegado a grabar un álbum en una sola tarde, como, por ejemplo, Soledad. Ahora tengo dos hijos, y mi estudio de grabación lo comparto con mi hijo Leo. Esto vendría a ser, mitad estudio, mitad sala gaming. Esto limita muchísimo mi tiempo y espacio. En otro orden de cosas, me he tirado muchos años grabando de un manera más improvisada y salvaje, y ahora lo tengo todo muy al milímetro y esto influye mucho en mi inspiración».

Mantiene Pepo Galán su aproximación a la música, un método sin método, un acercamiento fundamentalmente intuitivo, sin tecnicismos. Debe de ser difícil mantener esa actitud con el paso del tiempo, con una mayor experiencia, uno, muchas veces sin pretenderlo, se hace más experto, más «profesional»: «Sigo teniendo esa actitud intuitiva, me sigue atrayendo crear música a través de improvisaciones espontáneas. Tampoco, por la carga de trabajo y familiar, tengo la suerte de poder sentarme durante horas para perfeccionar mi estilo o método de trabajo. Ojalá pudiera dedicar aunque sólo sea una hora al día para poder grabar más y dedicarme con más vuelque a la música. Imagino que poco a poco iré madurando profesionalmente y podré llevar a cabo algunos proyectos que tengo en mente».

Sello discográfico

Los compromisos laborales y familiares han afectado lógicamente al sello discográfico de Pepo, El Muelle Records, que se encuentra en cierto stand by (interrumpido hace unos meses con la publicación de un disco de homenaje a la fallecida batería de Low, Mimi Parker). Pero hay más razones: «Un día me di cuenta de que tenía una gran estantería llena de referencias de El Muelle Records, vinilos, cedés, pegatinas, camisetas, chapas… que nunca se vendieron. ¿Y ahora qué hago con todo esto? Lo cierto es que cuando uno empieza con el sello discográfico, pone todo su cariño y los primeros años puedes sostener las pérdidas económicas y seguir apostando por la música que amas, teniendo la buena intención de que estas referencias tan especiales y limitadas lleguen a mucha gente. El caso es que me estoy haciendo mayor y cada día más realista. Así que con el paso de los años he ido perdiendo el interés por seguir invirtiendo mi tiempo y dinero». Aún así, anuncia, no está decidido el cierre del sello.

Eso sí, la satisfacción por crear música sigue intacta. «Soy consciente de que mi música es poco digerible para la mayoría de los mortales, pero en ella encuentro satisfacción personal, tranquilidad y seguridad. A pesar de que esa satisfacción sea 50/50, quiero decir, a veces estoy feliz, y a veces siento que soy un músico pésimo y necesito mejorar, o hacer algo diferente. Aunque esto suene un poco contradictorio, pero de algún modo quiero seguir adelante y me gustaría que ese placer personal se convierta en un regocijo para mis oyentes», zanja.

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