Espectáculos

Lo que se esconde tras el escenario del musical "El tiempo entre costuras"

Después del éxito de su primera gira, el espectáculo dio la bienvenida este viernes a su segunda temporada con dos funciones en Málaga donde realizará diez más en el Teatro Cervantes

"Entre bambalinas todo está estudiado el milímetro. No hay nada por casualidad", explica el equipo

El tiempo entre costuras estrena nueva temporada en el Teatro Cervantes

El tiempo entre costuras estrena nueva temporada en el Teatro Cervantes / L. O.

Laura Rubio

Todo estaba a punto para que se abriese el telón en el Teatro Cervantes. La segunda temporada del musical ‘El tiempo entre costuras’ dio ayer el pistoletazo de salida en Málaga con sus dos primeras funciones. Ya se presiente que seguirá siendo un éxito, y en el backstage se aprecian las pinceladas de lo que pronto cobrará sentido. 

Tras el éxito de la primera gira en la que obtuvo 10 Premios BroadwayWorld y el Premio Talía a mejor vestuario, el musical inspirado en el libro de María Dueñas retomó ayer su gira en Málaga, donde realizará un total de 12 funciones hasta el 10 de septiembre. Pero, ¿qué hay tras el escenario de un musical como este?

Gran peso de la escenografía

Todo está estudiado al milímetro. «Nada está ahí por casualidad, si un actor sale para coger algo y volver a entrar a escena, el objeto tiene que estar bien colocado en su sitio. Toda la decoración que sale y entra también tiene su sitio fijo, para que no haya fallos ni complicaciones al colocarlo», explica Ángel Rubio, director de Comunicación. En una mesa se aprecian pequeños objetos de gran valor en la escena. Un metro, una libreta, una pistola, y muchos más, cada uno con su etiqueta y colocado en orden de salida.

La decoración es uno de los imprescindibles de esta obra que juega con tantos escenarios distintos. «Se cuida mucho cada detalle, por eso hay que calcular bien el espacio y los tiempos. El Teatro Cervantes para eso es una maravilla, ya que permite jugar mucho con la escenografía, pero otros son más limitados y hay que adaptarlos», cuenta Rubio. 

Trasladarse de Madrid, a Tánger y a Lisboa en cuestión de segundos es posible a través de todos los elementos de escenografía, recursos de utilería, luces y vestuario de los actores. 

Cada objeto que entra en escena debe estar colocado en su sitio exacto

Cada objeto que entra en escena debe estar colocado en su sitio exacto / L. O.

Vestuario sostenible y adaptado

No es casualidad que uno de los premios recibidos por el musical sea al vestuario, que cuenta con diseños de Lorenzo Caprile y Marieta Cardelón. Pero si algo destaca es la sostenibilidad, pues el 90% de las prendas son vintage, a las que se les ha hecho algún retoque o añadido y todas ellas han sido adaptadas a los rápidos cambios de vestuario. «Todas las camisas de hombre tienen corchetes y los vestidos llevan cremalleras desde el cuello hasta el glúteo para hacer los cambios lo más rápido posible», explica Erika, una de las responsables de vestuario.

«En una obra como esta con 20 actores hay alrededor de 140 cambios de vestuario, de los cuales 20 son de menos de un minuto. Para facilitarlo, cada actor cuenta con su armario propio tras el escenario con todas sus prendas», detalla. 

La protagonista está en escena 2.20 horas de las 2.30 que dura la función, y esos 10 minutos restantes son para hacer todos los cambios. Por ello, junto a la exactitud, la rapidez es uno de los factores más importantes. Prendas como esmoquin para hombres, abrigos largos, elegantes vestidos, y algunas prendas clave en la obra como el corsé de pistolas de Sira, se ordenan en armarios tras el escenario.

Cada actor cuenta con armario propio y todas las prendas que salen en escena

Cada actor cuenta con armario propio y todas las prendas que salen en escena / L. O.

Peinados de época

Un buen vestuario debe ir acompañado de un accesorio imprescindible: el pelo. El peinado típico de la época, especialmente el de las mujeres, con recogidos, ondas y rulos, adorna las cabezas de las actrices. Para ello cuentan con un total de 52 pelucas, de las cuales entran en escena 40. «Se tardan entre 40-60 horas en confeccionarlas, y luego antes de cada función se retocan, se lavan las que dé tiempo y se les hacen arreglos», explica Aaron Domínguez, jefe y director de Caracterización.

Para darle más realismo, añade que se componen de pelo real, exportado de Asia y Europa. «El europeo es el más caro, puede salir a 6.000 euros el kilo, lo que significa que son 1.000 por peluca. También es el más resistente, por la dieta que tenemos, y se usa para pelucas más específicas», cuenta Domínguez. Los cambios de peluca también son constantes, y en el caso de la protagonista cambia hasta 10 veces, con 10 o 15 segundos de margen para cada cambio. 

Hay un total de 52 pelucas y todas están hechas con pelo real

Hay un total de 52 pelucas y todas están hechas con pelo real / L. O.

Malagueños en el elenco

Entre bambalinas se crea una sinergia que crea un resultado del que no se aprecia la mitad de todo el trabajo que hay detrás, pero que puede percibirse si se presta atención a los detalles. Tras ganar varios premios, se evidencian los frutos de ello. Y más aún si se suma el ingrediente malagueño: Teresa Alba, Aurora Frías y Pedro Estrada son parte del elenco e interpretan a Candelaria, Doña Manuela e Ignacio, respectivamente. «Tenemos mucha emoción, ilusión y ganas de mostrarle a nuestra tierra en lo que hemos estado trabajando, pero también es una gran responsabilidad», explica la malagueña. 

Después de recibir tales reconocimientos, asumen una responsabilidad aún mayor. «Es una responsabilidad grande pero da tranquilidad saber que estamos trabajando en una obra muy buena, con un material de mucha calidad y con compañeros que tienen un nivel excelente, así que eso da tranquilidad y hacer que estemos orgullosos de nuestro trabajo», expresa Estrada. «Realizar un musical como este es complicado, se juega mucho con las distintas emociones y da saltos grandes en mucho tiempo, tanto dramáticos como escenográficos, así que todo es rápido pero es bonito», añade Aurora Frías. 

Sus personajes son clave para el desarrollo de una historia que todos están de acuerdo en que es «maravillosa». « Es una mezcla de historia de amor, de espionaje y la historia de España con la esencia de María Dueñas», describe Ángel Rubio. «A eso se le suma una música increíble, texto inmejorable, vestuario alucinante, voces que no se pueden ni creer y un nivel actoral increíble», expresa Estrada.

Tras dos días de preparación, Sira Quiroga ya ha pronunciado su primera frase: «Esta es mi historia o así la recuerdo». Y así la recordarán los espectadores. 

Tres de los actores del elenco son malagueños: Aurora Frías, Teresa Alba y Pedro Estrada

Tres de los actores del elenco son malagueños: Aurora Frías, Teresa Alba y Pedro Estrada / L. O.

Sinopsis

La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses previos al inicio de la guerra civil arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre que apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante donde todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso, la traición y el abandono. Sola y acuciada por deudas ajenas, Sira se Traslada a Tetuán, la capital del Protectorado español en Marruecos. Con argucias inconfesables y ayudada por amistades de reputación dudosa, forja una nueva identidad y logra poner en marcha un selecto atelier en el que atiende a clientas de orígenes remotos y presentes insospechados.

A partir de entonces, con la contienda española recién terminada y la europea a punto de comenzar, el destino de la protagonista queda ligado a un puñado de personajes históricos entre los que destacan Juan Luis Beigbeder —el enigmático y escasamente conocido ministro de Asuntos Exteriores del primer franquismo—, su amante, la excéntrica Rosalinda Fox, y el agregado naval Alan Hillgarth, jefe de la inteligencia británica en España durante la segunda guerra mundial. Entre todos ellos la empujarán hacia un arriesgado compromiso en el que las telas, las puntadas y los patrones de su oficio se convertirán en la fachada visible de algo mucho más turbio y peligroso.