Aniversario del Museo Picasso

Lebrero: «El Museo Picasso no debe regodearse en el éxito»

El director de la pinacoteca, que hoy cumple 20 años, habla sobre el pasado, el presente y el futuro del centro artístico

José Lebrero, en el Museo Picasso Málaga.

José Lebrero, en el Museo Picasso Málaga. / DANIEL PÉREZ/EFE

José Luis Picón (EFE)

El Museo Picasso de Málaga cumple veinte años hoy con indicadores cuantitativos y cualitativos positivos, según su director artístico, José Lebrero, que sin embargo advierte de que «no es momento de regodearse del éxito, sino de pensar en la sostenibilidad del modelo».

Lebrero se refiere tanto a la situación del propio museo como a la de Málaga, «hoy apreciada como ciudad de los museos», y apunta que ambos «se enfrentan al problema del éxito» y deben pensar «en los peligros que provocan un exceso de transeúntes o un proceso de expulsión de los residentes del casco histórico».

«Si hace veinte años se le hubiera preguntado a algún dirigente de la ciudad o a las personas implicadas en la creación del museo cómo sería el escenario cultural, social y turístico de la ciudad ahora, dudo mucho que alguien pudiera imaginar el estadio actual».

Defiende la condición del Museo Picasso como «gran faro de atracción cultural» y recuerda que «el número de personas que visitan este Museo es incluso superior a las visitas de todos los otros museos de la ciudad juntos».

Al remontarse a los orígenes, recuerda las dos exposiciones de los años 90 en el Palacio Episcopal -Picasso Clásico y Picasso. Primera mirada- como «un antes y un después en la historia de la museología en la ciudad».

«El poco perfume picassiano que había, porque era un artista prácticamente olvidado en la memoria de la ciudad, era un perfume español, y a partir de esas exposiciones y con Christine -nuera del pintor- se le da un toque francés al Museo e incluso a la ciudad», asegura. Junto a Christine, su hijo Bernard ha tenido «una presencia continuada y la vocación no solo de formar parte del proyecto del museo, sino de protagonizarlo», según Lebrero, que agrega que Bernard «es y ha sido importante y, gracias a él, el museo ha conseguido logros que sin él no habría tenido».

Admite que, frente a los Museos Picasso de París y Barcelona, el de Málaga es «el que tiene la colección propia más pequeña», pero añade que, «gracias a la implicación de Bernard y a su colección, se refuerza en lo que ofrece en su colección permanente».

Lebrero dejará su cargo el próximo 31 de diciembre y reconoce, al hacer balance de su mandato de catorce años, que «siempre quedan cosas por hacer, porque el buen arte nunca se acaba», pero el museo «tiene un equipo muy profesional» y el «eco» de la institución «llega a muchos sitios de maneras diversas y sorprendentes». «Cuando llegué, se me decía que este era un museo para guiris y antipático con la ciudadanía. Creo que se ha inscrito más en el territorio de la ciudad y que hay muchas más personas que se sienten bien con este museo, y, aun siendo un museo para transeúntes, no es solo un museo espectáculo».

Al preguntársele sobre el futuro de la pinacoteca ya sin él al frente, asegura que le gustaría que «respetara lo que ha conseguido hasta 2023 y sea sensible a ello, que no se practique la ley de tierra quemada. A veces llega alguien nuevo y parece que todo tiene que ser de otra manera, pero un museo sin memoria es otra cosa, no un museo».