Entrevista | Pilar Castro Actriz

«El sistema nos ahoga y lo tenemos que soportar para no perder el trabajo»

Se acerca el segundo acto del Festival de Teatro de Málaga. Una de sus funciones más esperadas es 'Contracciones', que enfrenta a Pilar Castro con Candela Peña, inmersas en una distopía laboral que plantea muchísimas preguntas al espectador. La cita, el 26 de abril (20.00 horas)

Ls redes sociales se pueden volver en nuestra contra en muchos ámbitos, incluso en el laboral. Sobre esta invasión reflexiona la obra

Pilar Castro, con Candela Peña, en una imagen promocional de la obra

Pilar Castro, con Candela Peña, en una imagen promocional de la obra / La Opinión

Saray Fajardo

'Contracciones' explora la invasión creciente de las grandes compañías en la intimidad de sus empleados. En ella, el director Israel Solà, junto a Pilar Castro y Candela Peña, se adentra en una distopía laboral al más puro estilo George Orwell con tintes de humor negro.

La obra sólo necesita una mesa, dos sillas y a vosotras dos para hacer reflexionar. ¿Qué se va a encontrar el público?

Es una obra que todo el mundo, o casi todo el mundo, se siente identificado porque habla de las condiciones laborales y de como hay abusos de poder. Es un tema que a todos nos toca. Es una comedia, al principio, pero se retuerce y pega un giro increíble. Eso es lo que se van a encontrar y nosotras haciéndolo de la mejor manera posible. 

¿Este abuso de poder se ve aún más en las mujeres?

Puede estar igual en las mujeres que en los hombres porque en la obra somos dos mujeres. Tiene que ver con lo que se hace cuando coges el poder. Esto puede pasar igual entre dos hombres o entre dos mujeres, aunque sería diferente si fuera un hombre y una mujer. Eso no nos interesa porque es otro tema. Queremos hablar de cómo el sistema nos ahoga, cómo se palpa en el trabajo y todo lo que tenemos que soportar para no perder el trabajo.

¿Se ha visto envuelta en alguna situación similar?

Todos hemos vivido abusos de poder. He tenido que aguantar muchas cosas y aguantamos diariamente.

Con las redes sociales, antes de contratarnos ya pueden saber mucho de nosotros sin tener que hacernos una entrevista.

Sí. A mí me ha pillado un poco mayor el tema de las redes sociales. Intento entrar, pero salir pronto y no permanecer mucho. Antes los actores estábamos muy expuestos, ahora estamos todos muy expuestos y pueden hacer lo que quieran contigo.

¿Es posible controlar esta invasión de la intimidad?

Es un tema que se me escapa de las manos. Tendría que estar legislado. Es una explosión que no sé cómo se va a legislar porque creo que se nos ha escapado un poco.

¿Cómo ha sido preparar el papel?

El papel fue dificilísimo para mí porque ideológicamente estamos a años luz. Luego entendí su cabeza y ahora me lo paso muy bien. Cuando está muy alejado de ti, disfrutas mucho haciéndolo. Hablé con amigas mías que tienen jefas así. Investigué, pero no fue fácil. Trabajar con Candela Peña es una maravilla porque nos entendemos a la perfección. Subimos al escenario y es increíble. No nos juzgamos, nos dejamos mucha libertad y estamos ahí muy presentes. Eso es maravilloso.

Cuando le dan un papel que está tan alejado ideológicamente, siempre hay un prejuicio en torno al personaje.

Por supuesto, hay un prejuicio. Ese es el proceso creativo. Tienes que llegar a entender eso para actuarlo. Entiendes que esa mujer ha pasado por un proceso de ser humillada, de tener miedo, su cabeza ha sufrido un proceso peculiar. Lo vas creando.

¿Le termina cogiendo cariño y empatizando?

Sí. Entiendes al personaje y empatizas. Entiendes totalmente por qué hace eso para poder hacerlo en la obra.

Reivindicamos la salud mental, pero esta invasión también puede generar problemas.

Totalmente. Vivimos en un mundo de contradicciones. Defiendes muchas cosas, pero es difícil llevarlas a cabo. Estamos en el paraguas de un sistema que es complicadísimo mover cualquier cosa. Puedes reivindicarlo y hacerlo, pero tienes que cumplir una serie de normas para estar dentro del sistema. Una de las cosas a la cual se le hace más daño es la salud mental.

Vivimos en un mundo de contradicciones. Defiendes muchas cosas, pero es difícil llevarlas a cabo»

En un mundo en el que los problemas nos rodean, ¿es posible soñar con algo mejor?

Esperemos. Por eso se hace teatro, para que haya una reflexión. No hay un bueno y un malo. Yo creo que el trabajador que aguanta tampoco es bueno. La reflexión está ahí. Cada uno que piense lo que quiera. Yo creo que no hay un bueno y un malo, que los dos son terribles, el que somete y el sometido. Es una relación sadomasoquista.

Al final, parece que no nos podemos quejar cuando nos ocurre algo en el ámbito laboral.

Las amenazas y las manipulaciones están ahí. Están bien estudiadas para tenernos bien agarrados.

Una de las preguntas que plantea la obra es si estaríamos dispuestos a hacer cualquier cosa para conservar el trabajo. ¿Estaría dispuesta?

Estaría dispuesta a hacer cosas, pero no a pasar por encima de mí. Aunque a veces pasan por encima de mí, pero sabes que lo están haciendo. Intento cuidar mi salud mental. No estaría dispuesta a que no pudiera estar mal mentalmente.

¿Qué ha aprendido con esta obra?

He aprendido a superar mis miedos y que cuando crees que no puedes, sí que puedes. El teatro es un proceso en el que estás aprendiendo. Eso es impagable porque cuando crees que lo tienes todo, hay una función que te sorprende. Es un aprendizaje constante.

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